sábado, 15 de octubre de 2016

DISCOS MEMORABLES: FOR LP FANS ONLY, DE ELVIS PRESLEY


Sobre Elvis Presley está prácticamente todo dicho y escrito, y pueden encontrarse excelentes libros, tanto en inglés como en español, sobre su vida, su carrera y su figura, una de las más importantes dentro de la música popular del siglo XX. La suya es una personalidad que ha alcanzado el estatus icónico de la leyenda, y como tal, es celebrado por unos y vilipendiado por otros. Yo me encuentro—he de reconocerlo—entre los primeros. Me interesa más su música y el impacto que su aparición en la escena musical estadounidense y global a mediados de los años 50 que las críticas de quienes se centran en su supuesto comercialismo y en la decadencia física que sufrió en sus últimos años. Como suele ser el caso con la mayor parte de los artistas a los que admiro, me atrae mucho más su obra, el legado que han dejado tras de sí, que sus experiencias vitales, por mucho que éstas hayan podido influir en su arte en mayor o menor medida. Más allá de lo que piense sobre Elvis en la esfera privada (su vida, sus excentricidades, su ideología), me interesa profundamente la música que creó.





Y buena parte de la culpa de ello la tiene este disco, For LP Fans Only, editado por RCA en 1959, el primer álbum de Elvis que tuve. Para mí, escuchar los doce temas que contiene tuvo el efecto de una bomba que estalla en un momento inesperado. Compuesto por temas grabados en Memphis al principio de su carrera para el pequeño sello Sun Records, del gran Sam Phillips, junto con otros registrados tras firmar su contrato con RCA en 1956, este elepé es un álbum en sentido estricto, pues se trata simplemente de una colección de canciones publicadas en formato de long play. ¡Pero qué canciones! El disco encierra en sus surcos toda la potencia de la mezcla explosiva de gospel, R&B y country que caracterizó a la música del primer Presley, un verdadero crisol de estilos que era, además, atractivo y comercial. En "That's All Right" y "My Baby Left Me", de Arthur "Big Boy" Crudup, en "Lawdy Miss Clawdy" de Lloyd Price, en "Mystery Train", de Little Junior Parker, o en "Shake, Rattle, and Roll", de Big Joe Turner, encontramos toda la fuerza de la influencia afroamericana. En "I'm Left, You're Right, She's Gone", en "You're a Heartbreaker" o en "I Don't Care If the Sun Don't Shine" escuchamos los ritmos country que eran también parte importante del ADN musical de Elvis. Y en "I Was the One" (cara B de su éxito "Heartbreak Hotel") o "Playing for Keeps" descubrimos al Presley baladista, un hombre que secretamente quiso ser siempre un cantante pop al estilo de su admirado Dean Martin. Todo ello tamizado por la visión personal de un Elvis todavía muy joven pero con una idea clara de adónde quería llegar con su música, rodeado de magníficos instrumentistas como el guitarrista Scotty Moore, el contrabajista Bill Black, el batería D.J. Fontana y el pianista Floyd Cramer. El resultado de esta descarga eléctrica fue que, durante bastante tiempo, lo único que me interesó fue el Elvis de los 50, la etapa de su carrera en la que se coronó como Rey del Rock, sea espurio o no el título. Con el paso de los años, por supuesto, he ido comprendiendo que todos los períodos de su legado discográfico son valiosos y que conviene descubrirlos absolutamente todos. Pero este For LP Fans Only no es mal lugar para comenzar.



                                                   
                                                  ANTÓN GARCÍA-FERNÁNDEZ