José R. Cortés Criado
é unha desas persoas que, se non existisen, habería que inventalas. Porque este
home ten un sentido ben intelixente da lectura literaria e a súa voz faise
imprescindible nunha sociedade que loita por saír da indixencia lectora na que
se atopou durante ben anos. É un apaixonado da literatura e non deixa de
traballar a prol dun fomento da lectura, especialmente nos nenos e nas nenas,
que el considera imprescindible.
Pepe, como lle chaman os amigos, ten feito
de todo no eido da LIX e, dende o seu blog unabrazolector.blogspot.com continúa
prendendo a luz dos bos libros cun rigor exemplar.
Por iso e moito máis (podedes ler a parte
final desta entrada) José R. Cortés Criado tiña que estar aquí. A súa voz, se
de literatura se trata, ten un brillo que aluma eidos ermos; lugares comúns que
coñecemos e que el intenta que se enchan de libros, de palabras, de contos, de
poemas e de soños.
Moitas grazas, Pepe, bo amigo, por este
texto que vai axudar, sen ningunha dúbida, a que o mundo literario se faga máis
rico.
José R. Cortés Criado |
De animar a
leer
Nuestro
sistema educativo pretende que, al finalizar el período de escolarización
obligatoria, los alumnos y las alumnas sean capaces de leer comprensivamente
una obra literaria o un libro de carácter científico, y dedica mucho tiempo y
esfuerzos para alcanzar ese fin; y esto es así porque las personas no nacemos
con el gusto por la lectura, no es innato al ser humano, es algo que debemos ir
alcanzando poco a poco.
Por ello no
creo que la mejor forma de alcanzarlo sea a través de la obligación y de la
realización de tediosos trabajos. A nadie se le ocurre pensar que por obligarte
a visitar los museos te va a gustar la pintura o por asistir a la ópera de una
manera forzada te conviertas en un amante de ésta. Lo mismo ocurre con la
lectura.
Entonces,
¿cómo se puede fomentar el gusto por la lectura? La respuesta es bien sencilla,
jugando. Es a través del juego como debemos lograr que el niño adquiera ese
placer de leer. Cuando se trata de jugar, puede ser por medio de un
trabalenguas, un recital de poesía, una narración algo dramatizada, una
búsqueda de palabras en un texto, ordenar escenas escuchadas de forma inversa,
desordenar versos….
No olvidemos
que la neuroeducación proclama que el cerebro necesita emocionarse para
aprender, porque investigaciones científicas confirman que, para adquirir nueva
información, el cerebro procesa los datos desde el hemisferio derecho, el de la
intuición, la creatividad, la imagen. Luego no es solo la palabra la que da
información lingüística, también lo hacen los gestos faciales o corporales y la
entonación.
Si
conseguimos que los pequeños atiendan durante una narración, estaremos haciendo
lectores por el oído y luego darán el paso a la lectura; y, a partir de ahí, fomentaremos,
además, dos capacidades esenciales para que la persona se desarrolle de una
forma integral y global: comprender y reflexionar. Dos pilares imprescindibles
para el desarrollo personal.
Al lograr que
el niño adquiera ese gusto por la lectura estaremos poniendo las bases para que
sea capaz de aprender a aprender, ya que, hoy por hoy, la lectura es el medio
más indispensable para adquirir cultura, por lo tanto, para ser capaz de
formarse a lo largo de toda la vida.
La animación
a la lectura es definida por Carmen Olivares como “acto consciente
realizado para producir un acercamiento afectivo e intelectual a un libro
concreto, de forma que este contacto produzca una estimación genérica hacia los
libros”
Si queremos llevar
cabo ese acercamiento afectivo al libro debemos buscar lecturas que sean
sugerentes al niño, que respondan a sus intereses y preocupaciones, evitando
iniciarlo a través de obras literarias áridas y alejadas de los intereses de
los neófitos.
La lectura de
los grandes clásicos, una vez despertado el afán lector, llegará por sí sola
sin necesidad de ser forzada, ya que en la persona se habrá desarrollado la
necesidad de saber más, la motivación de enfrentarse a retos más difíciles y de
dejar a un lado a enanos, princesas y enfrentarse a “desaforados gigantes... de
los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.” (Cervantes).
Resumiendo,
para incitar a la lectura debemos buscar libros que los pequeños puedan
comprender, gozar y reflexionar. Siempre a través del juego y la creatividad.
Así, lograremos que el público infantil no lector, que es a quien se dirige
principalmente nuestra preocupación, descubra los libros y su gran diversidad,
ayudándole a pasar de una lectura pasiva a una activa, desarrollando el placer
de la lectura.
¿Qué podemos
hacer madres, padres, profesores, bibliotecarios y adultos en general para
animar a la lectura?
Hay que alejar
esta actividad lúdica alrededor del libro de una tarea escolar cotidiana o de
un trabajo tedioso.
La persona
que se atreva a acercar el placer de la lectura a los niños debe creer en esa
tarea; si no es lector o si la lectura no le interesa, mejor que fomente en los
niños su pasión por su actividad preferida, ya sea el deporte, el coleccionismo
o las manualidades.
Si queremos
ofrecer un libro adecuado, que se ajuste a las necesidades y gustos de los
destinatarios, se ha de conocer la literatura infantil y juvenil existente en
el mercado o pedir consejo.
Y haber
leído, con anterioridad, el libro elegido y de manera exhaustiva, para saber
qué hacer y cómo crear la atmósfera adecuada que incite a la lectura del tema
tratado en el libro.
Para alcanzar
nuestro objetivo debemos estimular el pensamiento en ese proceso festivo que
debe ser la lectura; es importante que, antes y durante la lectura, se realicen
actividades de motivación.
Cuando
llevemos a cabo cualquier actividad sobre el libro, ya sean preguntas sobre su
contenido o algún personaje, ordenar diferentes episodios de la trama, resumir
la historia, comentar el desenlace…, no se ha de inculcar el afán por la
competencia y el liderazgo. No olvidemos que nuestro principal objetivo es
formar buenos lectores, no porque sean mejores que los demás, lean más rápido o
resuman mejor, sino por haber adquiridos unos buenos hábitos lectores.
Esta
actividad lúdica, alrededor del libro, debe ser una agitación festiva de las
mentes infantiles sin caer en el error de querer montar un circo, con payasos
incluidos, cada vez que presentemos o comentemos una obra; o llevar a cabo un
cúmulo tal de actividades diversas, que canse a los lectores.
Tampoco
debemos pensar que la animación a lectura consiste solo en dar información
sobre las novedades literarias, realizar guías de lectura, asistir a
conferencias, etc. La animación es otra cosa, es ni más ni menos que jugar con
el libro para hacer personas lectoras.
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José R. Cortés Criado
Se queres saber algo máis de José R.
Nacido en Melilla, ha dedicado su vida profesional a
la enseñanza, haciendo especial hincapié en el fomento de la lectura y la
escritura. Posee el título de Maestro, Licenciado y Doctor. Su tesis
doctoral, El compromiso social en la obra de Jordi Sierra i Fabra
1983-2003, obtuvo una calificación de Sobresaliente “Cum Laude” y Premio
Extraordinario.
Es un lector incansable, mantiene contacto con el
mundo literario, especialmente con el campo dedicado a los pequeños y jóvenes
lectores.
Ha organizado encuentros con autor, jornadas pedagógicas,
talleres de creación literaria... Ha publicado numerosas experiencias
educativas, artículos didácticos, entrevistas, prólogos de libros,
conferencias, trabajos de investigación, libros de textos, guías didácticas,
críticas literarias... Actualmente tiene un blog especializado en Literatura
Infantil y Juvenil: http://unabrazolector.blogspot.com