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martes, 4 de marzo de 2014

UN TEXTO FERMOSO DE MONICREQUES, ESCRITO POR JUAN CARLOS MARTÍN RAMOS



Juan Carlos Martín Ramos
Juan Carlos Martín Ramos, aquí en Versos e aloumiños sabémolo ben, é un poeta de moi alta calidade.
Por sorte, temos mostras que así o acreditan, porque é tan xeneroso que non dubida en aceptar a invitación que lle facemos moi a miúdo a participar neste espazo aberto á intelixencia e á imaxinación.
Os seus poemarios son dos mellores que se publican actualmente en España. Podes coller calquera deles sen medo. A poesía tenra e cálida, imaxinativa, baseada nos pequenos feitos, emociona e chega ben adentro.

Juan Carlos, xunto coa súa marabillosa muller, Lurdes López, pasaron ben anos con familia e monicreques percorrendo lugares facendo moi felices a grandes e pequechos.

Un artigo extraordinario, escrito por Lurdes, ten unha aceptación enorme entre os nosos visitantes. Todo el está dedicado a unha parte da súa vida cos seus monifates, seres cheos de ironía, graza e sensibilidade, algo que lles contaxiou ela. Ou foi ao revés? Tanto ten. O certo é que os bonecos e mais a guitarra acompañan a esta parella sen par a todos os lugares onde son reclamados. En León deron unha mostra de todo o que dicimos, como testemuñan algunhas das fotografías que acompañan estas liñas.
Lurdes coa bruxa cantando unha fermosa canción. Juan Carlos á guitarra.


Juan Carlos leva agasallándonos con textos sobre distintos xéneros: poesía, reflexións sobre o feito lector, prosa diversa etc. É un clásico do noso blog-revista. Por moito tempo!

Hoxe a alegría é dobre para min: publicar un texto seu, unha vez máis, en Versos e aloumiños éncheme de ledicia e achegarnos con el ao mundo dos monicreques, que tanto amo eu, resúltame engaiolante.

Un gozo. Unha sorte. Un luxo.
Maxia e pracer...

Ademais, a calquera, ensinante ou non, lle pode servir para montar un espectáculo marabilloso.
Leamos o texto con pracer. Resulta un auténtico privilexio. E sexamos conscientes de que os personaxes desta preciosa obra ( O Monicreque e mais O monicrequeiro)  teñen vida para dar e tomar.

Vivámola con eles.


Javier Villafañe
Pero antes, coñezamos algo dun monicrequeiro por excelencia: Javier Villafañe, a quen Juan Carlos alude no correo que me enviou. Curiosamente souben deste home errante, aínda que nunca o vin en persoa, no ano 1983, porque publicou o libro “El caballo celoso”. Daquela xa soaba como un mestre dos monifates. Home cunha fermosa barba branca, cun mono azul, nacido en Arxentina que viaxou por toda América, por Europa e por Asia cos seus monicreques. Como os antigos monicrequeiros percorreu medio mundo. En 1978 montou nun vello carromato e viaxou pola Mancha, cos seus bonecos, a través do camiño de don Quixote.
Supoño que para Juan Carlos e para Lurdes será unha referencia imprescindible neste enfeitizante mundo dos monifates.
Vaia dende aquí, a nosa homenaxe máis afectuoso a un ser máxico. Persoa e personaxe á vez que faleceu no ano 1996.



 E agora si. Agora entremos no excitante mundo que nos propón Juan Carlos Martín Ramos.


En León non faltaron os monicreques. Unha delicia!!!



ESCENA DEL TÍTERE Y EL TITIRITERO

(Con la cortina del teatrillo aún cerrada, sale a escena un títere. Es un títere de guante, de esos que también se llaman de guiñol y que el titiritero debe mover con una mano, desde abajo, introduciendo sus dedos en la cabeza y en los brazos.)

EL TÍTERE:        Como es costumbre en el teatro
y soy un títere educado,
voy a saludar.
¡Buenas tardes,
querido público!
¿Qué tal?
(El títere espera una respuesta.)

¿Hay alguien ahí?
                            (Se pone una mano en la oreja.)

Si alguien anda por ahí,
que diga sí.
Si no hay nadie
en ningún rincón,
entonces que, alto y claro,
diga ¡no!
                            (Nadie contesta.)

Está bien,
empezaré otra vez.
Me iré por donde vine,
volveré sobre mis huellas
aunque no tenga pies.
Me iré a la una,
me iré a las dos,
me iré a las… ¡tres!

(El títere desaparece por un lado del teatrillo y aparece rápidamente por el otro.)
                               
                              ¡Buenas tardes,
buenas tardes!
Si ya lo he dicho,
pido perdón,
y si hace falta lo repito
cien,
mil veces o un millón.
¡Buenas tardes,
buenas tardes, 
buenas tardes!
Pase lo que pase,
haya público en la sala
o no,
salga el sol por Antequera
o se ponga en Nueva York,
llueva, truene o haga frío,
hay que empezar la función.

(El títere carraspea con fuerza.)
                               
                               ¡Manos a la obra!
¡Pico y pala
para desenterrar
las palabras del autor!
¡Y pico,
sobre todo, mucho pico
para arrancar el aplauso
del espectador!
¡Vamos, titiritero,
que ya empieza la función!
Ni a las tres
ni a las cuatro,
¡a la una y a las dos!
¡Que suene la flauta!
¡Que redoble el tambor!
¡Que el gusanillo del teatro
abra y cierre su acordeón!

(El títere mira hacia dentro del teatrillo.)
                             
                               Titiritero,
¿te has dormido?
Pues no escucho tus ronquidos…
Titiritero,
¡titiritero!,
¿estás de broma?
¡Pues verás como encuentre
mi cachiporra!

(Sale de escena y vuelve a entrar armado con su cachiporra. Habla cada vez más enfadado.)

¡Titiritero!,
¿dónde estás?
¡Titiritero,
que la función va a empezar!
¡A la una y a las dos…!
¡A las tres y a las cuatro…!
¡A las cinco y a las seis…!
¡Titiritero!
¡Titiriterooo!
¡Contesta de una vez!
                    
      (Gruñe en un idioma ininteligible, algo así como                                                                                      "Grñmnñrrrmnñrrrrrrr".)

¡Está bien,
tú lo has querido!
Me quedaré callado
                            para que la función
                            sea un fracaso.
Me quedaré dormido
para que digan que eres
                            un titiritero muy aburrido.
O, mucho mejor,
me moriré durante un rato
para que cierren el teatro.
¡Ay, ay, ay,
ay de mí!
¡Que me muero,
que me muero…!

(El títere se deja caer sobre el escenario y, una vez en el suelo, levanta la cabeza.)

¡Que me morí!

(Baja la cabeza de golpe y se queda tendido. De pronto, alguien aplaude desde la primera fila y el títere, sorprendido, vuelve a ponerse de pie.)
                             
                              ¿Quién ha sido,
quién anda por ahí?
¿Quién ha sacado las manos
de los bolsillos
para aplaudir?
        
UNA VOZ:                 He sido yo.
        
EL TÍTERE: ¿Yo?
¿Y quién soy yo…?
Juan Carlos con Pedro Villar e Antonio
Quiero decir,
¿quién eres tú?

LA VOZ:             El titiritero.

EL TÍTERE:         No es posible.
                                       
                          (Mira hacia el interior del teatrillo.)

¿No estabas aquí dentro?

EL TITIRITERO:    
                               En el teatrillo estás tú solo.
He salido a dar un paseo
y, al volver,
te he visto en el escenario,
hablando y hablando
sin parar.
Es la primera vez
que te veo actuar desde fuera,
y, la verdad,
lo haces muy bien sin mí.
Lástima que no haya nadie en la sala,
pero es que hoy
es día de descanso.
Mañana,
si quieres,
con la sala llena de público,
te dejaré hacer tu debut
en solitario
y yo,
mientras tanto,
me quedaré quieto y callado,
escondido en la oscuridad,
detrás de ti,
por si de pronto no sabes
qué decir
o por si no te sabes callar
y tengo que recordarte
al oído
que, en algún momento,
la función
debe llegar
a su fin.
                    
             (De repente, se apaga la luz de la sala.)


LA VOZ DEL TÍTERE EN LA OSCURIDAD:                         
                                               (Gritando, como si despertara de un mal sueño.)                                   
                                   ¡Titiritero, titiriterooo…!
                                      ¿Dónde estás?
                                      Está muy oscuro
                                      y me estoy empezando a asustar.


LA VOZ DEL TITIRITERO EN LA OSCURIDAD:                 
                                       
                                    ¿Ya te has despertado?
                                      Tranquilo,
                                      voy a por la llave de la maleta
                                      y te saco en seguida.
                 No pasa nada,
                 debes haber tenido otra
                            de tus pesadillas.


Susi e Alba con dous monifates.