Hace ya cinco años que estuve en Medellín. ¡Qué barbaridad como pasa el tiempo! Aún llevo muy dentro con emoción esos "Gracias por venir" que me decían sus gentes en diferentes momentos de mi estancia en "la ciudad donde siempre es primavera". Palabras de agradecimiento que yo les devolvía, en muchísimos casos, con un abrazo emocionado.
Participé en el Festival Mundial de la Poesía, algo que hay que vivir para poder comprenderlo. Aquí las palabras no llegan para dar una visión certera de la realidad. Imposible contarlo. Yo leí, ante un auditorio lleno de personas ávidas de poesía, dos poemas de Na fogueira dos versos. Y también trabajé intensamente en la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra para Latinoamérica ubicada en esta controvertida (para mí, maravillosa) ciudad colombiana. Del trabajo de tan necesaria institución ya hablé y escribí en revistas y en periódicos en aquel momento. Solo decir, que años después, el trabajo, la ilusión y el cariño con que desenvuelven sus tareas siguen siendo algo modélico y ejemplar. Puedo decir que mi visita a Medellín fue una de las experiencias más emotivas y maravillosas que he vivido a lo largo de mi vida.
Mi intención era (y es) no hablar de mí, pero en unas Jornadas literarias de mi cargada agenda de trabajo, conocí a un hombre especial. Un hombre con la poesía a flor de piel. Con la poesía tatuada en el corazón. Un hombre, poeta, muy buen poeta que me cautivó. Su nombre, Javier Naranjo. Como acabo de decir, un gran poeta, pero también un extraordinario gestor cultural. Lo que más me llamó la atención de todo lo que hacía (y era mucho) fue esa labor docente con niños y niñas que realizaba sobre literatura infantil. Charlamos al final de un taller que yo dirigía y resultó una conversación muy estimulante, al menos para mí. En ella, hablamos de poesía, contrastamos puntos de vista, comentamos diversos enfoques literarios y coincidimos en las múltiples actividades que se pueden llevar a cabo con los pequeños en torno a la lectura y a la escritura.
Más tarde me enteré por medio de la colaboradora colombiana, coordinadora de mis dos eventos, que su poesía figura en numerosas antologías de Colombia y fuera de ella y que fue, entre otras muchas cosas, director de la Casa de la Cultura de El Carmen de Viboral, donde fundó el prestigioso grupo literario SALVIA.
Así que no puedo resistirme a poner aquí dos poemas de su autoría.
Antonio y Javier Naranjo |
El primero se llama Hijos y dice:
Uno
los protege
de morir
uno les evita
el agua vieja
el agua
en la que ciegos se abandonan
uno los alimenta
los disputa
al rostro
que los sigue
a la boca ávida
que los llama
Y el segundo se llama La vida. Leamos:
La vida es la que amontona
los platos sucios
en la cocina
la vida que come
que gasta
que no respeta
lo que se sirve
y va a ser devorado.
En este artículo, voy a centrarme en su labor con los pequeños.
Javier Naranjo me regaló un libro único. Un libro que me impactó.
Un libro curioso, interesante que está formado por definiciones que los niños dan a los hechos, a los objetos, a las instituciones, a los conceptos o a las personas que pueblan esta sociedad bastante enferma. El álbum, precioso, editado por Alfaguara en Colombia en 2005, se llama Casa de las Estrellas. En él, Javier Naranjo, a lo largo de varios años, ha invitado a los niños a definir palabras; sus respuestas, sorprendentes entre lo divertido y lo cruel.
Javier Naranjo pone en las primeras páginas del libro unas citas de Mallarmé, Ítalo Calvino y Hölderlin que hacen referencia a las palabras. Escribo aquí, por corta y por su carácter poético las del autor francés: "Las palabras son monedas gastadas que los hombres intercambian en silencio".
Así comienza el libro. Y tras las citas, una presentación muy interesante, en la que explica un poco la mecánica desarrollada para conseguir definiciones, algunas de las cuales te dejan frío.
Leamos algunos párrafos de lo que dice Javier Naranjo en esta presentación:
"Este trabajo surgió como un juego y quiere entregarse como juego. En diversos momentos, y a lo largo de varios años, invité a los niños de primaria a dar el significado de algunas palabras, a que su propia mirada revelara.
Las palabras surgieron sin ninguna deliberación particular, salvo - quizás - el que fueran suscitativas. ¿Cuántas y cuáles lo son en el vértigo del lenguaje? (...)
Respetamos la voz de los niños, sus titubeos, dislocaciones, su secreta arquitectura. Sus hallazgos en el milagro de revelar en lo enunciado. Respetamos su voluntad de olvido o profunda memoria. Sinceridad en la intención (...)
Que la indiferencia de los niños con las palabras permita abrir la puerta al gozo que teníamos mientras jugábamos".
De este modo termina su presntación del libro Javier Naranjo.
Ahora, toca leer algunas definiciones de tan sugestiva propuesta, colocadas en el libro por orden alfabético.
AGUA. Transparencia que se puede tomar. (Tatiana, 7 años).
AMOR. Es cuando una persona se quiere y hasta se puede casar y tener hijos y todas esas bobadas. (Ana Cristina,7 años). O esta otra de de Sebastián, 5 años: Dar un besito a la mamá y a la novia.¿Sabe quién es mi novia?, mi mamá.
ANCIANO. Es una cosa muy buena, porque le salen a uno arrugas. (Juliana María, 10 años)
BLANCO. Es un color que no pinta . (Jonathan, 11 años)
CUERPO. Es como una cosa que le anda a uno ( Andrés David, 6 años)
DESPLAZADO. Es cuando lo sacan del país para la calle (Óscar Darío, 11 años)
DIOS. Es invisible y no sé más porque no he ido al cielo. (José, 3 años)
GUERRA. Es un juego que jugamos los niños de ahora. (Paula Andrea, 9 años)
HOGAR. El hogar es algo que de repente se separa. (Juliana E., 10 años)
IGLESIA. Donde uno va a perdonar a Dios (Natalia, 5 años) y
LENGUAJE. Cosa que sale de la boca. (Tatiana R., 7 años)
MADRE. Nace, crece y tiene un hijo y muere. (Fabián, 12 años)
MIEDO. Es que mi mamá maneja un carro y unos señores de la cañería no pueden comer y le rompen el vidrio del carro y la matan y matan a mi papá y vivo solo (Orlando, 6 años)
MUJER. Esposa de un hombre y de otro más. (Yorlady, 8 años)
NOVIO. Cosa con la que se hace el amor (Andrés, 11 años)
PADRE. Es una persona muy especial porque nos tuvo en su corazón cuando nos tenían en el vientre.
Y vamos a poner la última. Es muy poética.
Corresponde a la letra P y es PALABRA. Dice León Alfonso, 11 años: En donde se ocultan las palomas.
Perdón, como hablamos de poesía, terminaré con la definición de Eulalia, 12 años : Expresión de reprimidos.
Ahí es nada. Una gran experiencia que dice mucho de Javier, siempre pensando en agrandar el mundo de pequeños y adultos, a través de la palabra poética.
ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO