lunes, 30 de mayo de 2011

Poemas inéditos de Antonio García Teijeiro dirigidos a los niños y niñas del Sáhara


Gonzalo Moure, excelente escritor y amigo de Antonio, viaja periódicamente al Sáhara, donde dirige talleres literarios en los que trabaja con niños y niñas saharauis. Uno de sus talleres tiene como elemento central la poesía, y por esa razón, recientemente Antonio escribió los siguientes poemas para que Moure los utilizase en el taller. Se trata de poemas inéditos que publicamos en este blog por primera vez. Los tres poemas (“Un barco de papel”, “Anuncios del arco iris” y “Llamando a la puerta”) se agrupan bajo el título general de En la luz de la arena y están dedicados especialmente a todos aquellos niños y niñas saharauis que se emocionan con la palabra poética.

EN LA LUZ DE LA ARENA

En la luz de la arena
juegan un barco, el arco iris, y hasta el viento
confundiéndose con las estrellas


A los niños y niñas saharauis, a los que siento cerca, con cariño desde el lejano mar de Galicia

ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO


UN BARCO DE PAPEL

Un barco de papel,
que viene desde lejos,
navega por las dunas
y atraca en el desierto.

No tiene marineros
ni tiene capitán.
Está lleno de sueños
y besos de cristal.

Jamás surcó los mares
ni le hizo caso al viento.
Y nunca las sirenas
salieron a su encuentro.

¡Qué barco tan extraño
el barco de papel!
Si veis que está en la arena,
corred y hablad con él.



ANUNCIOS DEL ARCO IRIS

El arco iris anuncia
en la magia de sus flores
que la primavera llega
con sus besos de colores.

Besa aquí y besa allá.
Son besos de brisa fresca.
Besos que saben a azúcar.
¡Cuánto embrujo! ¡Qué belleza!

Los colores de estos besos
son azules, rojos, verdes;
son violetas, amarillos…
Besos que nunca se pierden.

Algunas aves los roban
para lucir en sus vuelos
y competir en lo alto
con cometas y luceros.

Besos con labios de sol.
Besos que inventan la niebla.
Besos que llenan ausencias
y descansan en la hierba.

El arco iris anuncia
con sus besos de colores
que la primavera canta
cuando ve risas y amores.



LLAMANDO A LA PUERTA

La niebla llama a la puerta
de unos ojos azul-cielo.
Es la mirada callada
de una niña del desierto.

Mirada viva, sin fin.
Mirada de luna llena.
Ojos que guardan misterios
muy cerca de las estrellas.

Ojos que huelen a mar
y se funden con el sol.
Ojos mojados en calma
que son oasis de amor.

La niebla llama a la puerta
de una mirada serena.
Una mirada que posa
sus sueños sobre la arena.



Orientados por Gonzalo Moure y tomando como base el poema “Un barco de papel”, un grupo de niños y niñas saharauis que participaron en el taller poético (entre otros, Kabara, Mahyuba, Galuha y Hassina) escribieron el siguiente poema, titulado “Una raya en la pared”. Lo ofrecemos a continuación como ejemplo de los interesantes resultados logrados por los participantes en el taller.

Una raya en la pared
pintada por un niño
que acaba de nacer
señala su destino.

Necesita tener paz
Necesita libertad
Necesita encontrar
los amigos de verdad.

Nunca tendrá paz
Nunca libertad
nunca tendrá amigos…
Si no lucha, perderá.

¡Qué raya tan extraña
pintada en la pared,
si la vierais algún día
le estaríais viendo a él!


El escritor Gonzalo Moure, artifice de estos talleres literarios en el Sáhara

domingo, 29 de mayo de 2011

Biblioteca esencial de Antonio García Teijeiro I: Versos de agua (Edelvives, 1989)


En esta sección iremos reseñando periódicamente aquellos títulos que, en nuestra opinión, resultan imprescindibles dentro de la trayectoria literaria de Antonio García Teijeiro. Empezamos la serie hoy con Versos de agua.

Por A.G.-F.

Publicado en 1989 por Edelvives, Versos de agua fue el primer poemario de Antonio García Teijeiro escrito en castellano, y tras más de veinte años disponible en librerías en varias ediciones y reimpresiones, es todavía hoy uno de los libros de mayor éxito del autor vigués. Como podemos inferir según su título, Versos de agua es un poemario en el que el lenguaje fluye como la corriente de un río, marcado por una concepción lingüística fundamentalmente lúdica y por las asociaciones eufónicas de palabras o sonidos. Esto puede verse con claridad en ese poema que describe una “orquesta que orquestea” y que empieza:

Pianea la trompeta.
El piano violinea.
Los violines escondidos
trompetean oboean.


Y, por supuesto, la música, como suele ser nota dominante en la obra poética de Antonio, ocupa un lugar principal en el poemario, trufado de referencias musicales y de versos que aúnan poesía y música. El siguiente poema ilustra perfectamente las posibilidades creativas que la escala musical ofrece al poeta:

Do re mi
violines porque sí.
Fa sol la
violines porque sa
Si si do
violines…
¿por qué no?



Como se puede observar, aquí el sonido prima sobre el sentido del poema, que debe ser leído por el puro placer sonoro que puede derivarse del lenguaje. Y aunque esto no es así en absolutamente todos los poemas que componen el volumen (“Estaban los pastores” o “Mi abuelo compró una barca” son ejemplos de textos que más bien evocan situaciones y personajes), el juego poético con el lenguaje que marca la poesía infantil de Antonio está ya claramente presente en este libro, que es una de sus primeras obras.

El poemario, ilustrado elegantemente por Teo Puebla, fue traducido al gallego con el título de Cacarabín, cacarabón (1991) y fue merecedor de importantes distinciones como su inclusión en la lista de los 100 mejores libros del siglo XX elaborada por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Sin duda, más de dos décadas después de su primera edición, Versos de agua sigue siendo una de las mejores introducciones a la obra poética de Antonio García Teijeiro.

Teo Puebla, el ilustrador de Versos de agua

jueves, 26 de mayo de 2011

El CEIP Emilia Pardo Bazán da el nombre de Antonio García Teijeiro a su biblioteca infantil


Hace unas semanas, el CEIP Emilia Pardo Bazán de Vigo bautizó su biblioteca de educación infantil con el nombre de Antonio García Teijeiro, reconociendo así no solamente su labor literaria sino también su labor pedagógica, una de las razones de que esta distinción tuviese para Antonio un significado muy especial. El centro escolar, que también tiene una biblioteca de educación primaria que lleva el nombre del escritor Gonzalo Moure, confirió a Antonio este honor en el transcurso de un emotivo acto en el que Antonio leyó un texto titulado “Bicos na fraga” (“Besos en el bosque”), escrito especialmente para la ocasión. A continuación, y como manera de agradecer el hermoso gesto del CEIP Emilia Pardo Bazán desde este blog, ofrecemos el texto íntegro en gallego, junto con una serie de fotografías sacadas durante el acto.



BICOS NA FRAGA

Sempre mantiven que unha biblioteca era, para min, unha fraga de libros. Unha fraga na que as árbores e a vexetación teñen forma de versos, de ríos polos que baixan as palabras, de mares con barcos piratas, de bicos roubados, de seres, reais ou non, que sofren, descobren, aman, rin, choran, foxen, apreixan, enganan, fan trasnadas, provocan a risa. Unha fraga con cores, con ilustracións, con pinceis, con lapis e tinta. Unha fraga que nos permite coñecernos un pouco máis e saber da vida.
Vida, si, vida. Vida nos libros. Vida nesa fraga máxica. Vida coma fonte da literatura, ou sexa, vida na biblioteca, ese espazo que te seduce e consegue pintar de luz os sentimentos de quen se detén nos seus recunchos.

E moita VIDA, así con maiúsculas, hai nesta Biblioteca que hoxe me acolle dun xeito especial.

Un, ao longo da súa existencia, mellor dito, de todo o que leva vivido, vai poñéndose retos e intenta que se realicen. Un dos meus é, foi e será que os cativos vivan preto da palabra literaria. É este un reto que nunca perde a súa vixencia. Decote haberá nenos e nenas e constantemente sentiremos os mediadores/as a necesidade de que lean para que sexan felices. E non será doado. Aparecerán os atrancos de sempre. Ben, pois levo ben anos nesta liña. Con esta teima. Animando, contaxiando o meu amor pola lectura. Lembro cando comezamos a traballar coas primeiras bibliotecas: as de aula. Logo virían as de centro. Lembro os cursos, dados e recibidos, os libros escritos neste sentido. Lembro a ilusión que tiñamos cando viamos os nosos alumnos cun libro na man. Dende hai máis de vinte e cinco anos, ademais, escribo. Danlle a un algúns premios. Agradan, claro que si. Non debemos ser hipócritas. Pero hai outros premios que te emocionan máis. Cando atopas un mestre ou unha mestra que che di os anos que leva traballando cos teus textos e percibes a emoción no seu rostro. Cando alguén, nun lugar arredado, envíache unha carta de agradecemento por escribir algún poema que tanto lle serviu. Cando os nenos e nenas queren agasallarche os seus poemiñas e debuxos, a súa voz, todo feito a partir dos teus versos. Marabilloso.

Pero hoxe é para min un dos días máis especiais da miña vida. Que esta fermosísima biblioteca, tan chea de vida, leve en adiante o meu nome demostra que os meus esforzos non foron baldíos. Que a soidade na que escribes, sen saber onde van caer os teus escritos, ten un reflexo en persoas que, coma vós, amades o que facedes, emocionádesvos coas palabras e sodes auténticos. Sinto a emoción ben dentro. Son moi feliz e non podo menos que agradecervos fondamente este agasallo que non me parece real polo fermoso que é. Grazas por valorar o meu labor. Grazas no nome dos que cremos na forza da literatura. Grazas por serdes tan sensibles ao feitizo da literatura. Grazas por seguir mellorando espazos coma este para que a rapazada se sinta transportada aos diversos mundos que se agochan nos libros.

E grazas, en fin, no nome da poesía, tan maltratada, ás veces, pero tan necesaria sempre.

Non o dubidedes. Estaredes de por vida no meu interior e espero seguir sendo merecente dun dos agasallos máis marabillosos que me proporcionou o feito de ser un escribidor sen máis ambición.

ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO


Antonio con Ángeles Escribano, máxima representante de las bibliotecas escolares del CEIP Emilia Pardo Bazán

Antonio con Pili, una de las responsables de la biblioteca

Antonio escucha a algunos alumnos poniendo música de flauta a uno de sus poemas y recitándolo

Antonio con Gonzalo Moure: ambos comparten el honor de dar nombre a una biblioteca del centro

Antonio abraza a Miguel, el director del centro, tras descubrir la placa que da nombre a la biblioteca

Antonio escucha a dos alumnos que leen un texto en un momento del acto

Antonio deja constancia de su paso por el CEIP Emilia Pardo Bazán escribiendo en el Libro de Honor del centro

Artículo para A Nosa Terra: “Pura música. Pura emoción poética”


Inspirado por la música de Chopin interpretada por Daniel Barenboim, en su más reciente artículo para el diario A Nosa Terra, Antonio reflexiona sobre el poder de la música y de la literatura para emocionar al lector y sobre las maneras en las que ambas artes pueden ser utilizadas en el ámbito escolar para despertar la emoción y el interés por el arte y la creatividad en los alumnos. Como señala Antonio, “escribir significa encontrarme a mí mismo, saber quién soy, hacer de la palabra un instrument imprescindible para evocar, para sentir que respiras, para denunciar, para conocer mejor a los demás y sus realidades. Escribir es trascender las limitaciones personales que sientes vivas. Es percibir la individualidad dentro de una sociedad para integrarla y sacudirla”. Podéis leer el artículo completo en gallego en el siguiente enlace.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Fotografías de la presentación de Clara Janés en el Club Faro


Como ya anunciamos en su momento en este blog, el pasado 2 de mayo, Antonio ejerció de presentador de la traductora y poeta Clara Janés, que vino a Vigo para hablar sobre su reciente libro Viaje a los dos orientes. Durante el acto, celebrado en el Auditorio Municipal do Areal y que resultó un éxito de asistencia, Antonio alabó la actividad traductora de Janés, pero se centró en especial en su obra poética, una obra en la que, en la opinión de Antonio, “desde el yo femenino, la poesía se manifiesta en todo lo que hace. Incluso cuando calla, habla o escucha desprende una poesía callada y elocuente a la vez. La lírica vive en cada línea que escribe, sea cual sea el género que acomete”. Para Antonio, la literatura de Janés no sólo es de bella factura lingüística, sino que es fundamentalmente una literatura arriesgada que “expresa lo esencial de lo cotidiano y hace de la poesía, por todo lo que representa, el eje de su vida”. Antonio observa en los versos de Clara Janés, influidos por los de su admirado Vladimír Holan, “una desnudez poética, sintetizadora, intuitiva que cautiva al lector, se posa dentro de su ser y le exige, al mismo tiempo, una actitud spiritual abierta a los conceptos que las palabras van encadenando”.

Y cautivado quedó Antonio desde que, en 1984, se topó por vez primera con la poesía de Janés a través de su poemario Vivir, que en su intervención describió como “complejo pero lleno de amor por la vida, por el descubrimiento de nuevos caminos”. Y su interés por la obra de esta mujer entrañable que vive la poesía en su vida diaria y en su relación con los demás continúa vivo desde entonces, por lo que para Antonio fue un placer compartir mesa con ella en el marco del Club Faro. El libro sobre el que charló Clara Janés esa noche fue Viaje a los dos orientes, su más reciente publicación, un viaje que, a través de la palabra, nos acerca a culturas como la turca, la hindú o la japonesa. El volumen incluye una serie de artículos aparecidos en prensa que Janés ha adaptado para esta edición. Antonio describió sus páginas como poseedoras de “una viveza increíble, llenas de sol, de jardines, de ruiseñores. Páginas que huelen, que reflejan el cielo, que alcanzan una variedad cromática muy rica”. Son páginas escritas en prosa, sí, pero están “trufadas de poesía: la de quien escribe y la de los diversos poetas turcos, persas, sirio-libaneses” que Janés ha traducido al castellano. Viaje a los dos orientes es, como Antonio subrayó antes de dar la palabra a Clara Janés, que deleitó al auditorio con su personal visión de la literatura y de la experiencia vital, es “un libro para viajar con la mente y el corazón”.

A continuación, ofrecemos algunas fotografías sacadas durante el acto.







sábado, 7 de mayo de 2011

Dos textos de O que ven os ollos dos nenos


Partiendo de una cita de Castelao ("No es cosa del otro mundo pintar lo que ven los ojos de los niños"), Antonio García Teijeiro crea en su libro O que ven os ollos dos nenos (Xerais, 2000), ilustrado por Fino Lorenzo, un mundo literario propio y muy personal, a medio camino entre la poesía y la prosa, que nos ofrece una visión de la realidad a través de los ojos de de varios niños y niñas que observan todo aquello que se despliega a su alrededor. En las palabras de estos personajes que todavía están descubriendo el mundo se entreve una realidad cruda y dura a la que estos niños y niñas hacen frente con la ayuda de la poesía y la esperanza inquebrantable de quienes saben encontrar la belleza incluso en los escenarios más sombríos. Rescatamos aquí dos textos de O que ven os ollos dos nenos, que hemos traducido al castellano. Para acceder a la versión original en gallego, podéis hacer click en la imagen que encontraréis más abajo.

La niña vio una paloma morada en el tejado.
Subió junto a ella.
La paloma tenía ceniza en su pico.
La niña acarició la cabecita del ave y ella batió sus alas.
No se movió.
¿Vendría de otras tierras?
Imposible. Una paloma...
Se acercó a ella. Olía a desierto.
La arena quemada.
La niña pensó en Abdel, su amigo saharaui.
Tembló. Sintió malos agüeros.
La paloma voló y dejó caer en el tejado la suciedad de la ceniza.
La niña se quedó cavilando.
Y fue entonces cuando se dijo a sí misma, tal vez para animarse, que una paloma negra no podía llegar hasta allí desde África.

ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO



El niño mira a lo lejos.
Un manto de niebla borra la ciudad.
Imagina que detrás están los ruidos de los coches, las humaredas de las fábricas, las sonrisas de las flores.
Él no sabe dónde se encuentra.
Quizás en el aula de cualquier escuela.
Quizás tras el cristal de un sueño o en la rama más alta de un árbol en el bosque.
No lo sabe pero está hechizado por el manto de niebla que no le permite ver más allá.
La niebla borró la ciudad.
¿O sería que, a lo mejor, nunca existió ciudad alguna detrás de aquel muro de ladrillo donde hacía unas horas no había más que basura?

ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO