sábado, 30 de noviembre de 2013

CATAVENTO DE POEMAS INFANTÍS (XXXV) Carmen Gil







                  CARMEN GIL  ( La Línea de la Concepción. Cádiz. 1962)




EL HADA DE OTOÑO


En el tronco de un madroño
        vive el hada de otoño.

Aunque llueva o haga frío,
coge gotas de rocío
Carmen Gil
y le hace a los animales
muchos collares iguales.

Sopla las hojas con celo
para que al caer al suelo
formen alfombra dorada
que cruja a cada pisada.

Va con su prima la ardilla
-y una seta por sombrilla –
a pasear muchas veces
y llena el cesto de nueces.

Y en el tronco de un madroño
duerme el hada de otoño.





TRABALENGUAS

Hay un hada encantadora
     que te encanta con gran arte,
en menos de un cuarto de hora,
     y encantada de encantarte.

     El hada canta y encanta
   y, con tanto encantamiento,
     si el hada no se atraganta,
va y te encanta en un momento.

     Y para desencantarte
-qué espanto y qué desencanto –
    tienes que ir pronto a frotarte
con hojas de tragacanto.





EL HADA QUE QUERÍA SER BRUJA

Dicen que el hada Burbuja
          prefiere ser una bruja:
        no le gusta ser un hada,
      ¡pero que nada de nada!

      Encuentra la ropa rosa
Debuxo da portada de Cosicosas
cursi, ñoña y horrorosa.
          Tiene su velo de tul
         olvidado en un baúl.

Lleva un sombrero muy mono:
          un cucurucho de cono,
    y luce un oscuro atuendo
        todo lleno de remiendos.

            Le parecen exquisitos
      los ojos de sapo fritos.
          Le gustan en escabeche
  más que a los chivos la leche.

Son sus mascotas: Tadeo,
un gato siniestro y feo,
y la cuerva Matasuegras,
un ave de plumas negras.

Con una escoba que esconde,
no hay nadie que sepa dónde,
juega a volar en pijama
alrededor de la cama.

Ayer, al salir del cine,
se apuntó a un cursillo on-line
que habían puesto de oferta,
para hacerse bruja experta.




                                                                (Del libro, El libro de las hadas, editado por Ediciones Toromítico, 2007)