lunes, 12 de mayo de 2014

JAVIER GOLVANO ESCRIBE SOBRE OS CONTRATENORES (Segunda parte)



Javier Golvano

       E o prometido é débeda. Aquí está, para que gocemos con ela, a segunda parte do magnífico traballo de Javier Golvano sobre os contratenores. Unha verdadeira delicia.


     Pouco podo engadir a o que xa dixen na primeira parte deste “recital”.

     Animo os lectores a que se deteñan nos vídeos e poidan saborear a música de Thomas Campion, de Henry Purcell, de G.F. Haendel ou de Monteverdi. Están cantadas esas páxinas musicais por grandes contratenores, que xa son lenda no panorama da música clásica. Dende Alfred Deller a Philippe Jaroussky atopamos un extraordinario número de cantantes que posúen un gusto exquisito nas súas voces.

     Esa música á que volvemos sempre, prefiramos os xéneros que prefiramos. Os clásicos sono por algo. Eu non podo pasar sen escoitar música de cámara, sinfónica, vocal etc. demasiado tempo.
Claudio Monteverdi

     Eu volvo a Beethoven, a Bach, a Brahms, a Stravinsky, a Shostakovitch, ao barroco, á música antiga, a Haydn, a Monteverdi, á ópera… con máis frecuencia da que os que me coñecen imaxinan.

     Non pode ser doutro xeito. A música  clásica reconfórtame, fai que me congracie comigo mesmo, que a emoción encha a miña alma terreal. A música clásica sálvame e axúdame a soportar toda caste de desgustos e ábreme o campo cando moitos queren poñerlle portas ao mesmo.
      
     O piano chámame e bate na miña persoa para espertar os meus sentidos. O violín cántame no oído cuns agradables rechouchíos. O violoncelo pide permiso para facerse dono, dun xeito fondo, dos meus soños coa súa voz grave. O rexistro vocal dos tenores, baixos, barítonos, sopranos, contratenores ou contraltos lévanme máis alá da realidade e visito con ela espazos atemporais.

      É a música clásica, meiga e doce; bruxa e dama; camelia e adelfa.
 
O Covent Garden en Londres
     E non esquezo os directores que conducen as orquestras por terreos baldíos para darlles a auga, a semente, o vigor que precisan ata enchelos de vexetación.

     Ai, a música clásica!
     Que fonte conmovedora e creadora de estímulos!

     Digo agora, para rematar, que non deixedes de escoitar Ombra mai fú, da ópera Xerxes de Haendel. Unha alfaia da música vocal. Unha aria que me fai sentir arrepíos de emoción cada vez que a escoito.

     Parabéns, Javier, pola lección amena e emotiva que nos deixaches nestas dúas entregas.




                                                  

                                                                       SEGUNDA PARTE

      Siendo Deller miembro del coro de Canterbury le oyó cantar y conoció de su empeño el compositor contemporáneo Michael Tippett que le animó a seguir por ese camino y le ayudó también a debutar en Londres, cosa que hizo en 1948.

     Para desarrollar ese repertorio A. Deller fundó el “Deller Consort”, con el que le oyó Benjamin Britten que acabaría escribiendo para él, en la tesitura de contratenor, el papel de Oberon en la ópera “El sueño de una noche de verano”. Alfred Deller cantaría ese papel en el estreno de la misma en el festival que ya por entonces B. Britten había consolidado en Aldebourgh.
Deller Consort

     Trabajó en aquellos años no sólo con su “Deller Consort” sino también con músicos flamencos que por entonces estaban en la misma línea de recuperación de la música antigua como Frans Bruggen y Gustav Leonhart, así como con el estadounidense William Christie que se acabaría instalando en Francia y creando el grupo “Les arts florissants”, durante muchos años representante y ejecutor señero de esta música y muy particularmente de la francesa.

     Que Deller tenía una buena opinión de su labor y desempeño nos lo pone de manifiesto una anécdota sobre él, narrada según algunos por Michael Chance y, según otros, por Charles Brett, ambos muy interesantes contratenores ingleses de generaciones más jóvenes.
Terminada una actuación en Francia una espectadora, evidentemente curiosa e interesada, se le acercó y le soltó directamente “Are you an eunuc?” (es usted un eunuco?) a lo que Deller contestó, despejando la duda y estableciendo el escalafón: “No, I´m not an eunuc, I´m unic” (No, yo no soy un eunuco, lo que soy es único).

     En la siguiente grabación podemos oírle en  la página de Thomas Campion: “Shall I Come, Sweet Love to Thee”



     Deller fue también profesor, maestro y modelo de las siguientes generaciones de contratenores, rescatando para nosotros en el siglo XX una voz que en sus mejores intérpretes puede ser tremendamente expresiva.

     Contratenores que siguieron el camino abierto por A. Deller fueron, entre otros, Paul Esswood, que tomaría parte en la grabación íntegra de las cantatas de Bach abordada al alimón por Gustav Leonhart y Nikolaus Harnoncourt; René Jacobs, que se iría dedicando posteriormente y hasta hoy mismo a su carrera de director, marginando la de cantante, o más recientemente Andreas Scholl y, naturalmente, los ingleses como Charles Brett, Michael Chance y otros varios entre los que la figura más señera ha sido la de James Bowman.

    
James Bowman
James Bowman (1941- ), como casi todos los cantantes ingleses, empezó cantando en coros, entre otros en el New College de Oxford y en el de Christ Church. Ha tenido una de las voces más amplias y de mejor proyección y potencia entre las de los contratenores contemporáneos y a ello le añadía una imponente presencia escénica.

     Por  el año 1967 Benjamin Britten le oyó cantar y tan complacido quedó que escribiría con posterioridad para él, el papel  de “La Voice of Apollo” en su ópera “Death in Venice” basada en la obra homónima de Thomas Mann.

      Bowman debutaría en el Festival de Opera de Glyndebourne en 1970 en “la Calixto” de Francesco Cavalli y en 1972 lo haría en el Covent Garden con la Royal Opera House. En el estreno en dicho teatro de “El sueño de una noche de verano” encarnaría el papel de Oberón, el papel que Britten escribió para A. Deller pues, al parecer, los responsables de la producción para el Covent Garden no confiaban demasiado en las cualidades escénicas de A. Deller. Con posterioridad, su carrera operística se desarrolló en los grandes teatros de la ópera de todo el mundo: la Scala, Viena, París, San Francisco, etc., a la que ayudó sobremanera su ya comentada poderosa presencia escénica, su carácter y su talento para la interpretación.

     En paralelo a dicha carrera y de modo no menos importante, formó parte y colaboró con los grupos ingleses más destacados en el desarrollo de la música antigua como el “Early Music Consort of London” del temprana y desgraciadamente malogrado David Munrrow, con quien entró en contacto en 1967 y con el que colaboraría toda una década, o el Pro Cantione Antigua y, con posterioridad y durante muchos años, con The King´s Consort, el grupo liderado por Robert King.

      En la siguiente grabación, junto con Michael Chance puede oírsele en la célebre página de Purcell: “sound the troumpet”
                                  


      Ha abordado los grandes papeles para su voz en las óperas de Haendel: “Alcina”, “Ariodante”, “Julio César”, etc. así como el repertorio de Purcell o el de Monteverdi y Vivaldi- el “Orlando Furioso”- y también obras contemporáneas de compositores ingleses como Tipett o Maxwell Davies.

     ¿puede uno no emocionarse oyendo  “Ombra mai fù” y más aún así cantada?



      Podemos ver también una muestra de su carácter escénico en el siguiente vídeo perteneciente a la producción de la Royal Opera House del “Julio César” de Haendel que dirigió Charles MacKerras y en la que el papel protagonista lo abordaba la gran mezzo Janet Baker.

giulio cesare: “upstart, barbarian and traditor”


      Vean el genio que gasta este Ptolomeo que, a la vista de los propósitos de Julio César para Egipto y para Cleopatra, quiere echarlo de los dos sitios, de Egipto, que es su reino, y de la cama de Cleopatra que es su hermana y mujer. Ya saben que los miembros de la dinastía egipcia ptolomeica eran muy suyos- en todos los sentidos- y bien se les podía aplicar la frase de Cabrera Infante: “Hecho un incesto, hecho ciento”.


     Entre otros contratenores actuales más jóvenes y de valía podríamos citar a Emmanuel Cencic, al español Carlos Mena, a Bejun Metha, pero el más interesante de todos  ellos es el francés Phillipe Jaroussky (1978-).

      Oigan con qué delicadeza se puede cantar a Monteverdi:  “si dolce èl tormento”



       y si a uno además le acompaña la propia Poppea en la página final de “L’incoronazione di Poppea” del citado Monteverdi: “pur ti miro”, pues qué les voy a contar



      Este excelente contratenor francés de amplia formación musical, pues estudió violín, piano, armonización y contrapunto en el conservatorio de Versalles, debutó como contratenor en 1999 y ha actuado con J. Claude Malgoire y su “Grande Ecurie et la Chambre du Roi”, bajo la dirección de especialistas de música antigua y barroca como J. Ch. Spinosi o G. Garrido y creó en 2002 su propio conjunto Artaserse.

        Ha abordado en directo y también grabado obras de Vivaldi, como el “Orlando Furioso”, canciones de Monteverdi del que existe un precioso disco grabado con el grupo L´Arpeggiata de Christina Pluhar, así como la ópera “L´incoronazione di Poppea” y ha abordado también con su hermosa y expresiva voz el repertorio de la canción francesa del que es testigo el álbum “Opium” con obras de G. Fauré, G. Lekeu y, entre muchos otros, del compositor franco-venezolano Reynaldo Hahn que fue amigo o más que eso de Marcel Proust y del que pueden escuchar a Jaroussky, como despedida, en el siguiente vídeo su maravillosa “A Chloris”.