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sábado, 2 de febrero de 2013

A luz das palabras (10): Juan Carlos Martín Ramos

Juan Carlos Martín Ramos


Uno piensa que al ver las expresiones, los gestos y las actitudes de las personas desde un teatrillo de guiñol, la alegría que tiene que experimentar quien mueve los muñecos habrá de ser inmensa. Inmensa.
Y pienso, además,  que los propios muñecos insuflan a todos unos sentimientos, unas sensaciones y una armonía íntima que llegan a lo más hondo de aquellos que están disfrutando de sus movimientos e historias. Tanto a quienes les dan vida como a los que se sienten fascinados por el espectáculo.Es algo mágico, difícil de describir con fidelidad. Supongo que esto les habrá ocurrido muy a menudo a Juan Carlos y a Lurdes, cuando andaban, de lugar en lugar, haciendo vivir a unos guiñoles (llamémosles así) y dando, a su vez, vida a sus vidas y a las vidas de los demás. ¡Vaya juego de palabras que me salió sin querer! Filólogo de formación, Juan Carlos Martín Ramos, fue cambiando el mundo de los títeres por el de los cuadernos en blanco. Sí, Juan Carlos Martín Ramos es un poeta. Es un magnífico poeta. Y su alma de titiritero le sirve, estoy seguro, para dotar a sus versos de alma. Del alma-corazón de sus muñecos. Todos tenemos un equipaje de objetos, de paisajes, de sucesos cotidianos, de pequeñas cosas. Hay personas que no reparan en ello. Los poetas, sí. Y Juan Carlos no es una excepción. A Juan Carlos, como parafraseando a Serrat, le encantan, como a mí, “esas pequeñas cosas”. Darles lustre, hacerlas visibles a los demás, es una de las funciones de la poesía. Conocer y amar lo que tienes a tu lado, muchas veces menospreciado, es tarea de los grandes poetas como él. Por eso Juan Carlos afirma: Cuando escribo, hablo de lo que conozco, de lo que me importa, de lo que me sirve para poner en claro lo que quiero decir. Y sobre la labor del ilustrador/a en relación con la poesía, sirvan de ejemplo estas lúcidas palabras de Cristina Müller, quien ilustró La alfombra mágica del autor, al referirse a los poemas: "Un poema puede parecernos incomprensible, pero si nos dejamos llevar por sus sonidos podemos escuchar lo que nos quiere decir. No importa lo que suceda antes o después en la poesía, porque en los versos las palabras parecen personajes, son como actores que juegan a ser otros para descubrirnos aquello que sentimos. Es curioso"Una buena reflexión que completa diciendo que "los ilustradores somos primero lectores y creo que el lector es quien recibe, las palabras llegan dentro y el que lee se apropia de lo leído".

Blas de Otero
Y gran lector es, sin duda, Juan Carlos. Nuestro poeta, como me pasó a mí en un momento dado, descubrió a Blas de Otero e hizo la siguiente afirmación: "Quien se acerque a la obra de Blas de Otero descubrirá a un mago de la palabra, a un poeta que sabe leer como nadie la mirada de los demás". ¡Qué palabras tan hermosas! Y estoy de acuerdo, porque Blas de Otero leyó mi mirada mientras yo leía sus poemas. Y eso es maravilloso.¿Cuántas veces leemos la mirada de aquellas personas que se cruzan con nosotros o tenemos cerca? ¿Somos conscientes de que los ojos, alegres o tristes, indican fielmente lo que ocurre en el interior de las personas? Los ojos nunca mienten. Son incapaces de disimular. Y hay que mirarlos y mirar, también, los nuestros frente a un espejo. Seguro que nos ayudan a conocernos un poco mejor. Como la poesía, claro. Juan Carlos Martín Ramos es un gran poeta. Lo afirmo con contundencia. Es una persona excelente que sabe leer la mirada de los demás. Lo hace constantemente. Por eso, para emocionarnos con su poesía utiliza un lenguaje sencillo y sugerente. Sus poemas son ingeniosos e intensos. Todo ello permite a sus lectores y lectoras, entre los que me encuentro, caminar por senderos poéticos que nos ayudan a gozar y a sentir el latido de las cosas.





ALGUNOS VERSOS QUE ME ENCANTAN DE JUAN C.  MARTÍN RAMOS

Con Antonio en Vigo


Miro por la ventana / y escribo en mi cuaderno./ El paisaje está fuera / y a la vez aquí dentro (…) Los pájaros son letras / escritas en el viento. (…) / De pronto cae la lluvia. / Borrón y cuento nuevo.   De Las palabras que lleva el viento (Everest, 2003)

(…) Guardo una llave / que no hace falta./ Por la cerradura el viento, / sin llave pasa.
De Poemamundi (Anaya, 2004)

(…) Saco punta al lápiz / de dibujar el otoño. / Guardo las virutas / en un viejo tronco:/ hojas secas, / amarillas, / jirones del viento, / plumas de oro. De Canciones y palabras de otro cantar (Edelvives, 2009)

He puesto a secar el mar / en el tendedero. / Gota a gota, / se ha convertido en un charco / lleno de lunas hundidas / y restos de mil naufragios. De La alfombra mágica (Anaya, 2010)

(…) Soy un libro ya viejo / de hojas amarillentas / con palabras gastadas / y olor a flores secas. / Mil ojos han seguido / la ruta de mis letras, / las pisadas de tinta / de mi historia secreta. De Buzón de voces (Oxford, 2011)



¿QUE QUÉ ES LA POESÍA? ¿Y TÚ ME LO PREGUNTAS, ANTONIO?

Para contestarte, echaré mano de uno de mis temas favoritos: las alfombras mágicas.

En realidad, una alfombra mágica puede ser muchas cosas. La imaginación, la libertad, la solidaridad, la comunicación entre las personas...

Puede ser la lectura.  Y puede ser, en concreto, un libro.

Con Lurdes en la playa de Samil.Vigo
Las alfombras mágicas no sólo sirven para hacer largos viajes. También sirven para viajar hacia el interior de las cosas que están cerca de nosotros. Tan cerca que ya no somos conscientes de que están ahí, y tan necesarias que ni siquiera nos planteamos la posibilidad de vivir sin ellas.             

He dicho “cosas”, pero en realidad estoy hablando de los pequeños objetos que nos rodean, de las personas que nos acompañan, de las ideas que nos alimentan, de los sueños que nos endulzan la existencia, de los deseos que nos empujan a seguir nuestro camino, de los recuerdos que guardamos en nuestra mochila de supervivencia, de los sentimientos que nos permiten necesitar a los demás y serles necesarios al mismo tiempo.

Todos somos portadores de ese gran tesoro, a veces invisible y muchas veces olvidado. Y todos podemos hacer una larga lista de cosas a poco que nos paremos a pensar y hurguemos dentro de nosotros mismos.

Con Antonio y David en Madrid
También la poesía es una alfombra mágica.

Una forma de mirar la vida. O, lo que es lo mismo, una forma de vivir. (Creo que todos los que amamos la poesía barajamos frases parecidas, si no idénticas.)

Por eso es tan importante que la poesía forme parte de la vida de cualquier persona, y en especial de los niños y los adolescentes, que aún tienen por delante un largo camino para crecer y madurar, para descubrir el mundo y buscar el verdadero sentido de todas las cosas.

Y por eso me gustaría que quienes ahora son jóvenes lectores de poesía no perdieran nunca ese norte y siguieran teniendo a lo largo de toda su vida, como equipaje de mano, la fiel compañía de un libro de versos, la emoción y el placer de su lectura.

                                                        ***



                            DENTRO DE LA MALETA


                                      Dentro de la maleta
                                      llevo lo necesario,
                                      el polvo del camino
                                      y otro par de zapatos.

                                      Llevo dentro un espejo
                                      donde pasan los años,
                                     el rumor de una fuente
                                      y la sombra de un árbol.

                                      Llevo un rojo horizonte
                                      y una página en blanco,
                                      una estrella fugaz
                                      y el humo del tejado.

                                      Dentro de mi maleta
                                      cabe lo necesario,
                                      el norte de la brújula
                                      y el sur hacia el que vuelan
                                      los pájaros.
                                     
                                       (De “Poemamundi”, Editorial Anaya)
                 




                 

          


LA VOZ DE UNA PEQUEÑA ESCUELA


Mi puerta está abierta.
Puedes pasar
si quieres escuchar un cuento
que tal vez no sepas,
o que te ayuden a descubrir las cosas
que están a tu lado
y aún no has aprendido a ver.

Aquí puedes encontrar en el mapa
algún país invisible,
el manantial secreto donde nacen
los ríos.
Puedes preguntar y esperar
una respuesta,
mirar por la ventana
y dibujar la forma de las nubes,
cerrar los ojos y adivinar el nombre
       de las estrellas más lejanas.

Pasa sin llamar.
Soy muy pequeña,  
pero al fondo siempre hay sitio.
Podrás abrir tus alas para volar,
desenterrar un tesoro de sueños
y palabras,
aprender el juego de los pronombres,
que la suma de él, ella, tú y yo
es igual a nosotros.
(De “Buzón de voces”, Editorial Oxford)                         


          
Con Blanca-Ana Roig, J.A. Gomes y Antonio.