Las alas del AVEcedario
Antonio Rubio
Ilustraciones de Rebeca Luciani
Faktoría K de libros. Col. Orihuela.
2017
Pasión
por lo que hace es una de las características de Antonio Rubio (El Puente del
Arzobispo, Toledo, 1953). Docente implicado, dinamizador literario en
bibliotecas escolares, director de colección, formador del profesorado y enorme
poeta.
Antonio Rubio no entiende la vida sin la
lectura y la escritura. Y bien se nota en sus libros. Sus aportaciones en la
colección “De la cuna a la luna” (Kalandraka) es un ejemplo de dedicación a los
más pequeños, acercándoles unas primeras
palabras y ritmos poéticos. Pero Antonio Rubio es más que eso. Entre sus
numerosos libros podemos destacar “Almanaque musical”, La mierlita”, “Versos
vegetales”, “7 llaves de cuento” o el magnífico “Las alas del AVEcedario” que
hoy nos ocupa.
Este poemario es un enorme y florido
repertorio de aves que el autor, de manera inteligente, relaciona con el
abecedario. Hay una variedad enorme de ejemplares avícolas. Cada letra nos
muestra un pájaro y su pequeño (o gran) mundo. Es la potencia de la palabra
poética que canta de manera musical el espíritu de esas aves que sentimos
próximas y muy vivas.
Cuco cuclillo, / taimado y pillo, / pone sus
huevos / en otro nido, / por sorpresa y escondido, / cuidando de no ser visto.
/ Cu-cú, cu-cú… Y el autor termina el poema relacionando al cuco con el
reloj de pared, torpe imitador de su ruido.
Ilustración de Rebeca Luciani |
Estamos ante un poemario muy rico lleno de juego de palabras, dobles sentidos, que nos descubrirán curiosidades de cada ave. Por consiguiente no hará falta decir que el elemento lúdico destaca claramente en el tono de la obra.
Conviene resaltar, también, el aspecto
formal de los poemas. Varía en función del ave cantada y dota al poemario de
una heterogeneidad que se agradece. Distintos modelos estróficos y de rima que
enriquecen el discurso poético.Todo el conjunto de la obra es un muy buen
ejemplo de poesía y musicalidad (como debe ser la buena lírica). Y uno siente
el vuelo del mirlo y quiere volar con él, estar en el auditorio de estrellas
del búho, completar un viaje ultra-super-rápido con el negrón o entrar en el
Cancionero de la mano de la tórtola.
Y qué decir de las hermosísimas
ilustraciones de Rebeca Luciani. Una fiesta de color, llena de detalles que
embrujan. Una explosión estética para los sentidos. La propia Rebeca Luciani
admite que “el color es para mí como
respirar. Es necesario y es siempre un desafío en donde él no deja de serme
absolutamente generoso”. Bien se nota en este libro, auténtico tesoro
estético de palabra y color.
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ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO
Fundación Jordi Sierra i Fabra. Barcelona |