martes, 1 de diciembre de 2015

DE NOVO, A VOZ DE MARIANO CORONAS: "UN COMPROMISO COLECTIVO".


Mariano  Coronas
   Vimos mantendo dende este blog-revista a necesidade de que a biblioteca escolar sexa o eixe principal do funcionamento da escola.
     Mantemos, dende hai ben tempo, que xa se poden cambiar todos os plans de estudo, pero que mentres non haxa un mestre/a-bibliotecario/a dedicado a este espazo suxestivo e case máxico, o índice lector seguirá a ser baixo e a formación dos nosos alumnos continuará a resentirse.


     De aí que saudemos con ledicia cada artigo do gran Mariano Coronas (de quen non vou falar de novo, pois quedei xa sen palabras), porque pon decote o dedo na chaga dos problemas que abafan o sistema escolar.
     Tirado dos seus Cuadernos de Macoca (2) e publicado en Cuadernos de Pedagogía (nº 426- setembro de 2012), ofrecemos un artigo imprescindible: un decálogo de acción a desenvolver nas escolas a prol da lectura, dos libros e da biblioteca escolar. Un obxectivo común que marcasen todos os membros da comunidade escolar.

     Unha vez máis, a palabra atinada deste mestre de mestres que, aínda que xubilado, non pode disimular o seu compromiso serio coa educación e formación dun alumnado excesivamente despistado nestes eidos.

     
     Tomade nota, por favor.




COMPROMISO COLECTIVO


     Sería deseable que un objetivo común inspirase las actuaciones de todos los miembros de la comunidad escolar a favor de la lectura, los libros y la biblioteca escolar. Y para marcar el camino que nos condujese hacia ese objetivo, podríamos definir un decálogo de acciones como el siguiente:

     Un centro comprometido con lo anterior es aquél que considera a la biblioteca escolar como un equipamiento necesario y la cuida convirtiéndola en un espacio de alto interés para todos los miembros de la comunidad educativa.

     Es el que dedica anualmente una parte del presupuesto general de la escuela a la compra de nuevos materiales con el fin de mantenerla actualizada y llena de sorpresas.

     Es aquél en el que se considera la lectura como compañera de la aventura, fuente de información y vehículo de aprendizaje.

     Es aquél en el que el profesorado da ejemplo leyendo a su alumnado y acudiendo frecuentemente a la biblioteca escolar.

     Es aquél que se preocupa de acompañar a los niños y niñas a la biblioteca para que conozcan sus contenidos, sepan utilizarlos con diversas estrategias y disfruten con su lectura.

     Es aquél en el que se cuentan cuentos, se lee en voz alta, se atiende a la tradición oral y se estimula la realización de publicaciones escritas: revistas, libritos, monografías...

     Es aquél en el que, tanto el profesorado como las familias están comprometidos con el fomento de la lectura y animan a su alumnado, a sus hijos e hijas, a practicarla.

     Es aquél que enseña a tratar a los libros con delicadeza y respeto e inculca en el alumnado que una biblioteca es un espacio mágico donde se guarda una muestra del pensamiento, la imaginación y el conocimiento de muchos hombres y mujeres que en un momento de sus vida lo dejaron escrito.

     Es aquél que en cada clase dedica un rincón, especialmente cuidado, a la biblioteca de aula y que se ocupa de nutrirla periódicamente con nuevos fondos, con novedades llegadas de la biblioteca escolar central.

     Es aquél, en definitiva, que no solo cree que la lectura -en cualquiera de los soportes disponibles hoy- es una actividad altamente recomendable, sino que pone todos los medios a su alcance para estimularla y trabaja para que el alumnado que pase por sus aulas tenga un bagaje lector muy alto, tanto en cantidad como en calidad.

     Son solamente algunas ideas, pero pueden ser un punto de partida para debatir, acotar y tomar algunas decisiones que orienten el proceder individual hacia un horizonte de compromiso colectivo.

                                                                      MARIANO  CORONAS  CABRERO