lunes, 15 de septiembre de 2014

ENTREVISTA CON EL PIANISTA DE JAZZ SUECO JAN LUNDGREN


“Es posible adaptar y transformar cualquier música, de cualquier parte del mundo. Si esa transformación se convierte en jazz o no, depende del artista”.

Como ya comentamos en un reciente artículo sobre el saxofonista Arne Domnérus, desde siempre los países escandinavos se han mostrado muy receptivos al jazz, y han acogido con los brazos abiertos a jazzmen estadounidenses expatriados que decidieron , en algún momento de sus vidas, asentarse temporal o definitivamente en Europa. Esto, por cierto, es algo que honra a los escandinavos, pero es que, además, las escenas del jazz en Suecia, Noruega o Dinamarca siempre se han mostrado muy activas, con una enorme cantidad de talento autóctono. Baste citar los nombres del ya mencionado Domnérus, del pianista Bengt Hallberg o del contrabajista Niels-Henning Orsted Pedersen para comprender que estamos hablando de jazz de altos vuelos. Dicha tradición jazzística goza todavía hoy en día de inmejorable salud, y uno de los ejemplos más conspicuos de ello es el hombre al que daremos hoy la palabra: el pianista Jan Lundgren.

Lundgren al piano (foto de Dragan Tasic)
Nacido en Kristianstad, en el sur de Suecia, en 1966, Lundgren se interesó por el piano desde muy pequeño, pues su padre lo tocaba de oído, y pronto fue enviado a clases particulares hasta que, a los ocho años, ingresó en la escuela de música de Ronneby. Fueron años de trabajo intenso dentro del marco de la música clásica, dirigido siempre por una profesora de la que guarda recuerdos inolvidables. Pero hete aquí que, en cierto momento, dicha profesora se ausenta de la escuela durante un año debido a una baja de maternidad, y el profesor que la sustituye, un hombre ya mayor que estaba acercándose a su jubilación definitiva, descubre el jazz al joven Lundgren haciéndole escuchar el excelente disco Night Train, de Oscar Peterson. Supuso para él toda una revelación, y a partir de entonces decidió dedicarse en cuerpo y alma al jazz. Lundgren lo recuerda con emoción en una entrevista de hace poco más de un año: “¿Cómo pudo habérseme ocultado esta música durante quince años? Nunca había escuchado nada como aquello, y me sentía contento y enojado al mismo tiempo. Fue como enamorarse. . . . Yo tenía quince años y había tocado el piano durante diez, pero esto era un lenguaje nuevo para mí. Cuando escuché a Oscar Peterson por primera vez sentí la necesidad de aprender este nuevo lenguaje. Me di cuenta entonces de que la improvisación era un lenguaje que ponía alas en mis dedos”.

Lundgren con el legendario pianista Bengt Hallberg
Y, a lo largo de una carrera que le ha dado la oportunidad de tocar con grandes figuras como Domnérus, Johnny Griffin o Benny Golson, la improvisación ha sido una de las constantes en su música, esa capacidad casi innata para recrear y reinventar melodías, para fusionar estilos, como hace, por ejemplo, en su muy recomendable disco Swedish Standards, en el que mezcla la música folklórica sueca y el jazz con resultados verdaderamente interesantes. La improvisación le permite, asimismo, compenetrarse con todos aquellos músicos con quienes comparte escenario o estudio de grabación, como bien podemos apreciar en su colaboración con el también pianista Bengt Hallberg, editada en CD en 2011 bajo el título de Back to Back. Pero dejemos que sea el propio Lundberg quien nos explique lo que para él significa la improvisación: “La improvisación es como estar sentados aquí hablando. Es impulsiva, no necesita reflexión, simplemente fluye. . . . Pero para improvisar es necesario conocer un lenguaje determinado. . . . Si no, no es posible improvisar completamente. La improvisación tiene que ver con matices, con cambios. Una misma palabra puede tener muchos significados diferentes”.

Aunque su discografía es prolífica, en mi opinión, el mejor disco para introducirse en la música de Jan Lundgren es Celebrating the Music of Matt Dennis: Will You Still Be Mine, un trabajo en formato de trío junto a Tom Warrington (contrabajo) y Joe LaBarbera (batería), editado en 2003 precisamente por un sello español, Fresh Sound Records. Como su título indica, se trata de un tributo al cantante, pianista y compositor Matt Dennis, autor de clásicos como “Everything Happens to Me”, “TheNight We Called It a Day” o “Angel Eyes”, algunos de ellos hoy, por desgracia, un tanto olvidados. Lundgren no se centra solamente en los temas más conocidos de Dennis, sino que también rebusca en los lugares más recónditos de su obra, desenterrando melodías desconocidas, como “Spring Isn’t Here Anymore”, que cierra el disco, y que suena más a composición de Chopin que a canción de Matt Dennis. A través de Guy Jones, secretario del club de fans de Lundgren, Friends of Jan Lundgren, tuve la oportunidad recientemente de entrevistar al pianista, y hablamos de este disco, entre otras muchas cosas. Ofrecemos a continuación la entrevista íntegra, que publiqué originalmente en inglés en mi blog sobre jazz The Vintage Bandstand, y que podéis leer en su version inglesa aquí.




Antón García-Fernández: Usted es un pianista de formación clásica, y esto es evidente en algunas de sus grabaciones. ¿Fue esto algo que le ayudó a la hora de tocar jazz o supuso en algún momento un obstáculo para su desarrollo como pianista de jazz?

Jan Lundgren: Me resultó de enorme ayuda. Es necesario conocer tu instrumento y desarrollar una buena técnica desde el principio, y eso es exactamente lo que te ofrece una formación clásica.

Arne Domnerus, con Jan Lundgren al piano
A.G.-F.: Al inicio de su carrera tocó usted con Arne Domnérus, una de las figuras de mayor renombre del jazz sueco. ¿Cómo era Domnérus como persona y como músico? ¿Cómo fue la experiencia de tocar con él?

J.L.: Arne es uno de los mejores músicos con los que he trabajado, y siempre te apoyaba. Tenía una gran personalidad, opiniones muy vehementes y mucha emoción. Son características que se notaban no sólo en su vida personal, sino también en su música. Tocar con él era maravilloso. Me daba mucho espacio y protagonismo, y confiaba en mí: me otorgó mucha responsabilidad a lo largo de nuestro trabajo juntos, lo cual es de gran ayuda para un joven de veintitantos años.

Johnny Griffin
A.G.-F.: Entre los grandes nombres del jazz con quienes usted ha tocado se encuentran Johnny Griffin y Benny Golson. ¿Cuándo y cómo tuvo lugar su encuentro con ellos? ¿Qué recuerdos guarda de su trabajo con Griffin y Golson?

J.L.: Tengo grandes recuerdos de ambos. Conocí a Griffin a principios de los noventa, cuando me gradué en la Academia de Música de Malmö. Nuestro encuentro tuvo lugar porque la sociedad de jazz de Malmö me llamó y me preguntó si quería formar parte de la sección rítmica de Griffin para unos conciertos en dicha ciudad. Era una pregunta increíble… ¿que si quería tocar con una de las figuras legendarias del jazz?

Reservamos un aula para ensayar en la Academia el día anterior al concierto. Nunca lo olvidaré: Griffin entra en el aula, saca su saxo de su funda, y nos mira muy seriamente a mí y a los miembros del trio (Lars Lundström al contrabajo y Anders Lagerlöf a la batería). “Sabéis tocar rápido?” pregunta con aspecto grave. “Uhmm, sí”, le respondo yo muy nervioso. Y entonces él empieza a tocar “All Through the Night”, de Cole Porter, a un tempo ultrarrápido, y cuando terminamos la pieza, él se ríe y dice: “¡Vamos a pasárnoslo muy bien juntos!”. Poco después, alguien—no recuerdo quién—me dijo: “Griffin dice que eres uno de los mejores pianistas de blues de Europa”. “¿Cómo?”

A Golson lo conocí más tarde. Fue probablemente el primer gran nombre del jazz que tocó en el Festival de Jazz de Ystad, del que yo soy co-fundador, cuando lo iniciamos en 2010. Conseguir que Golson viniese al Festival fue un gran golpe de efecto para nosotros.


Benny Golson

A.G.-F.: El algunos de sus álbumes, en especial Swedish Standards, hace usted una mezcla muy interesante de música tradicional sueca y jazz. Esto es algo que han intentado hacer también otros músicos escandinavos, como Domnérus, por ejemplo. En su opinión, ¿qué tienen en común la música tradicional sueca y el jazz?

J.L.: Los tonos y las melodías ayudan, y hay una especie de melancolía en la música tradicional sueca que puede funcionar bien en el contexto del jazz o del blues. El modo menor de algunas de estas canciones las conecta también con el jazz. Pero en mi opinión, es posible adaptar y transformar cualquier tipo de música, de cualquier parte del mundo. Si esa transformación se convierte en jazz o no depende del artista.


Matt Dennis
A.G.-F.: Hablemos un poco de su disco de tributo a Matt Dennis. Aunque Dennis compuso temas que formaron parte del repertorio de grandes nombres como Frank Sinatra, Bud Powell o Charlie Parker, por poner sólo tres ejemplos, no es tan conocido como algunos de sus contemporáneos más ilustres. ¿Qué fue lo que le atrajo de la obra de Dennis?

J.L.: El CD de tributo a Matt Dennis fue idea mía. Había estado rebuscando en la música de varios compositors, como Jule Styne y Victor Young, tratando de encontrar material que no fuse demasiado conocido por aficionados al jazz. Entonces me di cuenta de que casi nadie había grabado discos enteros dedicados a sus obras, algo que también era cierto en el caso de Matt Dennis. Así pues, me puse en contacto con Matt y hablamos largo rato por teléfono. Matt murió antes de que grabásemos el disco, pero fue muy amable y después de nuestra conversación me envió docenas de composiciones suyas, algunas de las cuales eran canciones que prácticamente nadie conocía. Incluímos algunas de estas piezas en el álbum.

El contrabajista Tom Warrington
A.G.-F.: Además de este proyecto, si tuviese que elegir su disco favorito entre los que usted ha grabado, ¿cuál sería y por qué?

J.L.: Ésta es una pregunta imposible de responder… La mayor parte de los músicos le dirían que su último disco es el que más les gusta porque los artistas van evolucionando continuamente. Ésa también es mi respuesta a esta pregunta.

A.G.-F.: Los países escandinavos han tenido desde siempre una escenas jazzísticas muy activas, y los músicos de jazz estadounidenses siempre se han sentido como en casa en Suecia. ¿Por qué piensa que ocurre esto?

J.L.: Suecia tenía una escena jazzística muy sólida en los años cincuenta, y el jazz interesaba mucho a la juventud. Eso facilitaba que los músicos estadounidenses viniesen aquí: la gente los conocía a ellos y a su música, les tenían un enorme respeto, y los trataban como verdaderas estrellas. ¿A quién no le gustaría eso? Y, además, seguramente les pagaban bastante bien.


El bateria Joe LaBarbera
A.G.-F.: ¿Podría recomendar a nuestros lectores otro músico de jazz sueco que le guste especialmente?

J.L.: Si no conocen su música, les recomiendo que escuchen a Bengt Hallberg (1932-2013). Empiecen con sus primeras grabaciones de los años cincuenta, y después observen cómo evoluciona a lo largo de las décadas siguientes.

A.G.-F.: Y, para terminar, ¿puede hablarnos brevemente de los proyectos en que está trabajando?

J.L.: Tras participar en el Festival de Jazz de Ystad en agosto, va a salir un nuevo disco muy pronto. Se titula All By Myself, lo produce Dick Bank y lo edita el sello Fresh Sound. Lo grabé en Los Ángeles en enero de este año. La semana pasada estuve en Copenhague grabando otro disco nuevo, que aparecerá en noviembre. Es una colección de temas de Johnny Mandel en la que participan el saxofonista tenor estadounidense Harry Allen, el contrabajista sueco Hans Backenroth y el batería danés Kristian Leth. Lo publica Stunt Records, el sello que también editó en 2013 un álbum que grabé junto a Scott Hamilton, otro gran saxofonista estadounidense, que se titula Swedish Ballads… & More.


Ahora mismo estoy trabajando en una serie de conciertos con el veterano trompetista sueco Bengt-Arne Wallin. La banda incluye también a los otros miembros de mi trío (el contrabajista sueco Mattias Svensson y el batería húngaro Zoltan Csörsz, que vive en Suecia), y además, nos acompañará la Bohuslän Big Band. El proyecto se llama Swedish Folklore NOW! A sus 88 años, Bengt-Arne es sin duda el intérprete de la música tradicional sueca más innovador e importante de la historia.

Enlaces de interés

Quien desee saber más sobre Jan Lundgren y su música puede visitar su página personal, así como la página de su club de fans, Friends of Jan Lundgren.

La mayor parte de sus discos pueden encontrarse en tiendas por internet, como por ejemplo, en Amazon España.





                                          
                                                                 ANTÓN GARCÍA-FERNÁNDEZ