Javier Golvano |
E o
prometido é débeda. Aquí está, para que gocemos con ela, a segunda parte do
magnífico traballo de Javier Golvano
sobre os contratenores. Unha verdadeira delicia.
Pouco
podo engadir a o que xa dixen na primeira parte deste “recital”.
Animo
os lectores a que se deteñan nos vídeos e poidan saborear a música de Thomas Campion, de Henry Purcell, de G.F.
Haendel ou de Monteverdi. Están
cantadas esas páxinas musicais por grandes contratenores, que xa son lenda no
panorama da música clásica. Dende Alfred
Deller a Philippe Jaroussky
atopamos un extraordinario número de cantantes que posúen un gusto exquisito
nas súas voces.
Esa
música á que volvemos sempre, prefiramos os xéneros que prefiramos. Os clásicos
sono por algo. Eu non podo pasar sen escoitar música de cámara, sinfónica,
vocal etc. demasiado tempo.
Claudio Monteverdi |
Eu
volvo a Beethoven, a Bach, a Brahms, a Stravinsky, a Shostakovitch, ao barroco, á música
antiga, a Haydn, a Monteverdi, á ópera… con máis
frecuencia da que os que me coñecen imaxinan.
Non
pode ser doutro xeito. A música clásica
reconfórtame, fai que me congracie comigo mesmo, que a emoción encha a miña alma terreal. A música clásica sálvame e
axúdame a soportar toda caste de desgustos e ábreme o campo cando moitos queren
poñerlle portas ao mesmo.
O piano
chámame e bate na miña persoa para espertar os meus sentidos. O violín cántame
no oído cuns agradables rechouchíos. O violoncelo pide permiso para facerse
dono, dun xeito fondo, dos meus soños coa súa voz grave. O rexistro vocal dos
tenores, baixos, barítonos, sopranos, contratenores ou contraltos lévanme máis
alá da realidade e visito con ela espazos atemporais.
É a
música clásica, meiga e doce; bruxa e dama; camelia e adelfa.
E non
esquezo os directores que conducen as orquestras por terreos baldíos para
darlles a auga, a semente, o vigor que precisan ata enchelos de vexetación.
Ai, a
música clásica!
Que
fonte conmovedora e creadora de estímulos!
Digo
agora, para rematar, que non deixedes de escoitar Ombra mai fú, da ópera Xerxes de Haendel. Unha alfaia da música vocal. Unha aria que me fai sentir
arrepíos de emoción cada vez que a escoito.
Parabéns,
Javier, pola lección amena e emotiva que nos deixaches nestas dúas entregas.
SEGUNDA PARTE
Siendo Deller miembro del coro de
Canterbury le oyó cantar y conoció de su empeño el compositor contemporáneo
Michael Tippett que le animó a seguir por ese camino y le ayudó también a
debutar en Londres, cosa que hizo en 1948.
Para desarrollar ese repertorio
A. Deller fundó el “Deller Consort”, con el que le oyó Benjamin Britten que
acabaría escribiendo para él, en la tesitura de contratenor, el papel de Oberon
en la ópera “El sueño de una noche de verano”. Alfred Deller cantaría ese papel
en el estreno de la misma en el festival que ya por entonces B. Britten había
consolidado en Aldebourgh.
Deller Consort |
Trabajó en aquellos años no sólo
con su “Deller Consort” sino también con músicos flamencos que por entonces
estaban en la misma línea de recuperación de la música antigua como Frans
Bruggen y Gustav Leonhart, así como con el estadounidense William Christie que
se acabaría instalando en Francia y creando el grupo “Les arts florissants”,
durante muchos años representante y ejecutor señero de esta música y muy
particularmente de la francesa.
Que Deller tenía una buena
opinión de su labor y desempeño nos lo pone de manifiesto una anécdota sobre
él, narrada según algunos por Michael Chance y, según otros, por Charles Brett,
ambos muy interesantes contratenores ingleses de generaciones más jóvenes.
Terminada una actuación en
Francia una espectadora, evidentemente curiosa e interesada, se le acercó y le
soltó directamente “Are you an eunuc?” (es usted un eunuco?) a lo que Deller
contestó, despejando la duda y estableciendo el escalafón: “No, I´m not an
eunuc, I´m unic” (No, yo no soy un eunuco, lo que soy es único).
En la siguiente grabación podemos
oírle en la página de Thomas Campion:
“Shall I Come, Sweet Love to Thee”
Deller fue también profesor,
maestro y modelo de las siguientes generaciones de contratenores, rescatando
para nosotros en el siglo XX una voz que en sus mejores intérpretes puede ser
tremendamente expresiva.
Contratenores que siguieron el
camino abierto por A. Deller fueron, entre otros, Paul Esswood, que tomaría parte
en la grabación íntegra de las cantatas de Bach abordada al alimón por Gustav
Leonhart y Nikolaus Harnoncourt; René Jacobs, que se iría dedicando
posteriormente y hasta hoy mismo a su carrera de director, marginando la de
cantante, o más recientemente Andreas Scholl y, naturalmente, los ingleses como
Charles Brett, Michael Chance y otros varios entre los que la figura más señera
ha sido la de James Bowman.
James Bowman |
Por el año 1967 Benjamin Britten le oyó cantar y
tan complacido quedó que escribiría con posterioridad para él, el papel de “La Voice of Apollo” en su ópera “Death in
Venice” basada en la obra homónima de Thomas Mann.
Bowman debutaría en el Festival
de Opera de Glyndebourne en 1970 en “la Calixto” de Francesco Cavalli y en 1972
lo haría en el Covent Garden con la Royal Opera House. En el estreno en dicho
teatro de “El sueño de una noche de verano” encarnaría el papel de Oberón, el
papel que Britten escribió para A. Deller pues, al parecer, los responsables de
la producción para el Covent Garden no confiaban demasiado en las cualidades
escénicas de A. Deller. Con posterioridad, su carrera operística se desarrolló
en los grandes teatros de la ópera de todo el mundo: la Scala, Viena, París,
San Francisco, etc., a la que ayudó sobremanera su ya comentada poderosa
presencia escénica, su carácter y su talento para la interpretación.
En paralelo a dicha carrera y de
modo no menos importante, formó parte y colaboró con los grupos ingleses más
destacados en el desarrollo de la música antigua como el “Early Music Consort
of London” del temprana y desgraciadamente malogrado David Munrrow, con quien
entró en contacto en 1967 y con el que colaboraría toda una década, o el Pro
Cantione Antigua y, con posterioridad y durante muchos años, con The King´s
Consort, el grupo liderado por Robert King.
En la siguiente grabación, junto con
Michael Chance puede oírsele en la célebre página de Purcell: “sound the
troumpet”
Ha abordado los grandes papeles
para su voz en las óperas de Haendel: “Alcina”, “Ariodante”, “Julio César”,
etc. así como el repertorio de Purcell o el de Monteverdi y Vivaldi- el “Orlando
Furioso”- y también obras contemporáneas de compositores ingleses como Tipett o
Maxwell Davies.
¿puede uno no emocionarse
oyendo “Ombra mai fù” y más aún así
cantada?
Podemos ver también una muestra
de su carácter escénico en el siguiente vídeo perteneciente a la producción de
la Royal Opera House del “Julio César” de Haendel que dirigió Charles MacKerras
y en la que el papel protagonista lo abordaba la gran mezzo Janet Baker.
giulio cesare: “upstart,
barbarian and traditor”
Vean el genio que gasta este
Ptolomeo que, a la vista de los propósitos de Julio César para Egipto y para
Cleopatra, quiere echarlo de los dos sitios, de Egipto, que es su reino, y de
la cama de Cleopatra que es su hermana y mujer. Ya saben que los miembros de la
dinastía egipcia ptolomeica eran muy suyos- en todos los sentidos- y bien se
les podía aplicar la frase de Cabrera Infante: “Hecho un incesto, hecho
ciento”.
Entre otros contratenores
actuales más jóvenes y de valía podríamos citar a Emmanuel Cencic, al español
Carlos Mena, a Bejun Metha, pero el más interesante de todos ellos es el francés Phillipe Jaroussky
(1978-).
Oigan con qué delicadeza se puede
cantar a Monteverdi: “si dolce èl
tormento”
y si a uno además le acompaña la propia
Poppea en la página final de “L’incoronazione di Poppea” del citado Monteverdi:
“pur ti miro”, pues qué les voy a contar
Este excelente contratenor
francés de amplia formación musical, pues estudió violín, piano, armonización y
contrapunto en el conservatorio de Versalles, debutó como contratenor en 1999 y
ha actuado con J. Claude Malgoire y su “Grande Ecurie et la Chambre du Roi”,
bajo la dirección de especialistas de música antigua y barroca como J. Ch.
Spinosi o G. Garrido y creó en 2002 su propio conjunto Artaserse.
Ha abordado en directo y también
grabado obras de Vivaldi, como el “Orlando Furioso”, canciones de Monteverdi
del que existe un precioso disco grabado con el grupo L´Arpeggiata de Christina
Pluhar, así como la ópera “L´incoronazione di Poppea” y ha abordado también con
su hermosa y expresiva voz el repertorio de la canción francesa del que es
testigo el álbum “Opium” con obras de G. Fauré, G. Lekeu y, entre muchos otros,
del compositor franco-venezolano Reynaldo Hahn que fue amigo o más que eso de
Marcel Proust y del que pueden escuchar a Jaroussky, como despedida, en el
siguiente vídeo su maravillosa “A Chloris”.