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jueves, 9 de mayo de 2013

CORTEZA POÉTICA



 Pues sí, hoy he recibido un regalo poético en una corteza de… ¡eucalipto!
He quedado auténticamente sorprendido y emocionado a la vez.

Y  al leer la carta, con la que acompañaba el poema, más todavía.
Juan Carlos Martín Ramos es, para mí, uno de los grandes poetas de este país. Entrar en sus poemas es descubrir el alma de las pequeñas cosas.  Cuanto más lo leo, más me reafirmo en mi opinión sobre su calidad poética. Me encantaría pasar algunas temporadas viviendo en muchos de sus versos.

Una carilla de la carta que sigue en la siguiente
  La carta, que acompañaba a la corteza, comienza así:
Querido Antonio:
     Cojo la pluma y me pongo a escribirte, con la intención de mancharme los dedos con la tinta de un lento atardecer de tonos rosáceos sobre la llanura toledana.
     No es que quiera ponerme cursi (o que faltaba mariñeiro!, penso eu), es que tengo ahora mismo ese primer plano en mi ventana  y no me da la gana de encender la luz.
     Lo malo de coger la pluma en estas condiciones no es mancharse los dedos, es que no queda más remedio que arañar en el fondo de uno mismo y hablar con el lenguaje secreto de los sentimientos (...)
Como podéis comprobar, puro lirismo. Es muy grande este hombre.
Entonces, vuelvo a ver la corteza  poética y leo el siguiente poema, dedicado a  Lurdes,su entrañable compañera.

  
Es muy breve y dice así:
                                                 


VIAJE AL FIN DEL MUNDO

Como cada día,
a buscar el tiempo
que me falta
para estar contigo,
allí voy.

Al fin del mundo

    
                                                                                                       Juan Carlos Martín Ramos

Juan Carlos y Lurdes, en Vigo.
   ¡Qué hermoso regalo en la corteza de un eucalipto!
Y Juan Carlos lo explica así:
                        Te envío un poemita en formato rústico, que así abulta más. Te puedes imaginar, que lo escribí pensando en Lurdes, pero también me vale para gritar públicamente mi deseo de buscar siempre la compañía de las personas que quiero.
     Lo de escribir un poema en una corteza de árbol se lo he copiado a Lorca, aunque creo que él lo hizo en una corteza de abedul.
     Podría intentar engañarte y decirte que el trozo de corteza es de un árbol que he encontrado en el fin del mundo. La corteza es de un bosque de eucaliptos que hay cerca de mi casa (...)
            



Continuación de la carilla anterior.

   Y sigue escribiendo con palabras hermosas, con su letra tan bonita y tan particular.
Ha conseguido alegrarme el día. Lo ha hecho con cariño, amistad y originalidad.
Por eso quiero compartir con vosotros, seguidores de Versos e aloumiños, este regalo.
      ¡Una corteza poética!
                                          Gracias, amigo. Gracias, Poeta.

En la playa de Samil, delante de un dibujo en la arena de Juan Carlos.
                                                                                




                                                                                             ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO