Carlos
Reviejo (El Tiemblo, 1942) foi
sempre para min unha referencia indiscutible á hora de escribir poemas
pensando na infancia.
Os seus poemas encheron de emoción os
meus, porque eran, sen ningunha dúbida, poemas auténticos, cheos de vida;
poemas nacidos dunha persoa que cría na bondade da poesía. Docente, coma min,
comprendeu axiña que a rapazada non podía vivir de costas á sedución dos
versos.
Carlos Reviejo |
E os seus versos, son sutís, próximos,
suxestivos e non é casualidade que sexan moi celebrados polo lectorado e moi
ben aceptados pola crítica especializada ademais de recoñecidos con importantes galardóns.
Carlos Reviejo é, ademais, unha persoa
afable, encantadora. Humilde, como deben ser os grandes poetas, e dunha
xenerosidade que conmove.
El sabe perfectamente que “a
lectura é unha porta a mundos novos que, ademais, nos proporcionan diversión e
coñecementos, pero que enriquece a nosa sensibilidade”.
Como me ocorre a min, Carlos Reviejo
afirma que para el “escribir é unha
necesidade que, ao mesmo tempo, me divirte e me dá a oportunidade de
comunicarme co mundo da infancia a través, sobre todo, da poesía”.
Teño moitos puntos en común con Carlos
Reviejo e adoro a súa poesía. Por iso, pedimos a este grande escritor e mellor
persoa que aportase algún texto da súa autoría, pois Carlos Reviejo tiña que
estar nesta sección tan especial, A luz das palabras, no noso blog-revista.
El, sempre xeneroso, aceptou encantado. Enviounos
un texto sobre o que é para el a poesía e tres poemas. Unha marabilla.
Agora, tócavos a vós desfrutar da palabra
sempre cálida dun dos grandes poetas da LIX española.
LA POESÍA MÁS QUE SER ESTÁ
Carlos Reviejo
¡Qué difícil resulta definir la poesía! Y es que
estamos hablando de sentimientos, de sensaciones. La poesía más que ser, está.
Está en la contemplación del mundo y de las cosas. Y si es, es la trascendencia de lo cotidiano,
es la sublimación de lo trivial, es arte o alquimia que convierte en palabras
los sentimientos, y el poeta es tan solo el intérprete que trata de
explicar o transcribir al lenguaje del
pensamiento o de la palabra el lenguaje de las sensaciones.
Como poeta que escribe para niñ@s, diré que
escribir para ell@s no es tarea fácil,
porque hay que desprenderse de ese duro caparazón, acumulado durante
años, que nos impide sentir el mundo y su entorno sin prejuicios; es quitarse
los anteojos empañados, que no permiten que llegue a nuestra retina toda la
gama y pureza de los colores que nos rodean; es, también, quitarse la máscara
de la sonrisa escéptica y cínica con que nos defendemos los adultos, y que bloquea la entrada de lo mágico, para
transformar la palabra en juego, en sonrisa , en cosquillas o pellizcos que
acarician los labios y el corazón.
TRES
POEMAS
La
luna y yo
En el jardín de los cielos,
una luna jardinera
sueña que siembra luceros.
La luna y yo, compañeros.
La luna y yo, el mismo sueño.
Rastros de luz, los cometas
van rayando el firmamento
con la luz de sus estelas.
La luna y yo, compañeros.
La luna y yo, el mismo cielo.
La aurora ya pide paso,
y se apagan las estrellas.
La luna se va llorando.
La luna y yo, compañeros.
La luna y yo, el mismo llanto.
El
vuelo de la alondra junto al río
Oyendo a Vaughan Williams
Al alba, la alondra
su nido dejaba.
Por el horizonte,
la luna se ha ido,
y el viento, entre cañas,
dormita escondido.
El río, sorprendido,
busca la mañana.
Sobre la campiña,
la alondra volaba.
Sauces en la orilla
tiritan de frío.
Espejo que brilla
el agua del río.
Entre escalofríos,
llegó la mañana.
La alondra, en el aire,
¡qué alegre cantaba!
Nana de una noche de
verano
Noche
de verano,
noche
de concierto,
mientras
sueña el campo
y
guarda silencio.
Dirige
la luna
un
coro de estrellas:
canción
de la noche
para
que tú duermas.
Violines
, los grillos,
oboes
,las ranas,
conciertos
del campo
que
saben a nana.
Duérmete
ya, Olivia,
y
busca tus sueños,
que
en el cielo alumbra
el
primer lucero.
Y
al llegar el alba,
Olivia se duerme,
y
sueña con hadas,
y
sueña con duendes.
Con Carlos Reviejo e a súa muller na BNE. Madrid, 2018 |