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martes, 7 de mayo de 2013

CADERNO ÍNTIMO (XI)




Páxina undécima

De espaldas al mundo, una brisa acariciadora me permite romper la negrura de la vida.
No sé si es un sueño. No sé si las nubes dejan de ocultar el horizonte. No sé si es una ensoñación, una ilusión óptica, pero hoy no veo la Nada. Veo luz. Veo un sol tenue. Hasta he llegado a ver, en un momento dado, el arcoiris con los colores de la belleza.
Hacía mucho tiempo que no me ocurría. Que no tenía esta sensación.

¿Un milagro? Imposible. Ni existen ni creo en ellos.
 Entonces escucho una voz conocida  que dice: “La vida es puro ruido entre dos silencios abismales”. Me gustó la frase, giro con cierta precaución la cabeza y veo al Escritor. Ese hombre cercano, generoso, al que siento a menudo a mi lado. Al que quiero por su honradez, entre muchas otras virtudes. La humanidad, por ejemplo. Se acerca con los brazos abiertos. Me da un abrazo, pero no consigo sentirlo físicamente.  De todos modos, él sí siente el contacto. Yo, no. A continuación me comenta: “La frase no es mía. Es de Isabel Allende. Y cuando la leí me puse a hacer ruido”. Sonreí. Hacía muchos meses que no sonreía. Y empecé a pensar en el Escritor. Poco a poco, ciertos recuerdos se instalaron en mi mente. Recordé una casa en una montaña, un hombre escribiendo con pasión, una piscina, unas palabras… El Escritor no tuvo una vida fácil. Ni de pequeño ni después. El trabajo y la constancia fueron sus armas para triunfar. Y creer en sí mismo. Él quería ser escritor. Y lo fue. Y lo es. Y lo será siempre. Escritor con mayúsculas. A pesar de su padre, que estaba obsesionado con las matemáticas. A pesar del profesor de esa materia que le llamaba pato, porque su tartamudez, superada con gran esfuerzo, le impedía decir que dos más dos eran cuatro. El Escritor niño se quedaba diciendo cua – cua – cua… y, claro, ese hombre con un sentido nulo de la pedagogía y con una imperdonable falta respeto a su alumno le hacía la bromita.

Nuestro Escritor quiso escribir desde niño. Recuerdo la anécdota que le hice repetir, porque me parecía una atrocidad, con la maestra de Lengua. Les mandó hacer una redacción (qué palabra más horrible) de tres folios y tema libre.
El Escritor escribe un cuento de un marciano verde que bajaba de Marte a la Tierra. La mal llamada maestra se puso más verde que el bicho, le llamó burro y, ofendida, le puso un cero.
Su padre lo mataría si llegaba a casa con esa nota. Y había escrito seis folios con un lenguaje muy cuidado.
El Escritor protestó y dijo en voz alta que quería ser escritor. La mujer, persona cruel donde las haya, le espetó: “¿ Tú, escritor, S.? Mira, hijo, mejor te buscas un trabajo, porque eres un inútil y lo serás toda la vida. No sueñes”.


No pude dejar de pensar en ello. Me parecía muy triste.
El Escritor me miraba fijamente sin decirme nada.
Yo seguía dándoles vueltas a estas cosas y le pregunté: “¿Y tú cómo te sentiste en esos momentos?”
Él no sabía de qué iba la pregunta.
Se quedó extrañado. Hizo una de esas muecas tan graciosas que esculpe en su rostro.
Ladeó la cabeza, puso cara de Humphrey Bogart y sonrió.
Yo también. Preferí no comentarle nada de lo que estaba golpeando mi cerebro. “¡Vaya monstruo!” pensé “¡Qué barbaridad!”, se me escapó.
Y me quedé mirándolo sin abrir la boca otra vez.


El Escritor se ha convertido en escritor, a pesar de las muchas zancadillas que le pusieron. Admirable, el Escritor. Ejemplar su actitud. Una obra que apabulla. Y es humilde (aunque, a veces, no lo parezca), es buena persona (algo egocéntrico pero…) y piensa mucho en los demás. Conoce sus limitaciones. Nunca se pasa. Sabe escuchar. Y defiende con pasión su método de escritura.
Jamás le he oído hablar mal de un colega. Hasta en eso es elegante. Lleva encima más de cuatrocientos libros, escritos a base de una dedicación casi exagerada, más de cuarenta años de oficio literario y millones de ejemplares vendidos.
Y el Escritor, ya lo dije antes, es generoso. Su Fundación es un hito. Un ejemplo de amor al hecho de leer y escribir. El Taller de Letras J S i F de Medellín, un ejemplo a seguir. No en vano fue reconocido a nivel mundial con el Premio IBBY-Ashai 2010 a la Promoción de la Lectura. Su revista on line, La Página Escrita, es una joya. El Escritor como escritor es un lujo; como persona, mucho más.

Acaba de abrir la sede de la Fundación en Barcelona. ¡Qué tío! Y el premio que patrocina para jóvenes escritores y escritoras... Es una persona sin par.

Mientras escribo todo esto en mi cuaderno, el Escritor está escribiendo también. ¿Será un nuevo guion? ¿Será un nuevo capítulo de su próxima novela? Él está a lo suyo. Con su presencia me basta.

¿SERÉ YO?
Sigo sin saber quién soy, pero me siento bien gracias al Escritor. Estoy seguro de  que me conoce  pero no quiere decirme nada. Yo también lo conozco. Nunca me he atrevido a preguntarle sobre mi identidad. Y, de repente, suena una canción. Es de Bob Dylan. Concretamente “Simple twist of fate”. El Escritor levanta la cabeza. Me muestra un libro. En su cubierta blanca aparece la figura del bardo de Minnesota. Me acerco a él. Quiero tocar el hombro del Escritor, pero mi mano traspasa su figura. Como si fuese alguien virtual. Esto me desconcierta. El libro se llama Buscando a Bob.Un chico sale de Vigo hacia Barcelona para asistir a un concierto de Dylan. Me suena. El Escritor sonríe. Tomo el libro en mis manos. Está lleno de fragmentos de canciones dylanianas. Recuerdo haberlo leído en otro tiempo. Vuelvo a mirar al Escritor. Su actitud me tranquiliza. Siento una gran admiración por el Escritor. Se vuelve a reír un tanto pícaramente. Parece indicarme que abra el libro por las últimas páginas. En una de ellas dice Nota del autor. Leo con esfuerzo algunas líneas. Las dos últimas dicen lo siguiente: Buscando a Bob está dedicado a Antonio García Teijeiro, mi hermano en Dylan y en la literatura”. ¡Qué bonito! ¡Quién pudiera ser ese señor…! ¡Hermano en Dylan y en la literatura del Escritor!
Siento que me mira curioso. Me hace algún gesto que no comprendo.

Si yo fuese ese tal Antonio García no-sé-qué… sería maravilloso. ¡Qué suerte tienen algunos!
Pero no lo soy. Si lo fuese sentiría temblar mi cuerpo. Y no, sólo siento envidia. Permanezco callado. Pongo la mano en mi corazón y percibo que late un poco más rápido de lo normal. ¿Qué me querrá decir? No lo sé, pero de lo que estoy bien seguro es de que yo no soy ese Antonio. ¿Quién sabe si no daré algunos pasos más en mi odisea por saber en realidad quién soy en este mundo de cretinos? Vuelvo al libro. Lo hojeo de nuevo, como si no me quisiera desprender de él. Me detengo en la página 193. Me encuentro con un larguísimo poema. Se llama Elegía #1. Es hermoso. Abre caminos. Da pistas. Plantea preguntas. Ofrece consejos. Me encanta. El Escritor es poeta. Lo que faltaba. Él, que se reía del poco espacio que ocupaban en los libros los poemas, escribe uno de casi cuatro páginas en la novela. Siempre lo supe. El Escritor ama la poesía.Lo que decía en torno a ella era pura broma. El Escritor tiene un gran sentido del humor.

Eres grande, Escritor. Definitivamente no podrán contigo. Como no pudieron las insensateces que escuchabas cuando empezabas y, antes, cuando nacían tus sueños. Esos que no te abandonan jamás.
Escritor, amigo, ya sabes decir cuatro de un tirón. La maestra se comió con patatas sus palabras y tus enemigos, esos que nunca has buscado porque no eres envidioso, suben por las paredes de la impotencia.


Levanto la cabeza y el Escritor ya no está.
Me quedo con el libro.
Me dirijo hacia donde estuvo sentado durante todo este tiempo y veo un papel escrito sobre un pequeño muro. Lo cojo.Es su letra.Una letra muy peculiar. Lo leo para saber qué dice.Es para mí. Lo intuía.Y estas son sus palabras:

“Si hay alguien que debe creer en ti eres . No te desanimes. Sigue el camino de la esperanza. Recuerda que has leído novelas antes de ser publicadas y que en todas ellas, por muy duras que fuesen, flotaba la esperanza. Sigue el ejemplo. Hasta ella te han de llevar tus sentimientos, tu fuerza, la música, la literatura… Piensa en lo que perdura. Piensa en la amistad y el esfuerzo con el que dedemos afrontar esta vida. No apartes de ti la pasión creativa. Con todo ello llegarás de nuevo a ti. No estás tan lejos. Créeme”.

Hermosas palabras de alguien que pasa por este mundo oliendo sus aromas, mojándose en la lluvia de seda, cruzando los caminos de la bondad, escribiendo por necesidad interior, escuchando música atemporal.

Retorno al poema Elegía# 1 y lo escribo en mi cuaderno. Me tiembla la mano por la emoción, pero hoy la Nada ha quedado en la Nada.
Hoy me encuentro en un espacio de sentimientos.
Siento la mano de la mujer que me ama sobre la mía. La necesito, mientras pongo por escrito estos versos:
  



ELEGIA # 1

            No importa por qué estás vivo: estás vivo
            No importa por qué vives: vives
            No te preguntes qué haces aquí: haz algo
            No importa lo que tienes, sino en qué lo empleas

            No importa quién eres, sino qué eres
            No Importa cuanto hagas, sino por qué lo haces
            No te preguntes si lo mereces, gánalo
            No importa cuanto vales, sino si vales algo
 
            No importa de dónde vienes, sino a dónde vas
            No importa a dónde vas, sino ir a alguna parte
            No importa a qué parte llegues, sino llegar
            No importa llegar, sino hacerlo bien

            El mundo está lleno de gentes sin rostro
            Caminando a ciegas al margen del camino
            Todos deberíamos romper los espejos
            En los que buscamos reflejarnos desesperadamente

            ¿Que se siente al poseer el alma de un hombre?
            ¿Puedes ver en el límite de su frontera?
            ¿Cuantas veces deberás repetirte que tú eres tú
            Y que todo el universo está en tu mente?

            Todas tus distancias están en mi
            Pero quisiera que la mía fuese proximidad
            Cierra la puerta del adiós para darme tu bienvenida
            Vende una ilusión para comprar un sueño

            ¿Cuantos amores hacen falta en tu piel
            Para que sepas qué es el amor?
            Las manos del viento arrancan destellos
            En el cuenco de plata abierto en tu sima.

            Si los pájaros no están libres de las cadenas del cielo,
            ¿Cómo huir nosotros de la cárcel de la tierra?
            Todos los amores del mundo brillan como cien mil soles
            Y tú tienes la edad de la dulce esperanza
 
            He vivido dentro y fuera de la felicidad
            Y sé muy bien de qué color es
            Mis alas nunca me han hecho volar bastante alto
            Que las tuyas no lleguen a quemarse con el sol

            Este es un largo, muy largo camino
            Sin veredas, sin descansos, sólo horizonte
            Despegamos hacia la muerte al nacer
            Sin vuelta atrás, todo hacia adelante

            Sigue moviéndote con el mundo, no te pares
            El tiempo que se pierde es el peor olvido
            El ordenador grita todos tus sueños
            Y yo soy el punto de partida, no la Gran Meta

            Métete en mis zapatos y verás mis caminos
            Mira a través de mis ojos y verás mis sueños
            Siente con mis manos y conocerás mis orgasmos
            Vive en mi mente y cantarás mi vida

            Quitaos las máscaras del genocidio
            Esta es nuestra tierra común
            Gritad por los muertos desaparecidos
            Cantad por los inocentes que ignoran


            ¿Has oído hablar de la palabra Libertad?
            ¿Has oído el sonido de las cadenas?
            ¿Has creído que todo es mentira?
            La verdad no es más que un soplo de vida

            Creo que todos debemos rompernos
            Que nadie llegue entero al final del camino
            Una vida por gastar es tan poco
            Siente que le has dado algo al mundo

            Experiencia es como llamamos a nuestros errores
            Intenta ser libre y nunca mires atrás
            Dylan dijo: Que permanezcas siempre joven
            Yo os digo: Que lleguéis a viejos colmados

            Ámame cuando estemos juntos
            Olvídame cuando me vaya
            Siénteme cuando hagamos el amor
            Mátame cuando me muera

            Se siempre fuerte, pero cede
            Se siempre grande, pero aprende a empequeñecer
            Se siempre dulce, pero déjate un punto amargo
            Se siempre hermosa, pero sobre todo por dentro

            No vueles en círculos sino en línea recta
            No cedas bajo ningún viento
            No te rindas antes de la eternidad
            No camines por calles sin esquinas

            Que la vida te dé sus dones
            Que la muerte llegue muy tarde
            Que la vida te dé la paz
            Que la muerte no sea una guerra

            El amor es un fantasma transparente
            Envuélvete en él y escúpele al odio
            Perdona siempre a quien hayas amado
            Y no olvides que un día fue tuyo
 
            Vas de camino, hay muchas paradas
            Nunca llegues al final sin recordar
            Aunque tus manos un día se quiebren
            Que tu corazón mantenga tu norte

            No deberías envejecer nunca
            Pero tu piel no es más que una envoltura
            Ten siempre la edad de tu risa
            Dejaste semillas que siempre crecerán

            Busca tus cielos dentro de la tierra
            Nada en mares eternos
            Vuela sobre fronteras invisibles
            Camina mirando las estrellas

            Enciende tus pasiones cada día
            Descubre quien eres cada noche
            Amanece como si fuera la última vez
            Acuéstate libre de odios

            Vive por detrás de la desesperanza
            Vive por encima del rencor
            Vive por debajo de la vanidad
            Vive por delante de tu libertad

            Vive por todos los que te han amado
            Vive por aquellos que te despreciaron
            Vive por cuantos te ignoran
            Vive por delante de tu libertad

            Vive siempre con una sonrisa
            Vive antes de que te olvides
            Vive después de haberte dado
            Vive por delante de tu libertad

            Vive siempre en este Universo
            Vive al límite de la Frontera
            Vive sabiendo que estás vivo
            Y escápate del Gran Desfile.





 (Este Caderno íntimo, escrito en castellano a propósito, es un homenaje a mi amigo Jordi Sierra i Fabra, por todo lo vivido y lo mucho que nos une.Él, como ya se dijo, es el autor del extenso poema.))
 El cuadro, en el que juegan al ajedrez el Escritor y John Lennon, es un original expresamente creado por Xavier Bartomeus para ser colgado en la sede de la Fundación en Barcelona.





EL ESCRITOR




                                                                                                 O VELLO SOÑADOR