CARLOS MURCIANO ( Arcos de la Frontera, 1931)
LA PÁJARA PÁLIDA
La pájara pálida
voló entre los álamos.
Caía el crepúsculo,
Carlos Murciano |
esdrújulo y cálido.
La pájara pálida
derramó su cántico
sobre los nenúfares
y los lirios cándidos.
La pájara pálida
cerró al fin los párpados.
El sueño era un níspero
dulcísimo y mágico.
CANCIONCILLA DE MARÍA CELESTE
María Celeste tiene
los ojos como carbones.
Debiera tenerlos verdes.
O azules. O grises. Nunca
celestes.
El celeste de María
celeste de su alegría.
LUCILA CON L
Lucila lame su helado.
El labio se le congela
y la lengua se le hiela
con el hielo limonado.
Su abuelo mira alelado
cómo el barquillo vacío
destila un hilo frío
que corta como un serrucho,
mientras en el cucurucho
se cuela el sol del estío.
( Del libro La niña
calendulera editado por Ediciones SM, 1989)