Páxina undécima
De espaldas al mundo, una brisa acariciadora me permite
romper la negrura de la vida.
No sé si es un sueño. No sé si las nubes dejan de ocultar el
horizonte. No sé si es una ensoñación, una ilusión óptica, pero hoy no veo la
Nada. Veo luz. Veo un sol tenue. Hasta he llegado a ver, en un momento dado, el
arcoiris con los colores de la belleza.
Hacía mucho tiempo que no me ocurría. Que no tenía esta
sensación.
¿Un milagro? Imposible. Ni existen ni creo en ellos.
Entonces escucho una voz conocida que dice: “La vida es puro ruido entre dos
silencios abismales”. Me gustó la frase, giro con cierta precaución la cabeza y
veo al Escritor. Ese hombre cercano, generoso, al que siento a menudo a mi
lado. Al que quiero por su honradez, entre muchas otras virtudes. La humanidad,
por ejemplo. Se acerca con los brazos abiertos. Me da un abrazo, pero no consigo sentirlo físicamente. De todos modos, él sí siente el contacto. Yo,
no. A continuación me comenta: “La frase no es mía. Es de Isabel Allende. Y
cuando la leí me puse a hacer ruido”. Sonreí. Hacía muchos meses que no
sonreía. Y empecé a pensar en el Escritor. Poco a poco, ciertos recuerdos se
instalaron en mi mente. Recordé una casa en una montaña, un hombre escribiendo
con pasión, una piscina, unas palabras… El Escritor no tuvo una vida fácil. Ni
de pequeño ni después. El trabajo y la constancia fueron sus armas para triunfar.
Y creer en sí mismo. Él quería ser escritor. Y lo fue. Y lo es. Y lo será
siempre. Escritor con mayúsculas. A pesar de su padre, que estaba obsesionado
con las matemáticas. A pesar del profesor de esa materia que le llamaba pato, porque su tartamudez, superada con
gran esfuerzo, le impedía decir que dos más dos eran cuatro. El Escritor niño
se quedaba diciendo cua – cua – cua…
y, claro, ese hombre con un sentido nulo de la pedagogía y con una imperdonable falta respeto a su
alumno le hacía la bromita.
Nuestro Escritor quiso escribir desde niño. Recuerdo la
anécdota que le hice repetir, porque me parecía una atrocidad, con la maestra
de Lengua. Les mandó hacer una redacción (qué palabra más horrible) de tres
folios y tema libre.
El Escritor escribe un cuento de un marciano verde que bajaba
de Marte a la Tierra. La mal llamada maestra se puso más verde que el bicho, le
llamó burro y, ofendida, le puso un cero.
Su padre lo mataría si llegaba a casa con esa nota. Y había
escrito seis folios con un lenguaje muy cuidado.
El Escritor protestó y dijo en voz alta que quería ser
escritor. La mujer, persona cruel donde las haya, le espetó: “¿ Tú, escritor,
S.? Mira, hijo, mejor te buscas un trabajo, porque eres un inútil y lo serás
toda la vida. No sueñes”.
No pude dejar de pensar en ello. Me parecía muy triste.
El Escritor me miraba fijamente sin decirme nada.
Yo seguía dándoles vueltas a estas cosas y le pregunté: “¿Y tú cómo te
sentiste en esos momentos?”
Él no sabía de qué iba la pregunta.
Se quedó extrañado. Hizo una de esas muecas tan graciosas que
esculpe en su rostro.
Ladeó la cabeza, puso cara de Humphrey Bogart y sonrió.
Yo también. Preferí no comentarle nada de lo que estaba
golpeando mi cerebro. “¡Vaya monstruo!” pensé “¡Qué barbaridad!”, se me escapó.
Y me quedé mirándolo sin abrir la boca otra vez.
El Escritor se ha convertido en escritor, a pesar de las
muchas zancadillas que le pusieron. Admirable, el Escritor. Ejemplar su
actitud. Una obra que apabulla. Y es humilde (aunque, a veces, no lo parezca),
es buena persona (algo egocéntrico pero…) y piensa mucho en los demás. Conoce
sus limitaciones. Nunca se pasa. Sabe escuchar. Y defiende con pasión su método
de escritura.
Jamás le he oído hablar mal de un colega. Hasta en eso es
elegante. Lleva encima más de cuatrocientos libros, escritos a base de una
dedicación casi exagerada, más de cuarenta años de oficio literario y millones
de ejemplares vendidos.
Y el Escritor, ya lo dije antes, es generoso. Su Fundación es
un hito. Un ejemplo de amor al hecho de leer y escribir. El Taller de Letras J
S i F de Medellín, un ejemplo a seguir. No en vano fue reconocido a nivel
mundial con el Premio IBBY-Ashai 2010 a la Promoción de la Lectura. Su revista on line, La Página Escrita, es una joya.
El Escritor como escritor es un lujo; como persona, mucho más.
Acaba de abrir la sede de la Fundación en Barcelona. ¡Qué
tío! Y el premio que patrocina para jóvenes escritores y escritoras... Es una persona sin par.
Mientras escribo todo esto en mi cuaderno, el Escritor está
escribiendo también. ¿Será un nuevo guion? ¿Será un nuevo capítulo de su
próxima novela? Él está a lo suyo. Con su presencia me basta.
¿SERÉ YO? |
Sigo sin saber quién soy, pero me siento bien gracias al
Escritor. Estoy seguro de que me conoce pero no quiere decirme nada. Yo también lo conozco. Nunca me he atrevido a preguntarle sobre mi identidad. Y, de repente, suena una canción. Es de Bob Dylan. Concretamente
“Simple twist of fate”. El Escritor levanta la cabeza. Me muestra un libro. En
su cubierta blanca aparece la figura del bardo de Minnesota. Me acerco a él.
Quiero tocar el hombro del Escritor, pero mi mano traspasa su figura. Como si
fuese alguien virtual. Esto me desconcierta. El libro se llama Buscando a Bob.Un chico sale de Vigo
hacia Barcelona para asistir a un concierto de Dylan. Me suena. El Escritor
sonríe. Tomo el libro en mis manos. Está lleno de fragmentos de canciones
dylanianas. Recuerdo haberlo leído en otro tiempo. Vuelvo a mirar al Escritor.
Su actitud me tranquiliza. Siento una gran admiración por el Escritor. Se
vuelve a reír un tanto pícaramente. Parece indicarme que abra el libro por las
últimas páginas. En una de ellas dice Nota
del autor. Leo con esfuerzo algunas líneas. Las dos últimas dicen lo
siguiente: “Buscando a Bob está
dedicado a Antonio García Teijeiro, mi hermano en Dylan y en la literatura”.
¡Qué bonito! ¡Quién pudiera ser ese señor…! ¡Hermano en Dylan y en la
literatura del Escritor!
Siento que me mira curioso. Me hace algún gesto que no
comprendo.
Si yo fuese ese tal Antonio García no-sé-qué… sería
maravilloso. ¡Qué suerte tienen algunos!
Pero no lo soy. Si lo fuese sentiría temblar mi cuerpo. Y no,
sólo siento envidia. Permanezco callado. Pongo la mano en mi corazón y percibo
que late un poco más rápido de lo normal. ¿Qué me querrá decir? No lo sé, pero
de lo que estoy bien seguro es de que yo no soy ese Antonio. ¿Quién sabe si no
daré algunos pasos más en mi odisea por saber en realidad quién soy en este mundo
de cretinos? Vuelvo al libro. Lo hojeo de nuevo, como si no me quisiera
desprender de él. Me detengo en la página 193. Me encuentro con un larguísimo
poema. Se llama Elegía #1. Es
hermoso. Abre caminos. Da pistas. Plantea preguntas. Ofrece consejos. Me
encanta. El Escritor es poeta. Lo que faltaba. Él, que se reía del poco espacio
que ocupaban en los libros los poemas, escribe uno de casi cuatro páginas
en la novela. Siempre lo supe. El Escritor ama la poesía.Lo que decía en torno a ella era pura broma. El Escritor tiene un gran sentido del humor.
Eres grande, Escritor. Definitivamente no podrán contigo.
Como no pudieron las insensateces que escuchabas cuando empezabas y, antes,
cuando nacían tus sueños. Esos que no te abandonan jamás.
Escritor, amigo, ya sabes decir cuatro de un tirón. La maestra se comió con patatas sus palabras y
tus enemigos, esos que nunca has buscado porque no eres envidioso, suben por
las paredes de la impotencia.
Levanto la cabeza y el Escritor ya no está.
Me quedo con el libro.
Me dirijo hacia donde estuvo sentado durante todo este tiempo y veo un
papel escrito sobre un pequeño muro. Lo cojo.Es su letra.Una letra muy peculiar. Lo leo para saber qué dice.Es para mí. Lo intuía.Y estas son sus palabras:
“Si hay alguien que debe creer en ti eres TÚ. No te desanimes.
Sigue el camino de la esperanza. Recuerda que has leído novelas antes de ser
publicadas y que en todas ellas, por muy duras que fuesen, flotaba la esperanza.
Sigue el ejemplo. Hasta ella te han de llevar tus sentimientos, tu fuerza, la
música, la literatura… Piensa en lo que perdura. Piensa en la amistad y el
esfuerzo con el que dedemos afrontar esta vida. No apartes de ti la pasión
creativa. Con todo ello llegarás de nuevo a ti. No estás tan lejos. Créeme”.
Hermosas palabras de alguien que pasa por este mundo oliendo
sus aromas, mojándose en la lluvia de seda, cruzando los caminos de la bondad, escribiendo por necesidad interior, escuchando música atemporal.
Retorno al poema Elegía#
1 y lo escribo en mi cuaderno. Me tiembla la mano por la emoción, pero hoy
la Nada ha quedado en la Nada.
Hoy me encuentro en un espacio de sentimientos.
Siento la mano de la mujer que me ama sobre la mía. La necesito,
mientras pongo por escrito estos versos:
ELEGIA # 1
No
importa por qué estás vivo: estás vivo
No
importa por qué vives: vives
No te
preguntes qué haces aquí: haz algo
No
importa lo que tienes, sino en qué lo empleas
No
importa quién eres, sino qué eres
No
Importa cuanto hagas, sino por qué lo haces
No te
preguntes si lo mereces, gánalo
No
importa cuanto vales, sino si vales algo
No
importa de dónde vienes, sino a dónde vas
No
importa a dónde vas, sino ir a alguna parte
No
importa a qué parte llegues, sino llegar
No
importa llegar, sino hacerlo bien
El
mundo está lleno de gentes sin rostro
Caminando
a ciegas al margen del camino
Todos
deberíamos romper los espejos
En
los que buscamos reflejarnos desesperadamente
¿Que
se siente al poseer el alma de un hombre?
¿Puedes
ver en el límite de su frontera?
¿Cuantas
veces deberás repetirte que tú eres tú
Y que
todo el universo está en tu mente?
Todas
tus distancias están en mi
Pero
quisiera que la mía fuese proximidad
Cierra
la puerta del adiós para darme tu bienvenida
Vende
una ilusión para comprar un sueño
¿Cuantos
amores hacen falta en tu piel
Para
que sepas qué es el amor?
Las
manos del viento arrancan destellos
En el
cuenco de plata abierto en tu sima.
Si
los pájaros no están libres de las cadenas del cielo,
¿Cómo
huir nosotros de la cárcel de la tierra?
Todos
los amores del mundo brillan como cien mil soles
Y tú
tienes la edad de la dulce esperanza
He
vivido dentro y fuera de la felicidad
Y sé
muy bien de qué color es
Mis
alas nunca me han hecho volar bastante alto
Que
las tuyas no lleguen a quemarse con el sol
Este
es un largo, muy largo camino
Sin
veredas, sin descansos, sólo horizonte
Despegamos
hacia la muerte al nacer
Sin
vuelta atrás, todo hacia adelante
Sigue
moviéndote con el mundo, no te pares
El
tiempo que se pierde es el peor olvido
El
ordenador grita todos tus sueños
Y yo
soy el punto de partida, no la Gran Meta
Métete
en mis zapatos y verás mis caminos
Mira
a través de mis ojos y verás mis sueños
Siente
con mis manos y conocerás mis orgasmos
Vive
en mi mente y cantarás mi vida
Quitaos
las máscaras del genocidio
Esta
es nuestra tierra común
Gritad
por los muertos desaparecidos
Cantad
por los inocentes que ignoran
¿Has
oído hablar de la palabra Libertad?
¿Has
oído el sonido de las cadenas?
¿Has
creído que todo es mentira?
La
verdad no es más que un soplo de vida
Creo
que todos debemos rompernos
Que
nadie llegue entero al final del camino
Una
vida por gastar es tan poco
Siente
que le has dado algo al mundo
Experiencia
es como llamamos a nuestros errores
Intenta
ser libre y nunca mires atrás
Dylan
dijo: Que permanezcas siempre joven
Yo os
digo: Que lleguéis a viejos colmados
Ámame
cuando estemos juntos
Olvídame
cuando me vaya
Mátame
cuando me muera
Se
siempre fuerte, pero cede
Se
siempre grande, pero aprende a empequeñecer
Se
siempre dulce, pero déjate un punto amargo
Se
siempre hermosa, pero sobre todo por dentro
No
vueles en círculos sino en línea recta
No
cedas bajo ningún viento
No te
rindas antes de la eternidad
No
camines por calles sin esquinas
Que
la vida te dé sus dones
Que
la muerte llegue muy tarde
Que
la vida te dé la paz
Que
la muerte no sea una guerra
El
amor es un fantasma transparente
Envuélvete
en él y escúpele al odio
Perdona
siempre a quien hayas amado
Y no
olvides que un día fue tuyo
Vas
de camino, hay muchas paradas
Nunca
llegues al final sin recordar
Aunque
tus manos un día se quiebren
Que
tu corazón mantenga tu norte
No
deberías envejecer nunca
Pero
tu piel no es más que una envoltura
Ten
siempre la edad de tu risa
Dejaste
semillas que siempre crecerán
Busca
tus cielos dentro de la tierra
Nada
en mares eternos
Vuela
sobre fronteras invisibles
Camina
mirando las estrellas
Enciende
tus pasiones cada día
Descubre
quien eres cada noche
Amanece
como si fuera la última vez
Acuéstate
libre de odios
Vive
por detrás de la desesperanza
Vive
por encima del rencor
Vive
por debajo de la vanidad
Vive
por delante de tu libertad
Vive
por todos los que te han amado
Vive
por aquellos que te despreciaron
Vive
por cuantos te ignoran
Vive
por delante de tu libertad
Vive
siempre con una sonrisa
Vive
antes de que te olvides
Vive
después de haberte dado
Vive
por delante de tu libertad
Vive
siempre en este Universo
Vive
al límite de la Frontera
Vive
sabiendo que estás vivo
Y
escápate del Gran Desfile.
(Este Caderno íntimo, escrito en castellano a propósito, es un
homenaje a mi amigo Jordi Sierra i Fabra, por todo lo vivido y lo mucho
que nos une.Él, como ya se dijo, es el autor del extenso poema.))
El cuadro, en el que juegan al ajedrez el Escritor y John Lennon, es un original expresamente creado por Xavier Bartomeus para ser colgado en la sede de la Fundación en Barcelona.
EL ESCRITOR |
O VELLO SOÑADOR