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sábado, 10 de junio de 2017

YEVGENY YEVTUSHENKO (1933-2017)

El pasado uno de abril falleció en Tulsa (Oklahoma) el gran poeta ruso Yevgeny Yevtushenko, que llevaba varios años viviendo en los Estados Unidos, donde daba clase en varias universidades, entre ellas la University of Oklahoma, en Tulsa. Nacido en Zima, en la región de Siberia, Yevtushenko fue reconocido como uno de los poetas más importantes de la Unión Soviética y uno de los más destacados del posestalinismo. Su vida, sin embargo, no fue fácil: Yevtushenko fue siempre un verdadero showman que llenaba auditorios con sus recitales y que supo utilizar la palabra poética para alzar la voz contra las injusticias cometidas por el totalitarismo soviético que tan bien conocía porque tuvo que padecerlo en carne propia. Esto lo colocó en el centro de multitud de polémicas y le granjeó no pocos enemigos, tanto dentro como fuera de la Unión Soviética. El ejemplo más notable de esto es su poema "Babi Yar" (1961), en el que denuncia con dureza a los sectores soviéticos antisemitas y que termina con estos memorables versos:


Dejemos que la "Internacional" retumbe
hasta que el último antisemita de la tierra
sea enterrado para siempre.
En mi sangre no hay sangre judía.
Pero en toda su insensible rabia, todos los antisemitas
me odiarán desde ahora como si fuera judío.
¡Por esa razón
yo soy un ruso de verdad!


Yevtushenko en un recital poético en Moscú en 1962.

A lo largo de su extensa trayectoria, Yevtushenko se dedicó a la literatura, al activismo, al teatro, al cine e incluso a la política en activo durante algunos años tras la desmembración de la URSS. Contaba entre sus amigos y conocidos a algunos grandes nombres de la política o del arte del siglo XX, como el Che Guevara, Robert Kennedy, Vittorio Gassman o Federico Fellini, y viajó incansablemente por todo el globo derrochando allá por donde iba su personalidad histriónica, su fina ironía y su crítica punzante. En palabras de Luis García Montero, en el prólogo a una antología en español de la obra de Yevtushenko, el poeta ruso "viste camisas de poeta, vive de poeta, habla en poeta". En los últimos años, un poco alejado ya de las varias polémicas que lo persiguieron en las décadas de los 60 y 70, Yevtushenko vivía a caballo entre Europa y América, compartiendo con estudiantes de diversas universidades sus amplios conocimientos literarios y sus ideas sobre el arte poético, hasta que la muerte lo sorprendió en Tulsa y nos dejó sin una de las voces más interesantes de la literatura rusa contemporánea.


Una de las mejores maneras de adentrarse en la obra de Yevtushenko es la antología citada anteriormente, Manzanas robadas (Visor, 2011), a cargo de Javier Campos y prologada por García Montero. Contiene textos escritos entre los años 60 y la primera década del nuevo siglo, y entre ellos se encuentran su ya clásico "Babi Yar" o "La ejecución de Stenka Razin", este último poema utilizado por Dimitri Shostakovich para la composición del poema sinfónico del mismo título. Es un libro lleno de versos tiernos, afilados, melancólicos, dolorosos, críticos, pero siempre con el sello personal y a veces contradictorio de Yevtushenko.


Dimitri Shostakovich con Yevtushenko

P.S.: Uno de mis colegas en la University of Tennessee at Martin, donde yo soy profesor de español, Jeff Longacre, tuvo la posibilidad de compartir varios años de trabajo con Yevtushenko cuando era estudiante en la universidad en Tulsa y ayudó al poeta a adaptar sus poemas al inglés. Para aquellos lectores y lectoras de Versos e aloumiños que entiendan inglés, dejo aquí a modo de coda y de homenaje una conversación que mantuve con Jeff acerca de la figura de Yevtushenko pocos días después de su fallecimiento.



                                                  ANTÓN GARCÍA-FERNÁNDEZ