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lunes, 12 de diciembre de 2022

"VI Jornades de Poesia i Il-lustració", en Alacante. Audio do acto e texto de Nieves García García.

Cesáreo Martín de Vega presenta o acto


Foi un acto fermoso, moi fermoso. Estaba encadrado dentro das “VI Jornades de Poesia i Il-lustració” que se celebraron ao longo do mes de novembro na Biblioteca Azorín, de Alacante.

 

     Cun gran traballo de Cesáreo Martín de Vega, estas xornadas acadaron unha brillantez extraordinaria.

     Un xoves de novembro tivo lugar un acto ao que fomos convidados Juan Carlos Martín Ramos e mais eu para falar de poesía, de Versos e viceversos e do que se referise á lírica nas escolas e fóra delas.

 

      O acto, presentado por Cesáreo, foi maxistralmente conducido pola prestixiosa poeta, nacida en Aspe, Nieves García García. Unha delicia.

 

Nieves García García conduce o acto

      Todo fluíu dun xeito case máxico. Conversa animada e chea de paixón pola palabra poética. Conversa trufada de poemas e de anécdotas que alegraron aos asistentes.

Non podía faltar para pechar, dende logo, a voz preciosa de Lurdes López que engaiolou o público, pola fermosura das cancións e a expresividade da interpretación. Juan Carlos coa guitarra e eu lendo algúns versos dos temas completamos unha actuación marabillosa desta muller que converte en arte todo o que toca.

 

Lurdes López en plena actuación

O acto foi gravado coas cancións incluídas, que podedes escoitar. Mais Versos e aloumiños non quixo perder a oportunidade de pedirlle á condutora do acto un texto sobre o acontecido.

Nieves García García, xenerosa como poucas, escribiu estas liñas que ides ler deseguido. Como todo o que fai, unha alfaia literaria.

Grazas a todos e a todas por participaren nunha xornada emotiva arredor da poesía nestes tempos de inmundicia.


Intervén Juan Carlos Martín Ramos



                  Diálogos de un triángulo poético casi equilátero

 

¿Se puede conocer a una persona sin llegar a conocerla en persona?     

Nieves García García
            Pues, ciertamente, sí, y esto sucede cuando las palabras vuelan por el aire y nos llegan en forma de poemas. Al menos, algo  así me ocurrió en los primeros tiempos de la pandemia cuando pararon todas las actividades culturales, tanto  en las escuelas, como en los cines, los teatros… Incluso las bibliotecas cerraron. Pero nos quedaban los clubs de literatura a través de las redes sociales y ellos cumplieron las funciones que no se podía desempeñar con otros medios. Y así fue como comenzó a forjarse una entrañable amistad, gracias a una guarida muy lobuna,  entre gentes de distintas procedencias que tenían en común el amor a esas  palabras que alzan el vuelo para buscar un hueco en el corazón de los más pequeños. Y de los no tan pequeños, también.             

Gracias a la intervención  del  colectivo de literatura infantil y juvenil “¡Qué viene el lobo!”, junto con el apoyo de la biblioteca Azorín de Alicante y la editorial IGLÚ, se ha podido conseguir un sueño hecho realidad, que  converjan  un poeta del norte, otro del sur junto a una poeta del este, y se reunieran delante de una ventana junto al mar, tan solo pronunciando estas tres palabas mágicas: Versos y viceversos, un bellísimo poemario a dos voces que tiene como protagonistas a Antonio García Teijeiro y a Juan Carlos Martín Ramos.


            Y comenzamos este viaje poético haciendo una parada por estos dos poemas que, en mi opinión, dicen mucho de sus autores. Se trata de “El Vendedor de versos”,  de Antonio García Teijeiro,  y “El titiritero”, de Juan Carlos Martín Ramos. Dicen así:

            Con mil nubes de canela                           El titiritero tiene

            y tormentas de algodón                             dos manos pero mil voces

            pienso un verso                                          una vida pero mil

            escribo cuatro                                              cuentos que sólo él conoce….

            tacho mil y vendo dos…

                                                                                                                                             

            Alrededor de los mismos iniciamos una conversación a tres sobre la dificultad  de saber cuando un poema está completo y listo para volar  o se ha de quedar en la maleta hasta que al fin consiga sus alas, si es que las consigue. Se habló largo y tendido sobre la búsqueda de la sencillez, de las palabras justas con que expresarlo, pero sin confundirla con la simpleza. Y que los poemas dirigidos a la infancia han de acercarse a sus receptores desde el afecto, pero también desde la reflexión y la honestidad.

            Los tres coincidimos en que  nuestros poemas persiguen con cierto afán una melodía, una cadencia, que nos dirige hacia la musicalidad interna de las palabras. Y,  también, que somos hijos de la tradición oral, y haber  bebido de ella  les aporta a nuestros versos esa frescura tan necesaria en la poesía para niños. Aunque, más tarde o más temprano, cada uno debe de seguir ese camino que le lleve a encontrar su voz propia.  

            Sabemos que a veces cuesta abrir las puertas a la poesía en las escuelas porque se piensa  que  a los niños no les gusta. Pero nuestra experiencia como trasmisores de la palabra nos indica que no hay nada más erróneo, según nuestra unánime opinión. Si se trata de un poema tal y como hemos expresado con anterioridad, de seguro que les gustará, siempre que  venga acompañado de la emoción del adulto que lo trasmite. Por eso la importancia del mediador o mediadora en este proceso, comentaba Antonio (¿o era Juan Carlos?). Contar y cantar, leer en voz alta, jugar con los ritmos y las rimas, es un buen inicio para apropiarse del hecho poético, nos decía Juan Carlos (¿ o era Antonio?), en un dialogo mutuo difícil de separar los mensajes de estos dos poetas con un pensamiento tan claro y común sobre la importancia de la poesía en las primeras edades.

            A continuación, Juan Carlos nos invitó a jugar con un hermoso poema donde nos explica que la  poesía no es algo alejado de la vida sino que se suele dar  en la cotidianidad de nuestros quehaceres diarios. Solo se necesita poner la mirada en otra dirección. Antonio se dirigió a las maestras con una emotiva carta donde las animaba a recuperar las palabras en voz alta para conseguir que volvamos al disfrute de compartir emociones e imágenes a partir de las mismas, comenzando por las canciones de tradición oral para seguir de la mano de la poesía de autor.

            Y poco a poco llegamos hasta ese mundo poético compartido a dos voces como son  Versos y viceversos, donde el gran poeta Antonio Rubio les nombra malabaristas de versos y artesanos de la palabra. Un poemario que comienza, como no puede ser de otra manera, con un mar que   une todas las orillas, un mar de versos que une sus manos para un proyecto común .Un mar que acaricia, pintado en unos ojos,  y un mar cercano que se pasea por la casa del poeta. ¿Será la casa de Antonio? No me extrañaría, porque dialoga con él día sí y día también. Y me hablaron largo y tendido de ese mar, donde se asomaba otro poeta andaluz conocido y admirado por ambos, para después seguir  con esos sueños que se abren y otros mundos que se despiertan.

            Versos y viceversos de una misma maleta, donde Antonio escribe agujas y dedales para coser versos y recoger manantiales, mientras Juan Carlos escucha una caracola, que, cómo no, guarda todas las historias habidas y por haber. Y las suyas, también, contadas en muchas ocasiones a través de sus personajes con forma de muñecos de trapo y de cartón.

            Así, puntada a puntada, se va tejiendo ese constante intercambio de voz, donde también hablamos de ausencias, de los que se van y de aquellos que nos obligan a marcharnos. Y el dolor que nos acompaña. Cuánto dolor hay también en ese mar que tenemos frente a nosotros. Cuánto dolor en sus orillas. Y de eso también conversan los poetas. La poesía como compromiso social.

            Y llegó por fin la gran sorpresa de la noche: poder escuchar esos Versos y viceversos en la cálida voz de Lurdes, acompañada a la guitarra por Juan Carlos y el verso en galego de Antonio. Así que corté mi cuerda titiritera para disfrutar de este  gran regalo, sintiendo ese mar todavía más cercano, a uno y otro lado del ventanal. Y es que, como dice Juan Carlos (¿o será Antonio?), en casa del poeta, el mar  pasa por debajo de su puerta.

            Y cuando no está en casa el poeta…  canta un pájaro su ausencia.

                                                                                               Nieves García García









Antonio García Teijeiro diríxese ao público




E deseguido  pódese escoitar o acto completo neste vídeo.