martes, 29 de enero de 2019

LUIS MIGUEL SÁNCHEZ ESCRIBE SOBRE "POEMAR EL MAR" en "¡Que viene el lobo!"




Cesáreo Martín de Vega e Pedro Fernández Giménez levan ben anos traballando a prol da LIX. Múltiples proxectos da súa autoría dan vida cultural ao lugar onde residen, Alicante.

   César (como lle gusta que o chamen) e Pedro son dúas persoas entrañables e centran os seus impulsos, ademais de múltiples proxectos, en dar a coñecer, a través de facebook, álbums ilustrados e poemarios fundamentalmente. Novidades, si, pero tamén rescatan do esquecemento verdadeiras xoias literarias.

    
Con Pedro e César en Alicante

     Hai uns días, no seu espazo ¡Que viene el lobo!, deron á luz unha crítica-reflexión do poeta Luis Miguel Sánchez Martínez sobre Poemar el mar. Un texto que me emocionou pola fondura, polo agarimo, por todo aquilo que salientaba arredor dun poemario que tanto amo. Foi algo inagardado que me puxo a pel de galiña.
Hoxe reproduzo aquí o texto, agradecendo a Luis Miguel tanta xenerosidade por parte de alguén  que sente a poesía moi dentro e que sabe do que fala.


Luis Miguel Sánchez Martínez

Así comezaba a entrada neste grupo dedicado ao ábum infantil e á poesía no facebook:

 En esta ocasión es nuestro querido amigo y mejor poeta, Luis Miguel Sánchez Martínez, quien nos recomienda, no un álbum ilustrado, si no un poemario titulado, POEMAR EL MAR, con el cual, otro buen amigo de este sitio lobuno (Antonio García Teijeiro), gano el premio nacional de LIJ en el año 2017.




POEMAR EL MAR
Antonio García Teijeiro
Xan López Dominguez, ilustraciones
Ediciones Anaya. 2018


Lo primero que me viene a la cabeza, después de haber tenido la suerte de encontrarme con este libro, es lo entrañable que me resulta la idea que lo nutre. Antonio García Teijeiro pretende - y sin lugar a dudas consigue – atrapar el mar en versos que juegan entre la rimas como si fuesen olas que van y vienen. Versos que mojan y burbujean en el alma, versos que envuelven de una sed lírica que no se agota; como el mar.
Las metáforas nos llegan como caricias dulcísimas del viento y a la vez pellizcan nuestra conciencia.
Poemas llenos de imágenes que activan el pensamiento y el corazón; sensorialidad impregnada en la palabra del poeta. Poemas que cantan los desvelos y preocupaciones por el devenir del mar, pues la poesía bella no anda exenta de mensaje. Un ideario a la altura de su imaginario.

     Así el poeta nos expresa lo dicho, en versos como estos:
Xan López Domínguez
“El mar
está triste,
con muchas heridas.
Unos peces se ahogan
¡ Salvemos su vida ! “

     Y lo expresa con la forma física del oleaje y el movimiento de los peces, es decir, de manera escalonada, como un vaivén, como un sumergirse y ascender queriendo cerciorarse de que todo está en su sitio, de que el mar sigue su evolución natural.
Los juegos de palabras nos remiten a una infancia marinera. El son de mar habita en el interior del poeta.
El poema, se convierte así en la consecuencia del juego, o incluso muchas veces es el juego mismo; esa función lúdica tan necesaria de la poesía que nos conecta con el ser que siempre fuimos y no queremos abandonar. El poeta es un niño que juega y sueña, y percibe la realidad en tal proceder y nos la ofrece limpia, con la belleza de lo puro.

     Así, encuentra palabras para dar salida a sus anhelos. Nos dice el poeta:
Xan López Domínguez
“ He encontrado
una palabra
que rima
con la sonrisa del mar:
sonrimar. “

     ¿Acaso no es esta recreación del lenguaje una de las formas que la luz de la inspiración ofrece a la poesía?
El efecto de la personificación le da al poemario una entidad que nos hace establecer un diálogo con el propio mar.
Y es aquí donde reside otro de los misterios que otorgan claridad al acto poético. Y este misterio que ilumina y asombra, no es otro que el hecho de comunicarse. Esa facultad para la que fue creado el lenguaje. Escribir y leer es comunicación en plenitud, y para ello el poeta utiliza todos los recursos estilísticos y expresivos que le son necesarios.

     Y así, retomando el pórtico de esta reseña, concluyo mi comentario diciendo, que después de haber leído esta propuesta de Antonio García Teijeiro, puedo afirmar sin temor a equivocarme, que estamos ante un libro atractivo y bien construido. Poesía que se siente, que acaricia y envuelve, pero también, como el mar, rompe, burbujea y nos lega la espuma
Salud, risas y abrazos a capazos.