Así se honra a un gran escritor. |
Llegué por casualidad un día a Robledo de
Chavela, un pueblo de la sierra madrileña que me sonaba mucho por algo.
Le pregunté a mi amigo qué había por esos
lares que me pudiera sonar. No era capaz de recordar. Desde luego, era algo que
me había llamado la atención en el pasado. En el franquismo.
Y él, mi buen
amigo, me sacó de dudas:
-En
las afueras de Robledo – me explicó-, está
la base de seguimiento de satélites de la NASA y el INTA (Instituto Nacional de
Técnica Aeroespacial).
-
Efectivamente – le contesté. Ya me
acuerdo. En esta estación se recibió la
primera fotografía de la tierra vista desde las cercanías de la luna.
Antoniorrobles |
Todo esto viene a cuento porque mi amigo
me contó que en este pueblo había una placa dedicada a Antoniorrobles que estaba en un estado lamentable. Me dolió y
mucho. Entonces le insté a que me la mostrase, pues quería hacerle una
fotografía. Así fue.
El día anterior me contó mi amigo que el gran
escritor había nacido en Robledo de Chavela. Más tarde, el exilio, en México y,
por fin, en El Escorial.
Cuando llegamos al lugar indicado, me cayó
el alma a los pies. ¿Cómo se podía ser tan insensible? ¿Así valoramos a alguien
que fue pionero, antes de la guerra, de un enfoque abierto de la LIJ? Y si le pusieron una placa ¿por qué no la
han mantenido en buenas condiciones? Asco y rabia sentí delante de lo que
estaba viendo.
¿Dónde está la casa? |
Como
dice Jaime
García Padrino: “Antoniorrobles
quería terminar con las guerras entre los hombres, aunque para ello fuese
necesario cortar los cables del teléfono y patear las palabras de una
desgraciada decisión de guerra… O hacer que unas jirafas creciesen, no para
luchar mejor contra la aviación enemiga, sino para pilotar él mismo una
avioneta desde la que dar unos toreros capotazos a esos crecidos animales…” Y añade el gran investigador: “Tampoco
le hubiese gustado a Antonio vencer al enemigo cuando éste estaba a su merced
para no aprovecharse de unas condiciones desiguales. Fue un hombre que siempre creyó en la llegada de un día en el que todos ´aprendamos a perdonar para que ya no haya que perdonar a nadie ´ ”.
De él, Ramón Pérez de Ayala dijo
en su momento: “Es el primer escritor infantil: incluso en el sentido del
único. Pero por muchos que vengan detrás es difícil que le oscurezcan”.
Cristóbal
de Castro, escritor y político cordobés de la época, comentó: “Recoge la ternura
sencilla y clásica de Andersen y la nueva y compleja de Tagore”.
Esteban Salazar y Chapela escribió:
“Porque Antoniorrobles no se acerca a los niños con tono pedagógico, sino
simplemente jugando”.
Y el gran Cansinos Assens dijo de
él: “Manejando imágenes de poeta, un joven escritor de entre nosotros –
Antoniorrobles- ha escrito un libro que le ha granjeado un amplio círculo de
pequeños lectores”.
Antoniorrobles dejó en sus libros personajes tan atractivos
como la bruja Doña Paz, Don Zas Tinoco, el cabo Pipa, Felipote Redondo
“Gordinflas”, la Princesita Plata y el Príncipe Rosquilla entre muchos otros.
Regresó en 1972 a El Escorial donde, como
dice García Padrino “le gustaba recibir a
sus amigos en la salita de la casa familiar, lugar en el que evocaba, con sus
ojos ya sin luz, anécdotas curiosas, en las que el humor y el alma siempre
infantil de Antonio se enredaban juguetonas entre las personas y los objetos de
la habitación”.
Allí murió en enero de 1983 sin hacer
ruido.
En 1932 le fue concedido el Premio
Nacional de Literatura, por una obra capaz de arrancar crueldades y acercarla
hacia la bondad y el buen humor. Alguien, capaz de cambiar la literatura para
los pequeños (y los no tan pequeños) enfocándola hacia los parámetros de la
ternura, la crítica y la inteligencia.
Bien, pues a un hombre de esta altura no
se le puede hacer mayor desprecio que el que viví en persona en Robledo de
Chavela. Aún no salgo de mi asombro. Es, entonces, cuando uno comprende el nivel
cultural de gobernantes y el desconocimiento de las personas lisas y llanas de
los autores/as que aportan sentido a la vida. Todo ello se traduce en el
vergonzoso índice de lectura de un país que se dice avanzado. Para reír y
llorar. Un escándalo, que pasa desapercibido para la mayoría, pero no para
aquellos que creemos que la lectura es un bien cultural, humano y sus
escritores y escritoras, son seres que merecen el mayor de los respetos.
Vaya desde aquí, desde Versos
e aloumiños, nuestro más profundo homenaje a uno de los escritores de
esa literatura tan ignorada, pero de tan alto nivel literario, que es la
Literatura Infantil y Juvenil. Gracias a personas como Antoniorrobles, aunque a
muchos les duela o sean unos ignorantes supinos, la literatura para los
pequeños tiene un valor infinito.
Unas líneas de este gran escritor cierran este artículo, recuerdo entrañable para todos nosotros.
Estaba
enamoradísimo de la Princesita Plata el Príncipe Rosquilla, alegre también y
simpático; pero que a veces se ponía de muy mal genio, cuando lo contrariaban.
Rosquilla gobernaba una nación vecina, cuyo
nombre era Caracolcoles de la Mancha, donde el Príncipe y unos cuantos amigos
cazaban cebras con red y elefantes con cañas de pescar desde las copas de los
árboles(…)
(De La
princesita sin par y las hojas sin afeitar. Ed. Miñón)
ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO