Falar de Carles Cano é falar duns
monstro…”das paellas”. É falar dun amigo.
Pero por iso non
estaría no noso blog-revista. Carles é un grande escritor cunha liña moi
definida en todos os xéneros que toca. Carles é un enorme contador/encantador
de historias, tanto oralmente coma por escrito.
Carles escribe unha
poesía xogantina e cotiá na que o lector/a se ve desfrutando coas súas verbas.
Carles escribe, tamén, unhas historias disparatadas que nos fan rir a cachón
pola intelixencia e polo humor que conteñen.
Non esquecerei nunca, malia os anos
transcorridos, a lectura que lles facía en voz alta aos meus alumnos de 6º de
Primaria do seu marabilloso libro Cuentos para todo el año, unha obra
ateigada, ademais, de tenrura.
Porque Carles Cano é tenro, sabe dotar de graza a súa obra e é un contacontos excepcional. En definitiva, un amigo entrañable.
Que non estivese en Versos e
aloumiños, sería unha eiva imperdoable. Pois xa esyá aquí, para que
poidades desfrutar da súa imaxinación posta ao servizo da literatura. E chega
con toda a súa forza e co seu agarimo pola palabra literaria, sempre a prol do
lectorado.
Moitas grazas, Carles, colega!
Carles Cano |
LA PRIMERA VEZ
La primera vez que un elefante vió el mar pensó:
--¡Ostras! ¡Que bestias son
los cocodrilos de este río, se han comido la otra orilla!
UNA LEYENDA
Cuenta la leyenda que a un
elefante que paseaba por un acantilado un dia de tormenta, se lo llevó un golpe
de mar. Fue una ola tan fuerte que le arrancó las orejas y la trompa y le puso
los colmillos del revés. A pesar de todo, el elefante sobrevivió e incluso
aprendió a nadar, tan bien que las patas
se le transformaron en aletas. Ahora que su familia y amigos no podían verlo
pudo hacer realidad uno de sus sueños: ¡Dejarse bigote! Así nació la primera
morsa.
Nun encontro con lectoras e lectores
CEGUERA DE AMOR
Una boa miope se enamoró de
la trompa de un elefante. Todos los días a media tarde, iba a festejarla y se
abrazaba a ella. El elefante la dejaba hacer porque le sabía mal desilusionarla
y únicamente se la sacudía de encima cuando se ponía excesivamente fogosa. La
boa tomaba aquellos batacazos como prueba de amor y todas las tardes volvía.
Un día sus congéneres
quisieron sacarla de su error y le dijeron la verdad. Ella les contestó, casi
sin inmutarse:
–¿Y qué? ¿No dicen que el amor es ciego?
(del libro 40 Elefants mariners. Ajuntament de Mislata 2006)
Ida y
vuelta
Tuvo
que ir a ROMA y volver
Para
saber que aquello que sentía
Y
que lo ponía del revés era AMOR.
Ortega?
Yo
soy yo y mis circunferencias
(Michelín)
Poesía amorosa
Versaba
tan bien,
Que
te dejaba con la miel en los labios.
Confusión
Tenía
un problema con la endivia
Pensaba
que era un pecado
Y
por eso nunca la había probado.
Rebelión
–¡Esto
si que es la rebelión de las masas!
Dijo, agarrándose las lorzas de la panza.
Micropoemas (inédito)
LEGO
Un xiquet
jugant amb un
lego
és un poeta
buscant un poema.
A voltes sobren paraules,
o peces de a
dos.
Altres no hi ha manera
De trobar una rajola esdrúixola.
Les paraules
grogues
són millor que
les verdes
per a contar
deserts
o construir
camells,
però amb les verdes
es pot dir un bosc,
muntar una serp
o alçar una palmera.
Res de tot això es pot fer
amb les paraules blaves
que, tanmateix, són necessàries
per als poemes tristos
i per a fer el mar.
Un poeta
jugant amb les paraules
És un xiquet
Buscant un poema.
EJERCICIO
Hay
quien hace listas
con
las palabras más hermosas:
amor,
libertad, azahar, jacarandá…
Para
mi la primera seria:
Azul.
Suena
tan bien que te llena
toda
la boca y se queda aleteando
como
una libélula, un colibrí,
en
el cielo húmedo del paladar:
Azul-l-l-l-l.
Me
transporta a otro cielo limpio.
Me
sumerge en un mar profundo.
Me
trae la caricia salvaje del sol
y
el murmullo del crepúsculo.
Azul.
Tiene
un sonido luminoso,
quizá
por la luz que se enciende
al
leerla del revés: luz-A
¿Qué
clase de luz será esa?
Azul.
Esta
es mi primera palabra.
Las
otras, las siguientes,
ya se me irán ocurriendo.
Con Antonio en Galicia |