Páginas

martes, 18 de septiembre de 2018

LA LITERATURA CRÍTICA O INDICATIVA DE CHRISTINE NÖSTLINGER (1936-2018)

Me escribe un mensaje de texto mi hermana Noa para comunicarme el reciente fallecimiento, el pasado 28 de junio, de la escritora austríaca Christine Nöstlinger, a los 81 años de edad. Y la triste noticia me retrotrae instantáneamente a mi niñez, cuando buceaba en las bien pobladas estanterías de la biblioteca de mis padres y leía con avidez muchos de sus libros en las traducciones españolas publicadas en colecciones que marcaron toda una época, como Juvenil Alfaguara, Austral Juvenil o El Barco de Vapor. Títulos como Un marido para mamá, Rosalinde tiene ideas en la cabeza, Konrad o Intercambio con un inglés son algunos de los que me vienen de inmediato a la memoria, leídos primeramente en voz alta por mi madre mientras mi hermana y yo cenábamos cada noche, y posteriormente por mí mismo, en silencio, tumbado sobre la cama o cómodamente sentado en el sofá de la sala de estar.




Los de Nöstlinger formaban parte de una serie de libros escritos en los años 70 y 80 del siglo pasado por un grupo de autores alemanes, austríacos y escandinavos, como Michael Ende, Astrid Lindgren, Tove Jansson, Maria Gripe o Peter Härtling, entre otros, que en mi opinión—al menos desde el punto de vista retrospectivo de hoy—, se encontraban muy por delante del resto tanto por las técnicas narrativas que utilizaban como por los contenidos de las novelas. Nöstlinger había nacido en Viena en 1936, justo al inicio de la II Guerra Mundial, y quedaría profundamente marcada por dicho conflicto. Su visceral antifascismo y sus ideas progresistas resultan evidentes en su producción literaria, como lo es también su tendencia a usar un lenguaje directo que conecta con facilidad con el público infantil y juvenil. Asimismo, los temas tratados en su obra son muy variados, y van desde aspectos sociopolíticos, educativos o familiares hasta el racismo, los derechos de la mujer o las relaciones sentimentales y sexuales entre jóvenes. La crítica la ha inscrito siempre dentro de la tendencia realista y social derivada de autores como Thomas Mann que caracterizó a buena parte de la literatura juvenil europea de su época, pero lo que realmente emerge en sus novelas es una literatura crítica o indicativa, esto es, que ofrece una visión eminentemente crítica acerca de la realidad circundante y cuyos temas serían en algunos casos impensables en los tiempos que corren, dominados por la censura posmoderna y el mito de la cultura.





Siempre que escucho el nombre de Christine Nöstlinger pienso específicamente en tres títulos que en su momento leí y releí constantemente: Querida Susi, querido Paul; Querida abuela... tu Susi y Diario secreto de Susi / Diario secreto de Paul. Los dos primeros contenían, respectivamente, la relación epistolar entre dos amigos, Susi y Paul, y las cartas que Susi remitía periódicamente a su abuela. El tercero presentaba extractos de los diarios íntimos de Susi y Paul, mediante los cuales se iban narrando historias y describiendo experiencias que los personajes iban viviendo y que a menudo estaban entrelazadas. En aquellos años previos a internet y al e-mail, para un niño que disfrutaba carteándose con varios penpals y escribiendo en un diario de tapas verdes y doradas que había recibido como regalo en un cumpleaños, aquellos tres libros fueron toda una revelación, hasta el punto de que yo quería emular en la vida real aquellas cartas escritas en letra cursiva o a máquina por Susi y por Paul. Desde la perspectiva que ofrece el paso de los años, no me cabe la menor duda de que fui muy afortunado por poder entrar en la literatura a través de la puerta que a ella me fueron abriendo Christine Nöstlinger y varios de sus ilustres contemporáneos, y no dudo en animar a quienes estén leyendo estas líneas a que se acerquen a su excelente legado literario.




                                                  ANTÓN GARCÍA-FERNÁNDEZ