É unha lacra que a min
persoalmente me encolle o corazón. Non só existe unha terrible desigualdade
entre homes e mulleres, da que elas son as vítimas principais, senón que a
violencia machista segue a cobrarse novas vidas.
Cada pouco tempo aparece nos periódicos
outra tráxica morte dunha muller –de distintas idades- polas mans da súa
parella.
Daquela, unha enorme dor apodérase do meu
ánimo e xa non sei que pensar.
Ata onde imos chegar?
Reflexiono e penso que as institucións só
toman estes tristes sucesos como algo unicamente para cumprir e non sexan
criticadas. Hai menos conciencia deste enorme
problema do que se agarda daqueles que mandan. Existen demasiadas
estruturas que impiden que sa faga xustiza e, sobre todo, que se poña freo a
tanta loucura. O machismo e o concepto de posesión sobre a muller está moi
enquistado e hai moito que traballar.
Educación e formación das
novas xeracións son dous puntos esenciais para que as cousas cambien e
principie a haber un rexeitamento destas atroces accións que degradan o ser
humano.
Moitas escritoras –principalmente- e
escritores están a facer moi boa literatura con este tema. A concienciación é
absolutamente necesaria. Acadar unha virada nestes terroríficos actos é labor
de todos e todas.
De aí que estea feliz de participar neste
libro, Como tú, que trata este tema
da igualdade dende a diversidade formal e temática. Dezasete textos en prosa, un guion e dous poemas, como berros de liberdade e de reivindicación da muller nun mundo que vomita fume negro por demasiados lados. Porque a violencia ten
moitas caras e hai que combatela sen fisuras.
Esta é a razón pola que aproveito as
tristísimas noticias dos últimos días e a distinción de Como tú, como un dos libros elixidos para formar parte da
prestixiosísima Lista dos White Ravens de
Munich, 2019, para poñer en Versos e aloumiños o poema que pecha
o libro e que escribín con moita rabia, pero tamén con enorme esperanza.
Moitas grazas a Fernando Marías por tan
necesario proxecto, grazas a Pablo Cruz, da Editorial Anaya por crer nel e
grazas persoais a Xosé Cobas por acompañar o poema dunha ilustración de enorme
altura artística.
Aí queda. Ao remate desta entrada. Lédeo e reflexionade.
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Antonio García Teijeiro. (Foto de Anxo Cabada) |
El libro Como tú (20 relatos + 20
ilustraciones por la igualdad), coordinado por Fernando
Marías y el que participaron 40 autores e ilustradores, ha sido incluido en
los White Ravens 2019, una selección
que cada año elabora la Internationale Jugendbibliothek de Munich eligiendo 200
títulos entre los miles de libros infantiles y juveniles publicados en 58
países y 37 idiomas (en esta ocasión, 4 de España).
Los miembros del jurado responsable de la selección escriben sobre este
libro:
"El título de este volumen no es ambiguo: trata de la
igualdad (y, por lo tanto, también de la desigualdad) de género El autor
Fernando Marías, editor de este proyecto editorial socialmente comprometido,
reúne una notable variedad de voces literarias y estilos de ilustración. 20
autores y 20 ilustradores han colaborado en este libro, incluidos nombres
conocidos en la literatura española para jóvenes, como Care Santos, David
Lozano, Maite Carranza y Gonzalo Moure. La mayoría de las contribuciones son
cuentos, pero también hay poemas, un texto compuesto enteramente de mensajes de
texto y una obra de teatro. Se refieren a roles de género, amor, violencia,
dependencia, falta de comunicación y mucho más. Ya sean amables, reflexivos,
explícitos o apelativos, los textos son adecuados para leer por cuenta propia o
para leer y debatir en grupo. La variedad literaria se complementa con las
ilustraciones multifacéticas, que llegan al corazón de cada historia".
Desde aquí damos la enhorabuena a las 40 personas que con
su generosidad y profesionalidad han hecho posible este libro: Ana Alcolea, Ana
Campoy, Maite Carranza, Ledicia Costas, Espido Freire, Santiago García-Clairac,
Antonio García Teijeiro, Ricardo Gómez, Alfredo Gómez Cerdá, Jorge Gómez Soto,
Rosa Huertas, Raquel Lanseros, Nando López, Antonio Lozano, David Lozano,
Fernando Marías, Gonzalo Moure, Mónica Rodríguez, Care Santos, María Zaragoza,
Juan Miguel Aguilera, Raquel Aparicio, Carla Berrocal, Xosé Cobas, Agustín
Comotto, Nuria Díaz, Alberto Gamón, Gabriel Hernández Walta, Anu Jato, Raquel
Lagartos, Esperanza León, Sara Morante, Javier Olivares, Ana Oncina, Mireia
Pérez, Dídac Pla, Alba Marina Rivera, Pedro Rodríguez, Santiago Sequeiros y
Fern.
SE
ACABÓ, MADRE, SE ACABÓ
I
Llueve
fuerte en la casa.
Una
lluvia negra
de nubes que
se desangran.
La
madre sabe bien
que
esa lluvia pertinaz
cumple el ritual del dolor y la
duda.
Le
duelen las manos
encallecidas
por las labores más asfixiantes.
Le
duelen los momentos
cubiertos
de mugre
y silencios
espesos.
Le
duelen las miradas torvas y traidoras
que
dejaron su cuerpo hecho trizas poco a poco.
Y
le duelen los ojos de la hija
que grita y sacude sus miserias
dispuesta a romper con todo.
No
sabe qué hacer con su alma
y
se apoya en lamentos
que
nunca dejaron de serlo.
Pero…
los ojos,
y los gritos de
rabia
y
las amenazas de la hija remueven
su muda
resistencia.
Esos
ojos abiertos de luz y fuego
le están diciendo
que nada va a ser
igual.
Que
hay que decir ¡basta!
Y la mujer intenta esbozar una sonrisa
que no aflora
a sus labios.
Quiere
darle la razón
pero teme salir del cauce de ese río
que siempre la llevó al mar.
Un
río negro,
revuelto,
de ceniza,
traidor.
Un
río de mirada torva de hombre.
De
ese hombre que está sentado en la sala
arrojando humo sobre ella.
De
ese hombre que llena de flores secas
las
estancias que ella fregaba
ignorando los límites
impuestos.
De
ese hombre que nunca se emociona con las estrellas.
|
Ilustración de Xosé Cobas para o poema. |
II
Y
la hija irrumpe frenética
y le
dice ¡basta!
Y
grita ¡basta!
Y
llora ¡basta!
Se
acabó, madre, se acabó.
Tiembla
la buena mujer.
Temblores
entre el miedo
y demasiadas esperanzas rotas.
La
hija corre las cortinas
que llevan años oscureciendo esa luz
que el sol regala cada día.
Y
rompe paredes
que oprimen libertades.
Se
acabó, madre, se acabó.
Yo
no voy a inclinar el cuello
porque
estoy cansada
de esos
hombres que esconden duras verdades
y
sonriendo sumen a la mujer en simas
oscuras.
Porque
estoy cansada
de ver
espacios nublados semana tras semana.
Y
no aguanto más.
Voy
a coger tu mano
con el
cariño que te mereces
y
vamos a brillar juntas cada amanecer
buscando horizontes abiertos.
Se
acabó, madre, se acabó.
Quiero
extender sobre tu mesa
los
pliegues de mil sonrisas
y
dejar las marcas crudas de tu piel en el olvido.
Y
decir al hombre que fuma
que
se apagaron los focos del escenario,
que
destruya la soledad que su egoísmo ha ido tejiendo
durante tanto tiempo
o
que vaya a jugar a otra parte la partida de la injusticia
¡ muy lejos de aquí!
Se
acabó, madre, se acabó.
En
el jardín vuelve a haber camelias blancas y rosas amarillas.
Déjame
recoger los escombros de una vida ya podrida,
sentir
una nueva que renace
y
me haré dueña de la inmensidad
que aparece delante de mis ojos.
De
tus ojos que no van a llorar más.
Que
van a atravesar
túneles de esperanza y de sosiego.
Se
acabó, madre, se acabó.
La
bruma de tus temores
de tus miedos
de tus ahogos
se está disipando
y pronto va a relucir
aquella claridad olvidada
que soñamos algún día en nuestra casa.
ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO