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jueves, 20 de enero de 2022

DARDO POÉTICO ( LXXVIII) "Dous poemas galegos de Juan Carlos Martín Ramos"

 



É un poeta enorme. É unha persoa enorme. Un andaluz enorme.

Juan Carlos Martín Ramos é o meu amigo.

Vivimos unha experiencia sedutora que callou no poemario Versos e viceversos. Poemas creados a partir de versos de cada un de nós.

Un proxecto, cun certo risco, que nos uniu aínda máis se iso era posible.

Juan Carlos -Juan, como o chamamos- é un andaluz aberto a todo aquilo que teña unha certa coherencia coas súas ideas. Aberto e agarimoso.

Tamén co galego. Dende que o coñecín notei esa sensibilidade pola nosa lingua e emocionoume. Le en galego, ama o galego e, coido, xa se sente un chisco galego. Eu vou seguir galeguizándoo todo o que poida. Non é difícil, por outra banda.

Así que, nesta última estadía en Vigo, lle propuxen que escribise un poema en galego. Facíame moita ilusión. El sorriu, calou. Porén algo notei que lle seducía a idea. Non insistín. Ou si? Xa non o lembro.

 

Con Juan Carlos Martín Ramos na praia de Samil


E Juan, chamoume hai uns días. Sempre con moita precaución, díxome que escribira un poema en galego e que fixera a tradución dun que nos agasallara hai certo tempo en castelán dedicado ás Illas Cíes.

Envioumos para que vise o resultado, corrixise algo, en fin…

Que fermosos os poemas galegos de Juan Carlos Martín Ramos! Case non os retoquei. Un nome por aquí, un pronome por alá…Pouca cousa.

E díxenlle: “Só che faltan catro para igualar os Seis poemas galegos, de Lorca”. Federico é un dos nosos poetas de referencia.

Pedinllos, claro, para Versos e aloumiños. Escribiu un texto para dar certas explicacións e o noso blog-revista enriquécese, unha vez máis, coa súa palabra.

Grazas, Juan. E xa sabes…só che quedan catro.




                                  EU E O GALEGO

 

 

                                                                                                                   Juan Carlos Martín Ramos

 

 

Mi relación con la lengua gallega empezó hace muchos años cuando, siendo estudiante de Filología, elegí como optativa la asignatura de Literatura Gallega y leí, y estudié, una antología bilingüe titulada “Ocho siglos de poesía gallega”, que empezaba con los primeros trovadores y terminaba con los poetas nacidos en la primera mitad del siglo XX.

 




Ahora que estoy rebuscando entre mis recuerdos, me viene también a la memoria que mucho antes, siendo todavía un niño, formaba parte de mi repertorio habitual (he de aclarar que yo era un niño muy cantarín) la canción popular gallega “Na beira do mar”. Incluso me recuerdo cantándosela a los emocionados ancianos del asilo (así se le llamaba entonces) de mi pueblo.

 

Es verdad, fue esa canción la que puso por primera vez palabras gallegas en mi boca, pero fueron aquella antología y aquella asignatura las que me permitieron familiarizarme con la lengua gallega y conocer a muchos poetas gallegos, además de Rosalía y Celso Emilio Ferreiro, de los que ya había leído y oído cantar algunos poemas.

 

A partir de entonces, he descubierto, leído y disfrutado de la obra de numerosos autores gallegos, tanto en gallego como en castellano. De entre todos, quiero citar especialmente a Álvaro Cunqueiro, de quien siendo muy joven leí “Merlín y familia” y “Las crónicas del Sochantre”, que me sumergieron para siempre en el imaginativo y poético mundo, tan personal y universal, del autor.

 

Nas Illas Cíes

Pero, sin duda alguna, cuando mi relación con la lengua gallega, y en general con Galicia, se volvió mucho más estrecha y estable fue gracias a mi amistad con Antonio García Teijeiro. Lo resumiré en dos breves capítulos que ilustran este fenómeno.

 

En el primero tengo que mencionar la aventura -un juego, en realidad- en que nos embarcamos Antonio y yo cuando, como amigos bien avenidos y lectores cada uno de la poesía del otro, decidimos escribir un libro al alimón. El resultado fue “Versos y viceversos”, que en 2019 publicó la editorial Kalandraka en castellano (la lengua en que fue concebido) y también en su versión gallega, traducido por Antonio con pequeñas y ocasionales aportaciones mías.

 

En pleno traballo da versión galega de "Versos e viceversos"

El segundo capítulo tengo que dedicarlo a contar un hecho que, aunque más circunstancial e improvisado que el anterior, supuso para mí una experiencia emocionante e inolvidable: la lectura en voz alta y en público de un poema, naturalmente en gallego, de Manuel María, en un acto de homenaje al poeta que se celebró en el Mercado O Calvario de Vigo. Debo decir que el público allí reunido me premió con un caluroso aplauso, pero me sentí obligado a pedir disculpas por leer un texto en gallego con acento andaluz.

 

Lendo a Manuel María no Mercado do Calvario en Vigo

Dije dos capítulos, pero debo añadir un epílogo, el que explica por qué yo ahora cometo la osadía de publicar en “Versos e aloumiños” dos poemas en gallego.

 

La culpa, como os podéis imaginar, es de Antonio. Y, en esta ocasión, no tengo muy claro si he hecho bien al hacerle caso. No porque no haya disfrutado y aprendido intentando escribir directamente en gallego (el primer poema) o haciendo una versión en gallego de un poema ya escrito en castellano (el segundo), sino porque, no siendo mi lengua materna, mientras los escribía no he podido evitar un cierto sentimiento de impostura que chocaba con el inmenso respeto que siento hacia otras lenguas distintas a la mía, que, a diferencia de lo que dicen algunos de forma perversa, no sirven para separar a nadie sino para todo lo contrario, para reconocernos en lo que nos une, para enriquecer nuestra forma de mirar y de nombrar el mundo.

 

No tengo muy claro si he hecho bien, pero ya que acepté la propuesta de Antonio, aquí está el resultado. El culpable ahora soy yo.

 

Dicho lo cual, pongo punto y aparte (no quiero decir “final”) a esta incursión literaria en un territorio lingüístico que no es el mío. Entendedlo como un gesto de afecto y admiración a la lengua gallega.

 

Naturalmente, seguiré leyendo en gallego y escuchando canciones en gallego, y cada vez que vaya por Galicia seguiré aprendiendo nuevas palabras y expresiones en este hermoso idioma. Pero, con vuestro permiso, volveré a escribir en castellano (o español, como queráis llamarlo). Eso sí, siempre con acento andaluz.

 

 

 


  

 

 

DESPOIS DE TODO OU NADA

 

 

Outra vez,

despois de todo ou nada,

hai que xogar o resto.

 

O corazón mariñeiro de Juan
                              Elixir o camiño

que atravesa os espellos.

Desordenar papeis

ou, aínda mellor,

perdelos.

 

Esborranchar o branco

da páxina,

falar en serio,  

abrir o baile só

co posto,

rir dun mesmo.

 

Verter a última pinga

e desbordar

a vasilla do tempo.

 

Cantar baixo a tormenta,

pregoar o segredo.

 

Despois de todo ou nada,

que a fin sexa outra vez

o comezo.

 

 

                                     

 

 


 

  

 

  

ILLAS CÍES

 

Cíes, Cíes, Cíes.

 

Illas que entrelaza

                               o vento do norte,

sereas varadas

na luz do horizonte.

 

Cíes, Cíes, Cíes.

 

Pola area branca

anda a miña sombra,

murmurios turquesas

debuxan as ondas.

 

Cíes, Cíes, Cíes.


 

Vese dende o faro

o resto do mundo,

cabe nos meus ollos

cando o vemos xuntos.

 

Cíes, Cíes, Cíes.

 

Illas ancoradas

na ría de Vigo.

Illas onde a lúa

esconde o seu niño.

 

 

       

No faro das Illas Cíes co caderno de apuntamentos