ELOY SÁNCHEZ
ROSILLO (2). (Murcia, 1948)
EL
INVIERNO
EL
invierno está en mí. Ya no lo evito
y
lo dejo acercarse. Hay que atenderlo,
escucharlo
despacio, que nos cuente
sus
historias tan viejas, que nos diga
Eloy Sánchez Rosillo |
con
las limpias palabras de su idioma
una
tarde de lluvia o de sol frío,
una
noche con nieve, una mañana
gélida
junto a un fuego que sus manos
-para
que entremos en calor un poco-
encienden
en el bosque con destreza
mientras
nos habla. Y el desasosiego
que en principio uno siente ante sus formas
y el gesto de su rostro adusto y grave,
desaparece al ver cuánta ternura
y cuánto amor, lo mismo que cualquiera,
bajo su capa esconde.
SOMBRAS DE LUZ
QUE con estas palabras, como pude
-más el sustento de las ilusiones,
y el mirar a lo alto-,
dijese tantas cosas de la vida
mientras que yo encarnaba el existir,
fue poseerlo todo
y ser dichoso siempre,
hasta en el fondo mismo algunas veces
del dolor más terrible.
Cuanto veía, oía o respiraba,
pude abrazar o en su sabor fue mío,
lo que alcanzara a fabular y hacer,
acrecentó mi hacienda.
Y lo aventé sin tasa, lucro o cálculo;
sin derroche también,
conocí privaciones: aumentaba,
al darla, la alta renta.
Y más que nunca
fui rico el día en que llegó esta sombra,
hecha de tanta luz,
a mis dominios.
No me perdí, pues me encontré en su adentro.
Un palacio encantado era –es- mi casa.
En él sueño.
INDICIOS
EN esta destemplanza bien urdida
(que no acierta a engañarme) de las últimas
jornadas de febrero, apuntan ya
atisbos ciertos de la hierba nueva
y oigo no sé qué risas de muchachas.
IMAGEN
LA mañana de marzo, como un templo
de cristal y de cúpulas doradas.
En esta abierta intimidad me adentro
con la fe que me tiembla en la mirada.
(Del libro Quién lo diría, editado por Tusquets
Editores, 2015)
Eloy Sánchez Rosillo recita el poema "Un vado de agua"en el museo Ramón Gaya.