Lo
que saben los erizos
Beatriz
Osés
Ilustraciones
de Miguel Ángel Díaz
Editorial
Faktoría K de Libros
Beatriz
Osés
es, hoy por hoy, una escritora de referencia dentro del mundo de la LIJ
española. Y lo es por méritos propios. Por la calidad de sus libros, por los
premios conseguidos y porque es una persona implicada desde la docencia en
iniciativas para incentivar a los jóvenes (y también a los adultos) para que lean y se acerquen a la lectura a
través de la creación literaria.
Con El secreto del oso hormiguero, un
libro magnífico, ganó en 2008 el prestigioso Premio Internacional de Poesía
“Ciudad de Orihuela”. Con ese libro empezó a a asentarse como poeta, pues
Beatriz Osés es una excepcional narradora.
Ahora, noviembre de 2015, aparece en la
Editorial Kalandraka su segundo poemario, Lo
que saben los erizos, con unos poemas llenos de ternura, melancolía y humor
que refuerzan la capacidad lírica de esta autora.
Lo que saben los erizos
es un libro que contiene 30 poemas teñidos de curiosidad y una cierta
melancolía. Es un diálogo permanente entre la niña y los distintos animales a
los que pregunta y de los que no siempre recibe respuesta. Y se pregunta cuánto
pesa una lágrima, cuándo pasa la tristeza, cuándo se le olvida al elefante por
qué llora, lo difícil que es llorar en el Polo Norte. Se habla de las lágrimas
del pájaro carpintero, de que el hipopótamo tiene los ojos rojos y se encuentra
en un río que antes no estaba. Conocemos lágrimas de rinoceronte. Sabemos que
las avispas lloran lágrimas afiladas y que la jirafa cuando llora moja las
estrellas.
Poemas con mucho ritmo. Que riman en
asonante. Poemas con repeticiones, con estribillos. Encontramos alguna mentira
(En la Luna, / las lágrimas de las mariposas / caen hacia arriba) y alguna
nana. Metáforas de vida.Está claro que es difícil prescindir (no hai por qué, sino todo lo
contrario) de la influencia de la literatura tradicional. Y Beatriz Osés lo
sabe, se deja envolver por su espíritu, pero otorga a su discurso poético una
voz propia que lo hace atractivo y sorprendente.
Ella misma habla del poemario como “una
elegía perruna que, con los años, se fue transformando en un pequeño recorrido
para alejar la tristeza de la mano de distintos animales y de la curiosidad de
una niña”.
Las ilustraciones de Miguel Ángel Díez son de una expresividad que contagia. Se hace eco
de lo que el texto dice y, con un toque de simbolismo, lo refuerza con guiños
cómicos y tiernos, creando unas imágenes de un gusto exquisito.
Un libro precioso que nos permite una
lectura sosegada y muy placentera.
ANTONIO GARCÍA
TEIJEIRO