Sei que é unha dura e longa batalla. Unha batalla que non remata nunca, porque o libro segue a ter un descrédito lamentable.
Sei que hai centros que se cargan a
infraestrutura literaria, que deixan sós os mestres ou mestras que loitan por
levar adiante a maxia da lectura. Poñen paus nas rodas porque son un mal
exemplo para eles/as.
Hai, por desgraza, mestres e mestras que
NON LEN UN SÓ LIBRO ao longo do curso, pais ou nais que os ignoran, que lles
parecen inútiles. Centros escolares coa biblioteca de adorno, pechada ou como
lugar de castigos. Claustros que non teñen un programa lector definido, pensado
e aberto á marabillosa literatura que existe para os estudantes.
Isto ocorre no século XXI, cando un pensa
que estas eivas deberían estar cubertas. pois non. Queda tanto por andar que,
supoño, non chegarei a ver o camino cuberto de follas…de papel!
De aí que insistamos coa palabra dun
mestre: Mariano Coronas.
Mariano Coronas |
Un novo artigo de Cuadernos de Macoca (2).
Un artigo que leva por título “Animando la lectura”, publicado no seu momento
en Cuadernos de Pedagogía.
Un artigo absolutamente necesario, claro e
pedagóxico (no mellor sentido da palabra) para que moitos se animen a poñer en
práctica actividades lectoras, para que saiban que non están sós, que quedan
persoas que pensan e reflexionan sobre a formación do alumnado. E, tamén, para
aqueles e aquelas que lles dan as costas aos libros para que sintan rubor e
saiban que non están á altura dos que se lles esixe nas aulas.
Grazas, unha vez máis, Mariano, pola túa
palabra directa e chea de intelixencia e calor.
ANIMANDO LA LECTURA
MARIANO CORONAS CABRERO
Seguimos
dedicando esfuerzos, invirtiendo recursos, diseñando estrategias para fomentar
un hábito, el de la lectura, que no acaba de consolidarse a gran escala en
nuestra sociedad.
Cada cierto
tiempo, una nueva encuesta viene a decirnos cosas poco agradables sobre el
estado de la cuestión. Aunque bien podríamos hacer una lectura de esos
medidores estadísticos, como la que proponía El Perich, en una de sus
celebradas viñetas (hace casi veinte años): "No seamos cenizos diciendo
que cuatro de cada diez españoles no lee... ¡Digamos que seis de cada diez
españoles lee! ¡Aún somos más los que leemos que los que no leen!"
Leer es un
práctica necesaria, nadie lo pone en duda, también en este tiempo de
exhuberancia tecnológica; pero es cierto que podríamos hablar de lecturas
diferentes y que, donde puede resentirse la cuestión es en la lectura
placentera, libremente elegida e íntimamente practicada.
Retrocedamos
hasta la familia, que es donde se amasa buena parte de la consecución del
hábito y allí podemos encontrar algunas actuaciones y aún hay algunos márgenes
de intervención. Como no resulta fácil, nos trasladamos rápidamente a la
escuela y al instituto: instituciones públicas, universales que pueden realizar
una labor importante al aportar tiempo, materiales, sabiduría y afición... Sin
olvidarnos de que estamos hablando de algo que no puede imponerse, pero que se
puede contagiar.
Los
mediadores deben estar profundamente infectados por el virus lector para
poderlo transmitir con convencimiento, determinación y naturalidad. Han sobrado
y sobran sermones que canten las virtudes de la lectura y también parafernalias
que difícilmente podrán tener algún efecto; tampoco parece que el derroche en
tiempos de bonanza para propiciar festivas presencias tengas efectos duraderos.
Lleven un
libro en la mano, ábranlo al llegar al aula o a la biblioteca, lean en voz
alta, relacionen la vida, la actualidad con los libros cuantas veces puedan...
No confundan la lectura con un divertimento; los libros no son necesariamente
divertidos; tampoco la vida lo es y asumimos con pasión el reto de vivirla. Que
el libro sea extensión de la mano, la del aspirante a lector o lector
iniciático, el libro presentado, comentado y leído... Y que cada cual decida
qué quiere hacer.