lunes, 4 de enero de 2016

"UN POCO DE MAGIA, POR FAVOR", de ALFREDO GÓMEZ CERDÁ : una carta muy especial para los Reyes Magos.





              UN POCO DE MAGIA, POR FAVOR

                                                                                           
                                                                                                       Alfredo Gómez  Cerdá




Hace algunos años escribí un cuento que se editó en el disco "Cuentos de los Tres Colores" (RTVE-Música). Se reunieron dieciséis textos de distintos escritores, leídos por voces famosas (Julio César Iglesias, Ana García Castellano, Andrés Aberasturi, Paloma Lago, Pedro Piqueras, Luis del Olmo, Carmen Martín Anguita...) Imagino que el disco será sencillamente inencontrable.

     
     Creo que es el momento apropiado para rescatar mi cuento, que se titula UN POCO DE MAGIA, POR FAVOR, y que solo es una sencilla carta a los Reyes Magos.




"Queridos Reyes Magos, me llamo Luis y os escribo personalmente por primera vez. Otros años la carta la escribían mis padres. Aunque me ha costado mucho trabajo, he aprendido a leer y a escribir.

   Soy sordo de nacimiento y, por eso, no sé lo que son los sonidos. Mis padres y profesores se esfuerzan en explicármelo y no pasa un solo día sin que yo trate de imaginármelos.

   Sé que los sonidos nos rodean por todas partes, aunque yo no pueda oírlos. También sé que las palabras que ahora estoy escribiendo en este papel pueden pronunciarse en voz alta y entonces vuelan de unas personas a otras. 

   Sé que los pájaros cantan en las ramas de los árboles, o que en días de tormenta, tras el relámpago, retumba el trueno. O que cuando llora mi hermana, que solo tiene tres meses, revoluciona toda la casa. O que mis padres a veces escuchan un sonido muy bonito llamado música.

   También sé que los trenes producen un sonido muy fuerte, que mi madre llama estruendo. Vivimos muy cerca de las vías. A mí me gusta asomarme a la ventana de mi habitación para contemplar los trenes que van y vienen. 

   Mi favorito es el tren de mercancías de las diez. No va pintado con colores llamativos ni los vagones están iluminados por dentro. Si la noche es cerrada, apenas puede vérsele. Es tan largo que a veces parece que nunca va a terminar de pasar.

   Es el que más sonido produce. Yo pego mi cara al cristal y pongo mis manos abiertas en la pared, a ambos lados de la ventana, para sentir así las vibraciones.

   Queridos Reyes Magos, los niños como yo os escriben cartas año tras año para pediros juguetes, sobre todo juguetes. ¿Y por qué solo juguetes?, me pregunto. Vosotros sois magos. Lo dice hasta vuestro nombre. Yo creo que sois los mejores magos del mundo, sobre todo porque lleváis más de dos mil años siéndolo.

   Por eso, no quiero pediros juguetes en mi carta, sino que hagáis un poco de magia conmigo, solo un poco. Mis padres ya me han advertido que uno no debe ser egoísta ni acaparador a la hora de escribir a los Reyes Magos. Yo no quiero serlo.

   No deseo ningún juguete. Por favor, solo haced un poco de magia conmigo. A vosotros no os resultará complicado. Lo que os pido es que me permitáis oír el sonido del tren de mercancías de las diez. Solo eso. Pero no quiero ser egoísta. Me conformaré con que me permitáis oír ese sonido una vez. Solamente una vez. Nada más que una vez.

   Mientras os escribo estas palabras siento que los nervios empiezan a apoderarse de mí. Ya estoy ansioso esperando vuestro día, o mejor dicho, vuestra noche.

   A las diez en punto estaré junto a la ventana de mi habitación, con las manos apoyadas en las paredes y la cara aplastada contra el cristal, esperando que se produzca la magia.


   Para mí será el momento más feliz de mi vida. Y a vosotros... ¡os resultará tan sencillo hacerlo!"