VICENTE
HUIDOBRO
(Santiago. Chile, 1893 - Cartagena. Valparaíso, 1948)
Vicente Huidobro |
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El
cielo sacude sus camisas y cuenta los años en su voz
Cuenta
las piedras lanzadas a su pecho
Y
los árboles en sus sarcófagos torciendo los caminos
Piensa
en su carne que se estremece
Al
oír ese dúo de las noches tan diametralmente opuesto
Al
oír las edades que tienen su edad
Como
las flores de ida y vuelta
La
noche se sienta a oír su cielo
Debajo
del agua que aumenta por el llanto de los peces
Y
todos esperamos con los poros abiertos
La
aparición de la belleza sobre sus pies de espuma
Detrás
del último suspiro de una flor sin espacio en el
espacio
Y
sobre el halo tembloroso de las manos que descorren
los días
Hora
tras hora descendiendo por la fiebre de los
párpados
La
aparición secreta haciendo temblar la tierra
La
aparición que va bajando por los ojos
ALIENTO
El
hálito del poema apaga todas las bujías del mundo
No
hay más fósforos en el cielo ni en los bolsillos del
viento
Hay
el poeta y algo grande en torno suyo
Los
astros del destino nadan sin ruido
Su
aliento propulsor cambia la vida
Arrastra
témpanos y borrascas encima del tiempo
Sus
ojos leen la eternidad
Sus
manos abren la puerta de las estrellas desconocidas
Y
él espera arriba de la escala
El
solo ante el absoluto
Una
campana suena
Una
campana lanza sus dados sobre los destinos
Entre
los hombres
Descienden
pasos al fondo del alma
El
azr cae sin emoción de los dedos celestes
Los
arroyos desembocan en el corazón
Los
ríos desembocan en los ojos
El
infinito en la palabra
La
palabra desemboca en la boca
En
la lengua donde el cielo se acuesta
La
eternidad se escapa por la ventana
Un
misterio se realiza en el espacio
Los
lazos se rompen los mares se desatan
Un
mundo nuevo va a nacer
El
pecho el azar la eternidad
El
aliento del poema alumbra el incendio de los cielos
que al fin ha comprendido sus verdad
(Del libro Poesía última [Poesía reunida, 1941 – 1948],
editado por Renacimiento. 2015)