Versos e aloumiños es un espacio abierto a todo aquel o aquella que
nos quiera enviar algún texto. Es un honor que las personas deseen mejorar este espacio libre para hablar de los
muchos temas relacionados con la cultura, desde infinitos ángulos.
Por ello, estamos muy contentos de
que, uno de los mejores poetas de LIJ que hay en este país, Juan Carlos Martín Ramos, nos envíe
tres poemas inéditos que, de momento tenía guardados, tal como explica en el
correo electrónico, que reproducimos a continuación.
Son tres poemas preciosos, muy
propios del autor, cuidados al máximo y de una calidad muy alta. Juan Carlos, y
esto es una alegría, es un asiduo de este espacio. Asiduo porque lo lee
habitualmente y asiduo porque Versos e
aloumiños siempre estará a su disposición. Su seriedad poética, esa que no
le permite tomar la poesía para niños como algo trivial, y su generosidad, nos
hace muy felices.
Gracias, Juan Carlos, por
regalarnos versos tan bellos.
En Madrid al final de Trovapaz. 2011 |
Querido
Antonio:
Me decido
por fin a enviarte unos poemas para tus “Versos e aloumiños”. Cuando los
escribí, estos tres y algunos más, mi intención era que formaran parte de un
libro que se llamaría “Hace más de mucho tiempo”. Pero tardé más bien menos que
poco tiempo en guardarlos en un cajón ante la sospecha de que escribir una
especie de álbum poético con recuerdos de mi infancia no tenía el menor
interés.
Mi intención
era buena, porque pensaba que hablar de las vivencias de un niño que creció en
un mundo tan diferente al actual y en una época en la que tanto valor le
dábamos a las cosas más insignificantes, me iba a permitir construir un puzle
en el que los jóvenes lectores de ahora también podrían colocar o descolocar
sus propias piezas.
Tal vez retome
el libro algún día y lo termine, o tal vez solo le vaya añadiendo nuevos poemas
en la medida en que vayan surgiendo. Eso ha pasado con uno de los poemas que
escribí para la postal que os enviamos en Navidad y que, con alguna pequeña
modificación, ha pasado a llamarse “El rey del balón”.
Seguramente
estos poemas no se publicarán nunca, así que, animado por tu generosa
invitación, no se me ocurre un destino mejor para ellos, los pobres, tan
inocentes e inseguros, que un confortable y protector rincón de tu hermoso
blog, tan lleno de amigos y en general de gente a la que quiero y admiro.
Te envío
también una foto en la que una vez más podrá comprobarse quién era el niño más
travieso de mi barrio. Al fondo, a la izquierda, se adivina una máscara
dibujada sobre un teatrillo de títeres que construí con una enorme caja de
cartón que llegó a mi casa con un frigorífico dentro. La camisa me la hizo mi
abuela.
Y ya te
contaré algún día la historia del pájaro.
Un fuerte
abrazo.
Juan C.
Juan Carlos Martín Ramos, niño. |
LOS POEMAS
HACE
MÁS DE MUCHO TIEMPO
Hace
más de mucho tiempo,
todo
era más grande
y
yo más pequeño.
La
luna más alta,
más
largo el invierno.
Todos
los caminos
llegaban
más lejos.
Hace
más,
mucho
más de mucho tiempo,
no
lograba de puntillas
ver
mi cara en el espejo.
Daba
vueltas y más vueltas
en
la inmensa cama
de mis sueños.
Un dibujo en la arena de la playa de Samil. Vigo. 2012 |
FOTO
ESCOLAR
Estoy
sentado
delante de
un mapa,
con un
libro abierto sobre la mesa,
con los
ojos fijos, clavados
en la
cámara.
Se me nota
que quiero salir
en la foto
con cara
de niño bueno,
pero las
pecas
alrededor
de mi nariz
me
delatan.
El tiempo
ha pasado,
como es su
costumbre,
desde
entonces.
He
olvidado la lección
de aquel
libro,
en aquel
mapa hay países
que ya no
existen,
en mi cara
ya no hay rastro
de
aquellas pecas.
Con Susi y Lurdes en nuestra casa. 2012 |
EL JUEGO
DEL ESPEJO
Me gustaba
jugar
con un
pequeño espejo.
Abría la
ventana para cazar
un rayo de
sol
y
reflejarlo
en los
rincones más oscuros
de mi
casa.
Dibujaba
en las paredes
garabatos
de luz,
iluminaba
por sorpresa
la cara de
mi madre,
aprendía a
escribir mi nombre
en la
pizarra de sombra
con letras
luminosas
y fugaces.
Aún me
gusta jugar
con mi
pequeño espejo.
Abro la
ventana cada día
y me quedo
a la espera,
acechando
la llegada
del primer
rayo de sol.
JUAN CARLOS MARTÍN RAMOS