Mariano Coronas |
Es un hombre de principios. Es un hombre con una fuerza y
una energía que ya provocaba mi admiración, antes de conocerlo personalmente.
Es un hombre auténtico, honrado,
dedicado a promover toda clase de innovaciones para que la educación sea más
abierta, más rica y mejor.
Hablar de Mariano Coronas Cabrero
es hablar de Bibliotecas Escolares.
Hablar de Mariano es hablar de su
admiración por los maestros y el arte de enseñar deleitando. Como muestra, esa
carta abierta a los maestros y maestras que se puede leer en internet.
Hablar de Mariano es hablar de esa
maravillosa y útil revista bibliotecaria que se llama Bibliotelandia, en la que
podemos ver dibujos, textos varios, poemas, colaboraciones y actividades que
nos enseñan a ser mejores maestros. A sentir la importancia de las bibliotecas
en las escuelas, esas que necesitarían más atención y personas formadas para
atenderlas y que él lleva con entusiasmo como BEV, es decir, Bibliotecario
Escolar Voluntario. Bibliotelandia ya cumplió más de 25 años saliendo con el esfuerzo de su equipo y sus alumnos y
alumnas.
Hablar de Mariano es hablar de
maratón de cuentos, de la Avenida Literaria, del sabor de Aragón, de la
atención a la naturaleza y de amar, igual que yo, a Labordeta.
Hablar de Mariano es conocer la
dignidad humana.
Hablar de Mariano es hablar de los
Movimientos de Renovación Pedagógica, que tanto cambiaron el enfoque educativo
en este país.
Hablar de Mariano es hablar del
Sobrarbe, de la revista El Gurrión, que yo leo cada mes con un cariño
entrañable.
Hablar de Mariano es aprender
hermosas palabras que se dicen en A Buerda / Labuerda. Palabras propias de
esta comarca como aguatillo, carrasquizo,
dulzaina, mallata, tajadera y tantas otras. Él mismo se define como un coleccionista de palabras.
Hablar de Mariano es hablar de Aula Libre y su colección Creativa, que te anima, entre otros
aspectos, a mirar alrededor de ti
para descubrir cosas hermosas, seres diminutos. Mirar con los ojos visibles de
la cara y con los ojos ocultos de la sensibilidad.
Hablar de Mariano es hablar de leer
las miradas de un niño, las arrugas de un rostro, la alfombra amarillenta del
otoño, el susto y el sobresalto, un apretón de manos o el significado de un
abrazo.
Mariano, mi amigo, es un poeta de los sentidos. Hablar de él es
querer a Mercè, su compañera inseparable que lucha con él, codo con codo, para
conseguir los mismos objetivos.
Hablar de Mariano es hablar de luz
en épocas de tinieblas, como la que estamos viviendo en este momento.
¿Sigo? Llenaría folios y folios
hablando de este maestro de primaria al que adoramos los que lo conocemos y
adoran sus alumnos.
Conocí personalmente a Mariano
Coronas en Cuenca. Ambos impartíamos talleres literarios para enseñantes en
unas Jornadas organizadas por la Universidad de Castilla-La Mancha. Fue
conocerlo y sentir la caricia de su cercanía, de su amistad. Luego, coincidimos
en Baeza, en otras Jornadas y seguí sintiéndolo muy cerca. Desenfadado, divertido, irónico. Un abrazo
suyo sabe a lealtad. En las primeras, estaba Mercè, un encanto de persona, dulce y
cariñosa.
Mariano es un soñador que, aparte
de soñar, tiene los pies en el suelo.
Vale la pena que se lea el
interesantísimo texto que regaló a Versos
e aloumiños, al que hace más rico. Un texto que es una joya de principio a
fin.
Es un hombre con tanto que decir y
enseñar…!
Galardonado en múltiples ocasiones,
gracias al trabajo que realiza en conjunto con sus alumnos y por su trabajo
individual, Mariano es una persona sencilla que no tiene un ápice de presunción
ni ánimo de protagonismos estúpidos.
No puedo dejar de resaltar aquí, el
1º Premio Nacional de Nuevas Prácticas para la Innovación y Dinamización de
Bibliotecas Escolares, a la Biblioteca que dinamiza desde hace más de veinte
años en el CEIP "Miguel Servet" de Fraga (Huesca).
Antes de que leáis el texto que nos
envió, voy a poneros un poema de su autoría, contenido en un libro de Aula Libre (nº 3 de Creación), Mirando
alrededor y un cuento de medio minuto que está en el mismo volumen.
TARDE DE INVIERNO
Tarde breve de invierno,
llueve suave;
todo el paisaje.
Se escuchan los últimos pájaros
en los zarzales;
las chimeneas humean
y se vacían las calles.
……………………………………….
Cuando en otoño los árboles
desgranan sus hojas amarillas;
¡explícale al barrendero
la magia de la poesía!
UN CUENTO DE MEDIO MINUTO
Había una vez un SALTAmontes tan cansado de su nombre que un día
decidió ponerse a ANDAr para ver qué pasaba…Y le siguieron llamando
saltamontes…
Y, ahora, sigamos gozando de su
palabra con el texto enviado.
LEER “CON LAS MANOS EN LA MASA”
El libro y el pan, con la mano se dan
Recuerdo todavía ver funcionar el horno de mi
casa. Mi abuela y mi madre hacían de avezadas panaderas. Tomaban harina y agua,
sal y levadura y amasaban con dedicación y cuidado la mezcla hasta el punto
adecuado. Si en lugar de pan, querían hacer postres: tortas, magdalenas,
pastillos, etc. podían añadir otros ingredientes. Las manos eran las partes del
cuerpo que moldeaban aquellos ingredientes, las que entregaban la masa
fermentada al horno, las que sacaban el pan o los postres cocidos del mismo y
las que nos lo ofrecían en la mesa.
Mariano Coronas Cabrero |
Probablemente algo de lo anterior debería de
haber en el ritual de animar a leer. Tomamos el libro en nuestras manos,
acariciamos la portada, pasamos sus páginas hasta encontrar la que queremos,
elevamos la voz para leer lo que habíamos preparado y, una vez finalizada la
lectura, cerramos de nuevo el libro y lo ofrecemos con la mano a un posible
lector, a una emocionada lectora. Creo que niños y niñas deberían ver llegar a
su maestra o a su maestro cada día con libros en las manos. Esa estampa visual
del maestro o de la maestra trajinando con libros (y no precisamente los de
texto) suele dotarlos de una elevada autoridad moral y de un reconocimiento
especial.
Es cierto que resulta bastante complicado, en
estos tiempos, fomentar el gusto por la lectura entre chicos y chicas. La curva
descorazonadora de la afición se torna claramente descendente a medida que
aumenta la edad de los mismos. Yo siempre he confiado en el “poso fértil”.
Maestros y maestras debemos trabajar pensando en alimentar ese depósito individual
y particular de cada alumno, de cada alumna con buenas sensaciones, con
materiales significativos, con ejemplificaciones naturales y originales… Si
conseguimos que los chicos integren su experiencia escolar como una suma de
momentos memorables (es decir, relacionados con la memoria y, por tanto, con la
posibilidad del recuerdo), es posible que en el futuro, de ese almacén
significativo, de ese humus sedimentado, broten comportamientos, se retomen
actuaciones, se generen actitudes que pudieron quedar dormidas un tiempo. Es
posible que esa conversión excesivamente temprana de muchos niños y niñas en
“ex lectores”, se dé la vuelta en algunos casos por efecto del “poso fértil”.
No he encontrado en todo este tiempo que llevo
en la escuela, mejor forma de fomentar la lectura que leerles yo todos los días
en voz alta. Me refiero a empezar la clase matinal pidiéndoles a los chicos
unos minutos de atención a la voz del maestro que lee un capítulo de un libro
nuevo, un poema, una noticia de prensa, un cuento, una reseña de un libro…y que
muestra el libro porque ya ha entrado en la clase con él en la mano y a
continuación lo deja en la mesa o lo ofrece a quien quiera llevárselo para
terminar de leerlo, para explorarlo un poco más.
En Baeza |
Ni una palabra (o las menos posibles) hablando
de las virtudes maravillosas de la lectura. Sermonear en ese sentido no suele
producir ningún efecto y, en ocasiones, es probable que produzca el efecto
contrario. Esa actitud de involucrarte de lleno en la actividad que propones,
de practicarla en lugar de hablar ampulosamente de ella, de dar ejemplo con su
práctica siempre suele ofrecer mejores resultados. Cuando bajamos a la biblioteca
escolar y nos planteamos la exploración de alguna de sus secciones: la de
cómics, la de poesía, la de ciencias naturales, la de historia y geografía…,
además de las ya consabidas de literatura Infantil, también es conveniente
desarrollar, de entrada, un ritual semejante. Es muy importante que el libro
sea, al menos por un momento, prolongación amable de la mano; mano que abre,
que pasa las hojas, que toca, que palpa, para que se lea y se comente y,
finalmente, se ofrezca. A continuación, cada cual, moviéndose ya con fluidez
por los anaqueles de la primera biblioteca de su vida (descontando en algunos
casos la pequeña estantería de su habitación en la casa familiar) tomarán un
libro de su elección y colocándose en la posición más cómoda, iniciarán la
lectura silenciosa de los libros ofrecidos, de los libros elegidos o bien los
tomarán en préstamo, al finalizar la sesión para llevarlos y leerlos en su
casa.
La lista que podríamos elaborar de
actividades, defendidas por unos y por otros, de animación o fomento de la
lectura sería interminable (y habría que hacer una criba importante de muchas
de ellas), pero hoy sólo quiero hablar de ésta: la mano que acaricia, que
transmite apoyo y da seguridad, la mano que se estrecha en señal de amistad, de
saludo o de agradecimiento, la mano que se agita para indicar situación o decir
adiós, la mano que acompaña los primeros movimientos, la mano en el hombro… esa
mano que da tantas cosas, deposita en la otra mano un libro y una esperanza.
Mariano Coronas Cabrero
Maestro de Primaria y Bibliotecario Escolar
Voluntario (BEV)
Con Andrea, Juan Mata, Antonio y Mercè en Cuenca |